Tegucigalpa, Honduras
La millonaria campaña propagandística que montaron los principales partidos políticos en la actual contienda electoral fue carente de propuestas claras, reales y convincentes para resolver los grandes problemas económicos y sociales que agobian a los hondureños, coincidieron analistas.
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Lejos de ello, la propaganda electoral, especialmente la que desarrollaron los partidos Nacional, Liberal y Libertad y Refundación (Libre), giró en torno a la exaltación y posicionamiento de la imagen de los candidatos, la unidad partidaria, la supervivencia de la Policía Militar y el llamado a la reconciliación.
Las promesas de combatir la criminalidad y la extorsión que azotan a los ocho millones de hondureños, el retorno de los militares a sus barracas y su participación en las tareas de seguridad dominaron el mensaje de los candidatos de los partidos Nacional, Liberal, Libre y Alianza Patriótica.
Libre apostó por un mensaje de reconciliación en un intento por atraer a los electores que todavía tienen frescas en sus mentes las imágenes de los desórdenes en las calles, la quema de negocios, los ataques a las iglesias, las pintas en las paredes y la anarquía en el sistema educativo provocado por sus seguidores.
Tibiamente se abordó el combate a la corrupción, la mejora de la educación pública y el desempleo.
En tanto otros problemas como la pobreza, el hambre, la crisis en los hospitales, el deterioro fiscal del Estado, la falta de acuerdos con los organismos internacionales, el alto costo de la vida, la depreciación de la moneda y la depuración de los operadores de justicia, pasaron a un segundo plano en la agenda política.
Ante esa ausencia de propuestas, otros asuntos superfluos dominaron la propuesta mediática de los presidenciables, de modo que los hondureños tuvieron que soportar el exasperante bombardeo publicitario plagado de estribillos y canciones pegajosas, pero sin esencia y sin contenido.
De los nueve institutos políticos que participan en la contienda electoral, el Partido Innovación y Unidad (Pinu) fue el que más se acercó a un proyecto electoral mejor estructurado; sin embargo, la bullanguera propaganda ahogó sus propuestas.
Publicistas y analistas políticos consultados por LA PRENSA coincidieron que la campaña electoral que finalizó ayer para dar paso al “silencio electoral”, estuvo marcada por la misma tónica confrontativa y vacía que han tenido otras campañas presidenciales en los últimos 32 años de democracia.
Los asesores
En esta tarea de convencer al electorado, los partidos políticos y sus candidatos presidenciales estuvieron rodeados por equipos de expertos en imagen y publicistas extranjeros.
Durante la jornada de campaña, el Partido Nacional y su candidato Juan Orlando Hernández tuvo como sus principales asesores al publicista venezolano Juan José Rendón o JJ Rendón y a su socio Luis David Duque, confirmaron autoridades del partido.
JJ Rendón dirigió en 2009 la campaña que llevó a la presidencia de la República al actual mandatario, Porfirio Lobo Sosa, con su propuesta de mano dura a la inseguridad.
Por su lado, el Partido Liberal y su presidenciable Mauricio Villeda contrató al publicista ecuatoriano residente en Argentina, Jaime Durán Barba, y su socio Rodrigo Lugones. Este último ha permanecido en Honduras dirigiendo in situ la campaña del Partido Liberal.
Durán Barba ha sido asesor del jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y de otros políticos en Suramérica.
Mientras tanto, la campaña de la candidata presidencial de Libre, Xiomara Castro de Zelaya, fue asesorada por un grupo de publicistas mexicanos y brasileños, dirigidos por el experto en imagen Carlos Delgado de la empresa consultora Eu Zën.
Precisamente Delgado y los asesores brasileños aconsejaron divulgar un video en el que el expresidente de Brasil, Lula da Silva, pide a los hondureños votar por Xiomara Castro, lo que generó las críticas de muchos sectores que lo consideraron como un acto injerencista en los asuntos internos del país.
Esta misma estrategia fue utilizada por el Partido de los Trabajadores de Brasil en Chile, Nicaragua, Venezuela y El Salvador para ayudar a los candidatos de la izquierda Michelle Bachelet, Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Mauricio Funes.
Los restantes partidos políticos y sus candidatos se rodearon de consultores en comunicación locales.
La misma tónica
El asesor en imagen y experimentado publicista hondureño, Mario Rivera Callejas, analizó para LA PRENSA el comportamiento de la actual campaña política y el mensaje que han seguido los principales candidatos presidenciales para lograr atraer el voto de los hondureños.
Indicó que la actual campaña tuvo la misma tónica de otras jornadas electorales, ya que el mensaje y la propaganda de los principales partidos políticos gravitó alrededor del posicionamiento de la imagen de sus candidatos presidenciales y en el abordaje de temas generales como la inseguridad.
Explicó que al igual que las dos campañas presidenciales anteriores, la actual se desarrolló en tres etapas: el posicionamiento del candidato presidencial, el desarrollo de la propuesta electoral y la parte motivacional del electorado.
Sobre los mensajes que imperaron en la campaña, Rivera Callejas pormenorizó que el Partido Libre se centró en promover un “socialismo light” parecido al que publicitó Daniel Ortega en Nicaragua para convencer al electorado de su propuesta de reconciliación nacional.
Por otro lado, señaló que el mensaje del Partido Nacional se dirigió a la unificación del partido con mensajes como “súmate cachureco y píntate de azul” con énfasis en la tradición partidaria y también en el posicionamiento de Juan Orlando como un hombre valiente y determinado, pero también cercano a la gente.
Al analizar la campaña del Partido Liberal, el publicista dijo que los temas de seguridad y corrupción en los que ha querido posicionarse el candidato Mauricio Villeda los dominan sus opositores políticos.
No obstante, resaltó que Villeda ha dirigido su campaña a motivar el amor por la bandera rojo y blanco de su partido y el retorno de los disidentes que simpatizan con Libre.
El excandidato presidencial pinuista, Olban Valladares, deploró que esta campaña se caracterizó por una repetición de las inveteradas prácticas que se vienen arrastrando desde principios de los años ochentas y que se reflejó en las cancioncitas pegajosas, los bailes y las muchachas con banderitas y pantalones ajustados.
“Los hondureños esperaban proposiciones serias y formales que dieran la pauta de lo que los candidatos pretenden hacer de llegar a ser gobierno, pero lamentablemente ocurrió todo lo contrario y hubo una erogación de recursos financieros exagerada que rompió todos los récord habidos y por haber”, aseveró.
En ese sentido, Valladares lamentó que los partidos no han contribuido en esta campaña a fortalecer la cultura política de los hondureños, y por consiguiente se volverá a elegir personas que no reúnen los requisitos necesarios que requiere una sociedad postrada económica y socialmente.
“El problema está en que nos avocamos a un nuevo proceso electoral y una masa de votantes no sabe exactamente por qué y por quién es que están votando y hay muy pocas excepciones, ya que dos o tres partidos de los nueve que participan en la contienda han hecho propuestas en ciertos campos específicos”, afirmó.
e_SDLqLos partidos políticos, con las excepciones honrosas, no han presentado una plataforma de cómo pretenden resolver los problemas ingentes del país y esto ha dado lugar a que la campaña sea más personalista y en donde las canciones, la música atractiva y rítmica es lo que ha caracterizado la propaganda en los medios y no precisamente los planteamientos formales”, concluyó.
