Tegucigalpa, Honduras.
La Cancillería de Honduras en un comunicado anunció ayer que los ocho cuerpos de los hondureños asesinados en Cadereyta, Nuevo León, México, desde mayo de 2012 serán repatriados en julio.
Una comisión forense se integró en México y permitió que antropólogos argentinos identificaran a ocho de las 49 víctimas mediante las pruebas de ADN.
El clamor de las madres y esposas de las víctimas provocó la reacción oficial de las autoridades de Honduras que informaron que la Dirección de Asuntos Consulares y Política Migratoria en coordinación con la Embajada de Honduras en México y el Consulado de Honduras en San Luis Potosí, hacen las coordinaciones para la repatriación.
La noticia de la llegada de los cuerpos devuelve las esperanzas a las angustiadas madres que los han llorado durante dos años.
“Se confirma lo que inicialmente nos informó el Cónsul de México que en julio sería posible la repatriación de los cuerpos.
Esto nos da un poco de paz porque les daremos un sepelio digno, como ellos se lo merecen porque se fueron buscando una oportunidad” dijo Norma Marina Suazo, madre.
Las ocho víctimas, cinco originarias de La Paz, dos de la Villa de San Antonio, Comayagua y uno de Olancho, salieron guiados por un coyote el 13 de abril del 2012.
El grupo se despidió confiando cruzar, las llamadas telefónicas que hacían a sus familiares generaban esperanza, pero desde el 5 de mayo, no hubo más llamadas, la comunicación se perdió.
Desde entonces las familias temían lo peor y fue el 15 de mayo que desde México les informaron que habían muerto. Solo se tenía la seguridad de la identidad de Fabricio Anael Suazo, a quien se le encontró la identidad en el pantalón y eso permitió identificar al resto.
