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La anarquía gobierna al sector transporte de Honduras, revela informe

  • 23 noviembre 2014 /

Además de las muertes que no han parado desde 2009, se suma la falta de control en sus operaciones diarias Gobierno no sabe cuántas unidades hay.

Tegucigalpa, Honduras.

El desorden con que opera, la falta de control del Estado y la ausencia de una infraestructura con medidas de seguridad son parte de las causas que vuelven muy vulnerable al sector transporte.

Hasta hace unos tres años, en el país había 16,390 taxis operando con permiso de la Dirección General del Transporte, en 67 ciudades y pueblos del país.

Esta cantidad en los últimos años ha aumentado porque la Dirección del Transporte ha extendido más permisos; por otro lado, no ha logrado controlar la proliferación de taxis que operan de forma ilegal.

De los aproximadamente 16,390 taxis registrados en Honduras hasta hace tres años, Tegucigalpa concentraba 6,479 unidades, así como 1,639 buses, a esto se suma una cantidad desconocida de mototaxis, de taxis ilegales y los llamados rapiditos.

Lo anterior se desprende de un amplio informe preparado por el Instituto Universitario en Democracia Paz y Seguridad (Iudpas).

Sin reglas ni control

Toda esta cantidad de unidades del transporte público, legal e ilegal, moviéndose por la capital todos los días, sin horario y sin orden, provocan un caos vial espantoso.

Para ellos no hay reglas, recogen pasajeros donde los encuentran, no respetan las paradas establecidas, tampoco las señales viales ni a los usuarios; los conductores y cobradores manejan dinero en efectivo, no hay un control por parte de nadie.

De acuerdo con el estudio en cuanto a la regulación estatal, la Dirección del Transporte únicamente se ha quedado manejando el otorgamiento y renovación de permisos, la discusión y aprobación de tarifas y el pago de subsidio.

La falta de control es tal que a los propietarios del transporte nadie les audita sus ingresos y nadie conoce cómo adquirieren costosas flotas de buses.

Dentro de toda esa anarquía, los operarios del transporte -en los últimos ocho años- se han vuelto el blanco fácil de los extorsionadores y de los delincuentes que frecuentemente los asaltan.