Un grupo de cuatro abogados estadounidenses ha creado la expectativa en Erlinda Jarquín de que su hijo,En el pabellón de la muerte
Nuevas pruebas de ADN y una confesión entre la cordura y la locura dan la esperanza a esta familia de que el hondureño no sea ejecutado por inyección letal o silla eléctrica, métodos de ejecución vigentes en ese estado.
“Acudí a los medios de comunicación porque estaba desesperada, mi hijo va a audiencia en mayo y ya días no sé nada de él, no me ha escrito y es por eso que fui donde sor Valdette a pedirle ayuda. Ella me aconsejó que a través de ustedes, Cancillería, puede ayudarme a ir a ver a mi hijo en esa audiencia”, manifestó Erlinda, madre de cinco mujeres y un único varón.
Ahora el consulado de Honduras en Miami ha hecho los movimientos para que Erlinda pueda viajar a Estados Unidos y participar en la audiencia de Clemente programada desde el 13 hasta el 24 de mayo en Orlando, Florida, lugar adonde ocurrió el doble crimen por el que se le acusa al compatriota y por el cual fue condenado a la pena de muerte.
“La Corte de allá me llevó como testigo. Fui a dar testimonio junto a cuatro amigos de Javier sobre su comportamiento en Honduras. No pude tocarlo, solo lo vi y cuando terminé de hablar me descontrolé. Grité y grité y me sacaron del salón. Lo que he pasado al saber que mi hijo lo condenaron a muerte es doloroso.
Él me dijo que a mí no iba a mentirme, que es inocente, y yo le creo”, expresó.
Al comentarle a Erlinda de que LA PRENSA estuvo con Clemente en junio de 2012 en la cárcel de máxima seguridad Union Correctional Institution en Raiford, Florida, agradeció el interés de saber cómo esta su hijo.
“He enfermado desde que pasó todo esto, mis hijas también pasan angustiadas. Confiamos en nuestro Señor que Javier saldrá de allí; pero también ya me explicaron del consulado que es un proceso largo, que ahora solo viene la audiencia y que allí pondrán fecha para el nuevo juicio. Mi corazón me dice que Javier saldrá libre”, dijo Erlinda.
Mañana martes, Erlinda se presentará a la Cancillería de la República para ser informada sobre su visado especial, con el que podrá asistir a la audiencia de Clemente; sin embargo, espera poder viajar antes con el apoyo del consulado para ir a la cárcel adonde está recluido con la esperanza de estar con él antes de la audiencia.
Aguirre fue condenado a la pena de muerte después de un fatídico incidente ocurrido el 17 de junio de 2004.
El expediente policial revela que Clemente era vecino de las estadounidenses Cheryl Williams y Carol Bareis en Orlando.
La Policía capturó a Clemente dos días después del asesinato por haberle encontrado la ropa ensangrentada en una bolsa y por determinar que el cuchillo con el que fueron asesinadas las dos mujeres era del restaurante en el que laboraba el hondureño.
Años después, pruebas de ADN de Samantha Williams, hija y nieta de las victimas, más su confesión de que ella las asesinó, podrían sacar del pabellón de la muerte al hondureño.
