Para mantener la unión familiar y vivir en paz y convivencia en el barrio Tegucigalpita de Villanueva, la familia Fernández se ha dedicado 38 años en elaborar el Nacimiento de Jesús.
María Suyapa Fernández es la principal creadora del nacimiento más grande de Villanueva, ya que todo su jardín y garaje son transformados en montañas, ríos, mercados y parques hasta representar todos los pequeños detalles que caracterizan el municipio.Para poder elaborar una obra de arte tan grande, la recolección de materiales inicia desde los primeros meses del año. En Semana Santa, María Suyapa aprovecha el aserrín desechado de las alfombras hechas por los grupos religiosos de Villanueva.
Otros materiales como bolsas de cemento, papel periódico y harina son reciclados para ser utilizados desde los primeros días de octubre que comienza la elaboración del nacimiento. “Cuando mi madre murió le hice la promesa de continuar con la tradición del nacimiento y cada año lo hacemos con devoción, amor y fe”, relató entre lágrimas Fernández.Para ella, esta temporada representa el periodo más preciado del año.
Recrear el nacimiento de Dios ha sido parte de la vida familiar, pues durante su niñez vio cómo lo hacía su madre.Cada año el diseño del nacimiento es diferente. Está vez quiso resaltar dos montañas, entre ellas está el pesebre del niño Dios, a su lado izquierdo representan la ciudad, donde está la marimba, pobladores, el parque central con sus bancas de descanso, rodeando la viña navideña.
En el lado derecho del pesebre se encuentra una cascada con agua natural que corre por un pequeño río, donde se ilustra una playa y el bosque de Villanueva.“El jardín lo tenemos dividido en dos partes, en un extremo mi esposo hace su propio diseño más moderno, con fuentes de agua, puentes y varias colonias de casitas y en mi lado solo tengo lo tradicional, que son adornos de barro, aserrín y muchas luces que hacen que en las noches la decoración tenga más vida”, explicó Fernández.
Todos los años reciben personas que han hecho promesas al niño Dios de su nacimiento, quienes llevan regalos para mejorarlo al ver que sus peticiones han sido cumplidas.
En las posadas que se realizan en la residencia Fernández hacen comida y envuelven muchas bolsitas con dulces para los niños, porque cada vez son más las personas que se suman a la admiración del nacimiento, ya que en otros sectores la tradición se está perdiendo.
“Para mí, la Navidad es alegría, paz y devoción y cada vez que veo terminado mi nacimiento me siento muy feliz y espero que al faltar yo, mis hijas continúen con la tradición”, agregó.Todas las personas que quieran disfrutar del nacimiento de la familia Fernández está disponible hasta el 26 de enero.