15/04/2024
12:48 AM

Presos caníbales en Brasil hacen 'churrasco' con cuerpos de rivales

  • 24 enero 2017 /

Los reos amotinados en una prisión de Brasil difundieron un video donde muestran una 'barbacoa' de sus rivales asesinados.

    Río de Janeiro, Brasil.

    La Policía brasileña intervino la cárcel de Alcaçuz, la más grande del estado de Rio Grande do Norte, para poner fin a cinco días de guerra entre presos de distintas facciones criminales que tomaron el mando del penal ante la incapacidad de las autoridades para recuperar el control.

    Agentes del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y de la Policía de choque entraron a última hora de la tarde con un carro blindado en los patios y los pabellones de la cárcel, en la que el pasado sábado fueron asesinados 26 reos en el enésimo enfrentamiento entre bandas rivales en penales desde que comenzó el año.

    Foto: La Prensa

    El video de los presos caníbales ha causado conmoción en Brasil que sufre una crisis en sus centros penitenciarios.


    'Rio Grande do Norte es una de las bombas de relojería que tenemos esparcidas por todo Brasil. Era una tragedia ya anunciada', dijo a Efe el presidente de la Orden de Abogados de Brasil (OAB), Claudio Lamachia.

    Un video filtrado desde el interior del penal, muestra a un grupo de presos en el techo de la cárcel gritando 'Churrasco de PCC'. En las imágenes se observa una fogata y a reclusos del cártel narco Sindicato do Crime sosteniendo un palo con carne presuntamente humana. Los reos afirman que se tratan de los restos de miembros asesinados de la banda rival, el Primer Comando de la Capital (PCC).

    Desde la masacre, los presos de las dos facciones enfrentadas, se amotinaron varias veces hasta tomar el control de algunas partes de la cárcel, donde se instaló una frágil barricada en el patio para evitar un nuevo enfrentamiento entre ambas bandas.

    Un grupo derribó la barrera e internos de ambos lados comenzaron una batalla campal, con lanzamiento de piedras y otros objetos, mientras la Policía intentaba contener la situación arrojando desde las casetas de control gases lacrimógenos y pelotas de goma.

    El propio gobernador del estado de Río Grande do Norte, Robinson Faria, reconoció después de esta nueva revuelta que la situación estaba 'fuera de control'.

    Desde que comenzó 2017, Brasil atraviesa una de las peores crisis carcelarias de su historia con más de 130 presos asesinados en diferentes cárceles de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte por disputas entre bandas, que se suman a los habituales problemas de hacinamiento y las pésimas condiciones del sistema penitenciario.

    Alcaçuz es uno de los muchos ejemplos de cárcel brasileña prototipo donde la inseguridad, la corrupción y el hacinamiento son el patrón, un caldo de cultivo idóneo para 'alimentar constantemente' las filas de estos grupos, según Lamachia.

    El Ministerio de Defensa anunció que enviará miembros del Ejército y de la Marina para contener una crisis penitenciaria que ya se ha trasladado a las calles y que por el momento no tiene visos de terminar.