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Hasta hotel cierra en La Lima por pánico a extorsionadores

  • 27 mayo 2013 /

Los empresarios piden mayor protección a las autoridades de la Policía Nacional.

La inseguridad tiene en zozobra a varios comerciantes de La Lima, quienes se han visto obligados a cerrar sus negocios por las extorsiones.

Ver especial multimedia: Bajo el yugo de las maras

“Algunos empresarios han tenido que emigrar del municipio porque no pudieron seguir pagando el impuesto de guerra”, lamentó un poblador limeño.

La tranquilidad que había en algunos sectores está llegando a su fin, porque zonas que antes eran seguras se han convertido en territorio de violencia.

Hoteles, pulperías, farmacias y hasta glorietas de comidas son blanco de las pandillas, quienes hacen cobros semanales a los propietarios a cambio de la integridad y vida de sus familias.

La colonia La Paz es una de las más grandes de La Lima en población y territorio, pero es ahora uno de los sectores más intimidados por las pandillas.

“En la entrada de la colonia tenemos una posta policial, pero solo sirve como dormitorio de los policías porque siempre está cerrada y cuando queremos interponer una denuncia tenemos que ir hasta la jefatura principal, lo que da tiempo a los delincuentes para escapar”, dijo otro de los pobladores, quienes no revelan sus nombres por el mismo temor.

Preocupante

Según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), el año pasado en La Lima se reportaron 145 muertes violentas, lo que representa una tasa de homicidios de 228.95 por cada 100 mil habitantes.

La tasa de homicidios de Honduras dejó de aumentar en 2012 y se ubicó en 85.5 por cada 100,000 habitantes, pero aún sigue siendo la más alta del mundo. Algunas personas que tenían negocios en la colonia La Paz, los han cerrado porque frecuentemente eran víctimas de asalto. Otro de los pobladores relató que en las esquinas de la colonia se reúnen las maras, “hasta los policías les tienen miedo porque reciben las denuncias y nunca hacen nada”. Casi el 80% de los pobladores de este municipio tienen familiares en el extranjero, quienes envían remesas. En el centro de la ciudad funcionan ocho agencias bancarias que tienen buen movimiento económico, lo que atrae a los malvivientes.

“Las pandillas tienen intimidados a todos los limeños, necesitamos planes de acción de las autoridades policiales, pero ni ellos quieren dar declaraciones a los medios de comunicación por el mismo temor a los delincuentes”, expresó una pobladora de La Lima. Los empresarios han solicitado apoyo a las autoridades de la Policía Nacional, pero la falta de equipo logístico y personal de seguridad, hacen que la delincuencia tenga mayores ventajas.

Nuevo San Juan

Otro sector conflictivo de La Lima es la colonia Nuevo San Juan, donde priva un ambiente de temor y pánico por la inseguridad. Es uno de los campos bananeros más poblados donde viven alrededor de mil familias.

Este mes miembros de las fuerzas vivas formaron el Comité de Seguridad Ciudadana, con el fin de acceder a los fondos de la Tasa de Seguridad.

El alcalde Astor Amaya dijo que gestionaron ayuda internacional para ejecutar proyectos en la ciudad y así mejorar la seguridad. El Departamento Municipal de Desarrollo Comunitario ha trabajado con el proyecto Policía Comunitaria donde se involucran la Policía Nacional, alcaldía y pobladores.

El año pasado la Municipalidad invirtió más de 500 mil lempiras en proyectos recreativos como la reparación e instalación de lámparas en canchas y campos de fútbol para alejar a los jóvenes de las pandillas e involucrarlos en actividades positivas. “A la colonia Sitraterco han llegado varias personas que pertenecen a pandillas, lo que tiene atemorizados a algunas familias oriundas del lugar y han tenido que irse a otros sectores por temor a estos grupos antisociales”, contó una vecina.

Los pobladores hacen un llamado a los entes de seguridad para que den más protección en el sector, principalmente por la noche. LA PRENSA solicitó información a las autoridades de la Policía Nacional para ver si tienen acciones para combatir las extorsiones, pero no dieron mayores detalles argumentando hacer una conferencia de prensa a nivel nacional para dar información sobre el tema. La alcaldía gestionó con organismos internacionales la donación de cámaras de vigilancia para que sean instaladas en el centro de la ciudad y que fueran controladas por un centro de monitoreo manejado por la Policía, pero aún no está funcionando, lo que tiene con mayor preocupación a los comerciantes de la zona. Algunos empresarios han contratado seguridad privada, pero consideran que la seguridad es responsabilidad de la Secretaría de Seguridad.