Tegucigalpa, Honduras
Vive agitado entre llamadas telefónicas y reuniones que lo mantienen entregado de lleno en el nuevo reto de dirigir la Policía Nacional.
Para Ramón Sabillón Pineda, la prioridad es implementar estrategias que lo lleven a disminuir los índices de homicidios en el país y piensa en grande.
Confiesa que se autoexige y que busca bajar en más de un 10% los porcentajes de criminalidad.
Sabillón, educado en San Pedro Sula, hace cambios y contempla acciones puntuales incorporando los mejores hombres -asegura- en su gestión.
En una entrevista con Diario LA PRENSA, él reveló cuáles serán las acciones para dar seguridad al país.
-Tiene un nuevo reto, hay expectativas en su gestión. ¿Cómo trabajará para que la ciudadanía confíe en la Policía?
En primer lugar con mucha fe, confiando en Dios, porque esa fe solo Dios la da para creer que podemos cambiar las cosas, tener un mejor ambiente de desarrollo y que los hondureños tengan esperanza y paz de un mejor futuro. Ese futuro lo vamos a escribir juntos la Policía, ciudadanía y comunidad.
-Plantea una nueva estructura y nuevas direcciones. ¿Por qué cambia la estructura en la institución?
Ese es un estudio organizacional, tenemos un proceso estratégico en la ruta, vamos a seguir y eso nos va arrojando los análisis de lo que debemos cambiar o incorporar. Lo primero fue a nivel estratégico, porque debemos crear el eslabón de su Policía con todos los segmentos de la sociedad hondureña, como los gremios, cámaras de comercio, la industria, agroindustria, trabajadores, todos deben participar. El otro componente fuerte es la relación interinstitucional para unir toda la causalidad del delito, identificarla y que con ellos coordinemos cómo vamos a articular y disminuir las causas en la preexistencia del delito. Recuerde que la Policía sale como una instancia, como un elemento de la conducta desviada de la persona.
-¿Cómo va a equilibrar su trabajo para que no se confronten las cifras en cuanto a la incidencia delictiva y las estadísticas de lo que realmente pasa en el país en materia de violencia?
Yo me alegro que ambas instituciones, el Observatorio de la Violencia y la Policía hablamos de una baja en los homicidios y eso nos debe fortalecer como hondureños, vamos a una tendencia reductiva en la cifra de criminalidad, va decreciendo el nivel de violencia, sigue en franca caída. El 10%, no es común en todas las policías del mundo, es fuerte. Con el respeto vamos a hacer miles de esfuerzos para mejorar estas cifras, porque tenemos un objetivo, una Honduras en paz.
-¿Por qué entonces se dan las diferencias en esos índices?
Esa es la verdad que ellos manejan. Hay unas cuestiones que se deben manejar, porque no es justo que a la sociedad le vendamos conflictos, el policía está en el día a día con el ciudadano.
Recuerde que el policía auxilia a la víctima, a las familias, se constituyen en organizadores forenses, porque son los de tierra adentro donde está el ciudadano humilde, entonces esa perspectiva práctica del policía está en el lugar de los hechos, en lo mas recóndito, donde no hay una institucionalidad del Estado.
No quisiéramos entrar en una conflictividad porque la Policía es un concepto integral amplio, la estadística es la que orienta nuestras acciones.
Sería demasiado indigno como funcionario pensar en el 2.5% de reducción del Observatorio de la Violencia y no pensar en 10.5% como meta de futuro. Yo no pienso en 2.5, no ha sido visto como meta, la meta mía no son 10.5%, sino 21%, que se supere la meta. Nadie ha visto el punto desde la perspectiva que tenemos, al final de 2014 quiero decirles a los hondureños que triunfamos.
La sociedad hondureña quiere paz, tranquilidad, armonía. Por eso la meta fuerte, nos imponemos una meta fuerte, ese es el compromiso de honor que tiene la Policía Nacional, no solo su servidor, sino de todo Policía, porque es un servidor.
-¿Cómo se da el proceso de reintegrar a oficiales y policías que estaban en disponibilidad?
Vamos a orientar a la población, los policías no son incorporados porque nunca han dejado de pertenecer, no están en disponibilidad, no están suspendidos, no están en ningún procedimiento investigativo.
En el futuro si podemos someterlos a los procesos de certificación. -¿Usted cree que es adecuado y saludable para el país que un oficial que está preparado y certificado por el proceso de educación para servir esté en su grado de comisario, para citar un grado, esté dos años sin funcionar, sin una causalidad?
Son los procedimientos que seguimos, no es reincorporarlo, es asignarle tareas porque podría entrar en una omisión grave, podría ser reparado de acuerdo con la ley y puedo entrar en abuso de autoridad, por eso tengo que tomar acciones.
El que le tocó irse se va, el que le tocó estar disponible se respeta, el que está suspendido, sigue supendido. Lo siento mucho, pero muy amigo puede ser, pero la sociedad no quiere elementos negativos en la institución, el fin, es funcionarios de calidad, además vamos a hacer un instrumento ahora que se llama el Manual General de la Policía donde están los procedimientos operativos y administrativos que nos va a servir para el control, seguimiento y ejecución de resultados.
Yo lo que propongo es el fortalecimiento y certificación más amplia. -¿Usted cree que un personal cuya edad tiene 76 años puede andar en la calle patrullando? No, pero es injusto sacarlo de una forma indigna, porque no podemos solucionar un problema y crear dos o tres más. Recuerde que detrás de este policía hay una familia. Estamos presentando el estudio para toma de decisiones y los procesos de incorporación de los nuevos funcionarios y los métodos de control de la carrera policial y la herramienta de clasificación para los perfiles de cargos. Así como casos específicos, es una esfera más amplia, por eso hay que fortalecer el talento humano.
- ¿Cómo enfocará su trabajo operativo en San Pedro Sula?
No le prometo a San Pedro Sula, ya comencé por hacer el trabajo operativo, le puse tres funcionarios de primera calidad en sus promociones en Tránsito, DNIC y Servicios Especiales de Investigación, los delitos que más afectan a la sociedad, y lo estoy haciendo.
Las UMEP tienen un nivel de comisionado, con apoyo logístico y tecnología de soporte que nos va a permitir en tiempo real darle respuestas a la comunidad sampedrana.
Siento un compromiso porque allí viví mi infancia y adolescencia, en un ambiente muy fuerte por la fuerza laboral porque había trabajo, había oportunidad, no había tanta inseguridad como hoy.
Pero quiero decirle que las unidades tienen un método de control, porque hay mucho muerto que no es de San Pedro Sula y aparece la estadística en esa ciudad. Es injusto para una comunidad, para la capital industrial, la ciudad de los zorzales que tanto amamos.
Si hay dedicación específica, ya lo comencé haciendo y no es que eso termina ahí, soy ambicioso en el alcance de metas.
El 10.5%, eso es el triple para mí, me gusta ir sobre mi carga de trabajo y voy con metas fuertes. Seria mediocre quedarme con una estadística de un 3%, queremos lo mejor para el pueblo hondureño.
