Tegucigalpa, Honduras.
Estaba a punto de graduarse, pero la criminalidad le quitó el sueño de ser enfermera profesional.
Madre e hija fueron tiroteadas ayer en el interior de su vivienda en el sector dos de la colonia Villa Unión, al norte de la ciudad capital.
Las víctimas del ataque fueron identificadas como Nancy Antonieta Barahona Argueta (de 31 años), estudiante del tercer año de enfermería, quien estaba a punto de obtener su título profesional, y su madre, quien responde al nombre de Caita Argueta. Esta última salió con heridas de arma de fuego, por lo que la trasladaron en estado grave al Hospital Escuela.
Las dos mujeres fueron sorprendidas por varios malvivientes que ingresaron a su casa y sin mediar palabras les dispararon.
En la vivienda funcionaba un pequeño negocio, sin embargo, las autoridades no confirmaron si el ataque se debió a problemas de extorsión.
El cuerpo de la joven quedó entre la puerta de acceso y el patio de la casa.
En el lugar quedaron al menos 10 casquillos de arma de fuego, esparcidos entre el charco de sangre que emanó de la occisa. Hasta el cierre de esta edición, el estado de salud de doña Caita Argueta era delicado, debido a esto fue intervenida por los médicos en una sala de cirugía del Hospital Escuela Universitario.
Su muerte ocurrió tan repentinamente que sus seres queridos todavía no pueden creerlo. Nancy culminó sus estudios de secundaria en el Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC).
Estaba a punto de graduarse, pero la criminalidad le quitó el sueño de ser enfermera profesional.
Madre e hija fueron tiroteadas ayer en el interior de su vivienda en el sector dos de la colonia Villa Unión, al norte de la ciudad capital.
Las víctimas del ataque fueron identificadas como Nancy Antonieta Barahona Argueta (de 31 años), estudiante del tercer año de enfermería, quien estaba a punto de obtener su título profesional, y su madre, quien responde al nombre de Caita Argueta. Esta última salió con heridas de arma de fuego, por lo que la trasladaron en estado grave al Hospital Escuela.
Las dos mujeres fueron sorprendidas por varios malvivientes que ingresaron a su casa y sin mediar palabras les dispararon.
| La Policía llegó a acordonar la escena y levantar las evidencias del crimen.
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El cuerpo de la joven quedó entre la puerta de acceso y el patio de la casa.
En el lugar quedaron al menos 10 casquillos de arma de fuego, esparcidos entre el charco de sangre que emanó de la occisa. Hasta el cierre de esta edición, el estado de salud de doña Caita Argueta era delicado, debido a esto fue intervenida por los médicos en una sala de cirugía del Hospital Escuela Universitario.
Su muerte ocurrió tan repentinamente que sus seres queridos todavía no pueden creerlo. Nancy culminó sus estudios de secundaria en el Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC).
