Omoa, Cortés, Honduras.
Pescar sin ningún tipo de control ya trae consecuencias para la Bahía de Omoa. Personas ajenas al municipio han abusado de la actividad y generado preocupación entre los habitantes que sí habitan en esa zona.
Según los pobladores, durante los fines de semana llegan cientos de personas que se llevan los peces sin importar el tamaño. En este punto, el problema es que al no dejarlos alcanzar su peso y largo máximo, estos no pueden reproducirse en masa.
Para evitar que dicha situación se agudice, varias organizaciones, entre ellas, Digepesca, el Instituto de Conservación Forestal (ICF), la Municipalidad, los Cuerpos de Conservación de Omoa y la Fuerza Naval se unieron para buscar soluciones. Con ello nace la “Zona de Restauración Pesquera Pamuch”.
Unos $150 mil se invierten en ese proyecto. “Una zona de restauración pesquera significa una parte del océano que incluya ecosistema costero y que tenga viabilidad para delimitarla y convertirla en un semillero natural de peces”, explicó Gustavo Cabrera, biólogo de Omoa.
Después de hacer los estudios correspondientes, se determinó que la zona adecuada para la restauración pesquera es la que abarca la Laguna de Chachaguala, los pastos marinos de Muchilena y el arrecife coralino de El Paraíso, de donde tomaron un área equivalente a mil hectáreas.
Alex Vallejo, coordinador de áreas protegidas, dijo que esta será la primera zona de restauración pesquera en Honduras.
“Estamos estableciendo un mecanismo de declaratoria como sitio de importancia para vida silvestre y así poder fomentar alternativas productivas para los pescadores e intentar que algunos pescadores se puedan convertir en operadores turísticos”.
Otras ayudas
La organización Cepudo entregó a los 30 pescadores, organizados de la Asociación de Pescadores de la Vía Chachaguala, lanchas, sistemas de GPS, nuevos implementos de pesca y motores.
Pescar sin ningún tipo de control ya trae consecuencias para la Bahía de Omoa. Personas ajenas al municipio han abusado de la actividad y generado preocupación entre los habitantes que sí habitan en esa zona.
Según los pobladores, durante los fines de semana llegan cientos de personas que se llevan los peces sin importar el tamaño. En este punto, el problema es que al no dejarlos alcanzar su peso y largo máximo, estos no pueden reproducirse en masa.
Para evitar que dicha situación se agudice, varias organizaciones, entre ellas, Digepesca, el Instituto de Conservación Forestal (ICF), la Municipalidad, los Cuerpos de Conservación de Omoa y la Fuerza Naval se unieron para buscar soluciones. Con ello nace la “Zona de Restauración Pesquera Pamuch”.
Unos $150 mil se invierten en ese proyecto. “Una zona de restauración pesquera significa una parte del océano que incluya ecosistema costero y que tenga viabilidad para delimitarla y convertirla en un semillero natural de peces”, explicó Gustavo Cabrera, biólogo de Omoa.
Después de hacer los estudios correspondientes, se determinó que la zona adecuada para la restauración pesquera es la que abarca la Laguna de Chachaguala, los pastos marinos de Muchilena y el arrecife coralino de El Paraíso, de donde tomaron un área equivalente a mil hectáreas.
Alex Vallejo, coordinador de áreas protegidas, dijo que esta será la primera zona de restauración pesquera en Honduras.
“Estamos estableciendo un mecanismo de declaratoria como sitio de importancia para vida silvestre y así poder fomentar alternativas productivas para los pescadores e intentar que algunos pescadores se puedan convertir en operadores turísticos”.
Otras ayudas
La organización Cepudo entregó a los 30 pescadores, organizados de la Asociación de Pescadores de la Vía Chachaguala, lanchas, sistemas de GPS, nuevos implementos de pesca y motores.
