Tegucigalpa. Enrique Ortez Sequeira, magistrado del Tribunal Supremo Electorla (TSE) hasta el 14 de mayo, dijo sentirse complacido por el trabajo que ha hecho en el Tribunal Electoral, pero afirma que tiene claras las razones por la que no fue ratificado.
El funcionario electoral dijo que tiene pleno conocimiento de qué personaje del ámbito político influyó para que él ya no continúe en el cargo a partir del 14 de mayo, fecha cuando vence su período de cinco años. Anteanoche, ya para concluir la cuarta y última legislatura, y aprovechando que tenía la mayoría calificada, el Congreso Nacional nombró al liberal Erick Rodríguez (exdiputado) como nuevo magistrado del TSE en sustitución de Ortez Sequeira, de militancia liberal.
A la vez, ratificó a los también magistrados Saúl Escobar (de la Democracia Cristiana) y David Matamoros (del Partido Nacional); mientras que el magistrado suplente pinuista Denis Gómez fue reemplazado por el udeísta Marco Ramiro Lobo. Los funcionarios electorales serán juramentados el 14 de mayo en las sesiones del nuevo Congreso. Preguntado por qué no lo ratificaron, Ortez Sequeira expresó: “De repente a alguien no le caí bien porque esto de los tribunales electorales lo único que se gana uno es a veces muchos enemigos”.
¿Ese alguien quién es?, se le consultó: “El 14 de mayo, ya cuando no sea magistrado, se lo voy a decir”, prometió.
Ortez Sequeira dijo que se siente contento porque dos de los magistrados continuarán en sus cargos por cinco años más, lo que permitirá continuidad al proceso electoral.
Lo hecho por el Congreso la noche del lunes “es una decisión soberana, lo que va a comenzar a discutirse es si el Congreso tenía potestad para nombrar cinco meses antes al nuevo Tribunal. Son decisiones políticas que las fuerzas políticas se han puesto de acuerdo”, expuso Ortez Sequeira.
“Hemos hecho lo humanamente posible para dirigir los tres procesos electorales más difíciles de la historia de Honduras”, expresó.
Ortez dijo estar convencido de que el país requiere de una nueva ley electoral y comenzar a debatir temas, como la segunda vuelta, las mesas electorales y el financiamiento de los partidos.
