El Gobierno de Honduras ha indultado a unos 70 presos en los últimos meses para reducir la numerosa población de las cárceles, que supera el 62 % de su capacidad, informó hoy una fuente oficial.
La ministra guatemalteca de Derechos Humanos, Ana Pineda, indicó a Efe que hasta hoy se han beneficiado cerca de 70 privados de la libertad, la mayoría hombres, 'por razones humanitarias'.
El Parlamento hondureño aprobó en febrero pasado una nueva Ley de Indulto, que derogó una norma vigente desde el 9 de abril de 1927, para reducir el hacinamiento en el sistema penitenciario, que alberga a más de 13.000 personas cuando su capacidad es para unas 8.000, según diversos organismos.
La nueva iniciativa concede 'el indulto por razones humanitarias' a toda persona condenada que haya cumplido más de la mitad de la pena, sea mayor de 70 años, adolezca de una enfermedad terminal o sufra alguna discapacidad, explicó Pineda.
Según la ley, quedan excluidos del beneficio las personas condenadas por delitos como genocidios, violaciones a derechos humanos, crimen organizado cuando se trata de asociación ilícita, lavado de activos, extorsión, trata de personas y tráfico de órganos, armas y drogas.
'La tramitación de un indulto pasa por una solicitud de las afectadas, siempre y cuando cumplan con los requisitos, luego se debe esperar la opinión de la Corte Suprema de Justicia y que la Secretaría de Justicia determine si se concede', subrayó la alta funcionaria.
La ley se aprobó en la víspera de que el presidente hondureño, Porfirio Lobo, eligiera a tres juristas para que hagan el traspaso administrativo de las 24 cárceles del país al Instituto Nacional Penitenciario, creado en 2012, para solucionar los problemas en las prisiones, dijo Pineda.
En las cárceles hondureñas impera además la insalubridad y el hacinamiento por lo obsoleto de la mayoría de las 24 prisiones del sistema penitenciario, según un diagnóstico presentado en abril de 2012 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Los tiroteos, motines, decomiso de armas y drogas son frecuentes en las cárceles de Honduras, donde también se han registrado tragedias como el incendio del 14 de febrero de 2012 en la Granja Penal de Comayagua, unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa, que causó la muerte de 360 reos y una mujer que visitaba a su marido preso. EFE
