Lima, Perú.
Un hombre y sus padres, a quienes se les ocurrió bromear con hacer explotar el avión que acababan de abordar en Perú, terminaron en la comisaría, ocasionaron todo un despliegue de seguridad y retrasaron el despegue de la nave, detalló el jueves la policía.
El vuelo de Interjet con destino a México se aprestaba a dejar el aeropuerto Jorge Chávez de la capital peruana. Sin embargo, al momento del embarque, la sobrecargo fue abordada por tres pasajeros.
'Me pidieron un vaso de agua y en ese momento me dijeron: necesitamos dos vasos de agua para tomarnos unas pastillas para calmar los nervios porque estamos locos, es para los nervios, porque nos vamos a morir y vamos a volar el avión', contó la sobrecargo Sandra Gonzales, en imágenes difundidas por América Televisión.
Pese a que la sobrecargo le advirtió que esos comentarios no debían ser hechos en un avión, Gonzales aseguró que los pasajeros insistieron en ella.
Ante esto, ella reportó el hecho, motivando la llegada de la policía, que aisló el avión y revisar el equipaje de los 112 pasajeros, con canes especializados y equipos, que finalmente no encontraron nada.
Tras entrar en pánico, el pasajero envuelto en el incidente, manifestó a otra sobrecargo 'que todo lo dicho era una broma'. El vuelo consiguió despegar después de cinco horas, pero al bromista y a sus padres los pasajes les fueron cancelados, luego de que pasaran varias horas en la comisaría.
'Cuando abordamos aeronaves, no cometamos cualquier imprudencia, por más pintoresca que nos parezca o más graciosa que nos parezca', dijo a la prensa el coronel de la policía Alfredo Vildoso, jefe de seguridad aeroportuaria. AFP
Un hombre y sus padres, a quienes se les ocurrió bromear con hacer explotar el avión que acababan de abordar en Perú, terminaron en la comisaría, ocasionaron todo un despliegue de seguridad y retrasaron el despegue de la nave, detalló el jueves la policía.
El vuelo de Interjet con destino a México se aprestaba a dejar el aeropuerto Jorge Chávez de la capital peruana. Sin embargo, al momento del embarque, la sobrecargo fue abordada por tres pasajeros.
'Me pidieron un vaso de agua y en ese momento me dijeron: necesitamos dos vasos de agua para tomarnos unas pastillas para calmar los nervios porque estamos locos, es para los nervios, porque nos vamos a morir y vamos a volar el avión', contó la sobrecargo Sandra Gonzales, en imágenes difundidas por América Televisión.
Pese a que la sobrecargo le advirtió que esos comentarios no debían ser hechos en un avión, Gonzales aseguró que los pasajeros insistieron en ella.
Ante esto, ella reportó el hecho, motivando la llegada de la policía, que aisló el avión y revisar el equipaje de los 112 pasajeros, con canes especializados y equipos, que finalmente no encontraron nada.
Tras entrar en pánico, el pasajero envuelto en el incidente, manifestó a otra sobrecargo 'que todo lo dicho era una broma'. El vuelo consiguió despegar después de cinco horas, pero al bromista y a sus padres los pasajes les fueron cancelados, luego de que pasaran varias horas en la comisaría.
'Cuando abordamos aeronaves, no cometamos cualquier imprudencia, por más pintoresca que nos parezca o más graciosa que nos parezca', dijo a la prensa el coronel de la policía Alfredo Vildoso, jefe de seguridad aeroportuaria. AFP
