24/04/2024
10:25 PM

'La economía de un país no puede descansar solo en el café”

El exmandatario peruano Alejandro Toledo habló de las claves que permitieron que su país sea hoy.

Para el expresidente de Perú, Alejandro Toledo, los países que pretendan lograr el desarrollo económico deben diversificar su producción hacia la tecnología y la ciencia y evitar que sus economías descansen en la agroindustria.

Durante su visita a San Pedro Sula, el también economista y profesor de las prestigiosas universidades de Standford y Harvard indicó que la integración, tanto comercial como democrática, puede lograr que los países latinoamericanos se desarrollen y reduzcan su dependencia de Estados Unidos y Europa.

-¿Cómo se logra el crecimiento macroeconómico de un país?

Primero construyendo confianza para que los inversionistas puedan invertir y no sacar su dinero; segundo, los gobernantes deben lograr confianza en ellos; tercero, escoger una ruta de crecimiento diversificado.

-Usted dejó una economía sana en el Perú, ¿puede Honduras aplicar esos principios?

Claro que sí. Recibí la economía peruana en recesión en 2001, con una tasa de inflación y déficit fiscal alto y lo dejé creciendo a 7.5%, tripliqué las exportaciones. Se firmó el tratado de libre comercio con Estados Unidos, China, Tailandia y con países de América Latina como Brasil.

Abrir los mercados, crecer y engendrar confianza en los empresarios y exigir a los empresarios que cumplan su responsabilidad social y medio ambiental es perfectamente aplicable en Honduras.


-¿Cómo hizo para aprovechar los tratados comerciales?
Honduras tiene varios y no ha podido despegar del subdesarrollo.

Primero hay que diversificar la composición del crecimiento. La economía de un país no solo puede descansar en el café, los productos tradicionales, el sector humano, la agroindustria o el turismo ecológico.

Se debe invertir en ciencia y tecnología, diversificarse, porque si solo dependemos del precio del café, mañana este se cae y la economía colapsa. Es importante no poner todos los huevos en una sola canasta.

-Las inversiones bajo el esquema público-privado ¿qué papel desempeñaron en su gobierno?

Muy importante. El Estado no puede invertir en todo, necesita invertir bien en los servicios sociales y en infraestructura público-privada. La educación, la salud y la nutrición son responsabilidad del Estado, pero también se pueden hacer obras de una mezcla público-privada. Esto ha dado buenos resultados en América Latina.

-¿Qué tipo de inversiones público-privadas aplicaron en su gestión?

Con el presidente Inácio Lula (Da Silva) construimos 2,500 kilómetros de carreteras para unir Brasil con Perú y Bolivia y darle acceso al Pacífico a Brasil. Hicimos inversiones en carreteras, plantas eléctricas, proyectos agroindustriales.

Pero básicamente es tratar de engendrar la confianza en los inversionistas privados, porque el Estado tiene otro rol. Debe darles Estado de derecho, reglas del juego claras y estabilidad jurídica. Pero los empresarios no pueden tener un cheque en blanco, tienen que cumplir con la responsabilidad social industrial creando puestos de trabajo dignos y bien remunerados.

-Usted hizo un estudio hace 20 años sobre el impacto de las políticas macroeconómicas en el crecimiento económico del empleo y salarios en Centroamérica. ¿Ha variado su percepción del tema?

Centroamérica ha hecho avances importantes. Costa Rica nos ha dado una gran lección. Antes, su economía dependía 60% de la exportación del café. Hoy, 72% de los ingresos de las exportaciones viene de la venta de los chips para las computadoras. Pero queda un largo trecho por caminar. Si se logra una mayor integración en Centroamérica y América Latina, si despejamos esas nubes que enturbian la democracia y el comercio, podemos hacer sinergia en nuestras economías, que son complementarias. Los mercados podemos mirarlos entre nosotros y no solo a Estados Unidos y Europa.

-Una vez logrado ese desarrollo económico, ¿cómo hacer para que llegue a los más pobres?

Primero, pedirles a los empresarios que le den trabajos dignos y bien remunerados. A ellos les resulta rentable pagarles bien porque así se vuelven socios de sus empresas.
Segundo, invertir en salud y educación, carreteras e infraestructura y tercero, identificar a los pobres extremos y crear programas para favorecerlos.

En mi caso creamos un programa de trasferencia directa condicionada, el programa Juntos, que consistía en darles 30 dólares mensuales a las mujeres porque son las mejores administradoras. Esta ayuda está condicionada a que se hicieran los chequeos pre y posnatales y llevaran a la escuela a sus hijos. Si hacían eso, tenían derecho a los 30 dólares al mes. Pero eso es temporal, mientras se lograba la superación de la familia.

-La Comunidad Sudamericana de Naciones fue una de sus propuestas para realizar el sueño de Simón Bolívar. ¿Continúa con ese anhelo?

Claro que sí. Pero el sueño integrador de Bolívar no el sueño desintegrador de Hugo Chávez, el sueño de una patria grande latinoamericana fuerte, cuyas economías se complementan y cuyos mercados podemos mirar entre nosotros y no solo a Estados Unidos y Europa.

Sigo creyendo en la integración y mediante la descentralización en nuestros países es la manera de empoderar a los distritos, provincias y regiones. Soy de los que defienden la democracia con la libertad de expresión, respeto los derechos humanla independencia de poderes, pero también el empoderamiento porque creo que la democracia hay que hacerla de abajo hacia arriba y no a la inversa.

-¿Cuál es el futuro de los nuevos bloques económicos regionales?

Tenemos coincidencia sobre la preocupación de la pobreza y la desigualdad, el tema es cómo hacerlo. Y no se elimina la pobreza y la desigualdad regalándoles pescado a los pobres porque eso es pan para hoy y hambre para mañana. Hay que darles el derecho de aprender a pescar y la manera de hacerlo es con educación de calidad.

-¿La iniciativa de la Alba ayuda los países pobres?

No. No logro entender el tema del socialismo del siglo XXI, no se cómo se come eso. Regalarle migajas para tener contento al pueblo sabiendo que no estamos eliminando la pobreza, ¿solo para tener aplausos y popularidad? Esas no son políticas de Estado, sino autoritarismo populista.

-¿Cómo percibe el nivel actual de democracia en América Latina y Honduras?

Hemos hecho avances importantes, hemos ido de las botas a los votos y hay pocos países que no tienen una democracia, pero queda el reto de consolidar las instituciones democráticas.

Todavía necesitamos institucionalizar la democracia y ponerle carne y hueso a la democracia incluyente. No es suficiente ir a votar. Necesitamos que la democracia entregue resultados concretos, medibles y tangibles.

Y por esa democracia he creado el Centro Global para el Desarrollo de la Democracia, pero no solo para hacer estudios académicos, sino para compartir nuestras experiencias con los líderes de la región, ayudarnos mutuamente. Todos pertenecemos a la misma patria grande, que es América Latina.