Una nube de sospechas sobre los vínculos con Moscú está suspendida sobre el presidente Donald Trump desde que los servicios de inteligencia estadounidenses aseguraron que el gobierno ruso interfirió en la elección presidencial del año pasado contra su rival, Hillary Clinton.
El asesor en seguridad nacional de Trump fue obligado a renunciar el lunes por sus conversaciones privadas con un diplomático ruso, y el miércoles The New York Times informó que asesores de Trump y personas de su entorno también llamaron a altos funcionarios de inteligencia rusos durante la campaña electoral.
Muchos interrogantes sobre estos episodios siguen sin respuesta. He aquí lo que se sabe:
el interés de Trump en Rusia
Simultáneamente, varios rusos, algunos vinculados a Putin, invirtieron en propiedades en Estados Unidos bajo la franquicia Trump. En 2013 Trump llevó su concurso de Miss Universo a Moscú y trabajó con otros empresarios cercanos al presidente ruso.
el hackeo ruso
En octubre esas mismas agencias acusaban a Putin de ordenar esas operaciones, y el 29 de diciembre el presidente Barack Obama anunció medidas de represalia que incluían nuevas sanciones y la expulsión de 35 supuestos espías rusos que formaban parte del personal diplomático en Washington.
También se divulgó un expediente sobre los vínculos entre el equipo de campaña de Trump y Rusia elaborado por un exagente británico, que cita fuentes rusas que sostienen que el pirateo se proponía ayudar a Trump a ganar las elecciones. Los servicios de inteligencia solo confirmaron recientemente algunos de los detalles del expediente.
Los espías exponen a trump
Manafort, director de campaña de Trump, fue un empresario que trabajó durante años como asesor del líder prorruso ucraniano Viktor Ianukovich. Manafort renunció antes de la elección del 8 de noviembre después de que las autoridades ucranianas dijeran que los archivos demostraban que los prorrusos le pagaron $12,7 millones, lo que el niega.
El informe Trump-Rusia denuncia que Manafort mantuvo la 'cooperación' con dirigentes rusos durante la campaña a través de Carter Page, un consultor externo del equipo de Trump. Page, que había sido un banquero de inversiones con sede en Moscú, visitó la capital rusa en julio y diciembre por asuntos privados, según dijo. El expediente alega, sin embargo, que se reunió con altos funcionarios y allegados a Putin para discutir sobre las sanciones y temas energéticos.
el infiltrado
Durante la campaña de las presidenciales Flynn pidió mejores relaciones con Rusia, y después de la victoria de Trump mantuvo conversaciones telefónicas con el embajador ruso en Estados Unidos, Serguei Kislyak.
Flynn negó inicialmente que hubiera hablado sobre las sanciones o que hubiera dicho que Trump tendría una actitud más amistosa hacia Moscú. Pero organismos de seguridad norteamericanos registraron las llamadas, y concluyeron que las sanciones sí habían sido objeto del diálogo entre Flynn y el diplomático ruso.
Trump no tomó ninguna medida inmediata, pero cuando The Washington Post y el Times escribieron la semana pasada que algunos pasajes de la conversación demostraban que había abordado las sanciones y que había mentido a Pence, el apoyo a Flynn en la Casa Blanca se derrumbó. El lunes renunció.