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Régimen de Lobo Sosa se ha salido de control

  • 22 febrero 2013 /

Un reportaje del diario estadounidense Los Ángeles Times pide replantear la estrategia norteamericana en Honduras.

Esta es una ciudades modelo en las que Constitución misma no se aplica.

Estas acciones irrespetan descaradamente el predominio de la ley. Aún así, el Departamento de Estado de EUA le hizo la vista gorda al “golpe técnico”.

Sobre el desparramo de recursos estadounidenses al corrupto Gobierno hondureño, Washington argumenta que con eso ayuda a combatir el tráfico de drogas, que de hecho resulta incontrolable, homicida y creciente. Pero se cree ampliamente que el Gobierno hondureño y las élites que lo controlan se hallan implicados en el tráfico de drogas.

La guerra antidrogas, no obstante, provee un pretexto para una nueva oleada de agresión estadounidense en América Latina. Honduras, con la única base de la Fuerza Aérea de EUA de tamaño considerable entre los EUA y América del Sur, desde hace mucho ha sido un eje del dominio militar estadunidense en la región, incluyendo, con mayor celebridad, la participación de los EUA en el golpe en Guatemala, en 1954 y la guerra entre los Contras y el Gobierno nicaragüense en los 80. Hoy en día, el creciente papel de EUA supone una enorme amenaza a la región entera y a la soberanía hondureña.

Más todavía, como han informado los medios, la guerra antidrogas de la administración Obama en Honduras ha sido un desastre. En mayo de 2012, elementos de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) participó en una operación en la que cuatro aldeanos afroindígenas fueron muertos y varios otros heridos en La Mosquitia hondureña. La DEA reconoce que mató a dos supuestos traficantes de droga en incidentes separados en junio y julio. En julio, después que las Fuerzas Armadas hondureñas derribaran dos narcoavionetas, violando el protocolo internacional, EUA suspendió la cooperación de radar para detectar narcovuelos.

En enero, en la primera operción conjunta tras reanudarse la cooperación, la guardia costera hondureña mató a un supuesto narcotraficante, utilizando inteligencia provista por la DEA.
Muchos demócratas en el Congreso (de EUA) ya han tenido suficiente. El 30 de enero, 58 miembros de la Cámara (de Representantes), liderados por Hank Johnson (Georgia), Karen Bass (Los Ángeles), John Conyers Jr. (Michigan) y Gregory W. Meeks (Nueva York), le enviaron una carta a Kerry y al fiscal general, Eric H. Holder Jr., exigiendo que el incidente de mayo de2012 que involucra a la DEA sea investigado, llamando la atención sobre la represión auspiciada por el Estado contra los afroindígenas hondureños y cuestionando la guerra antidrogas.

El senador Patrick Leahy (Vermont) mantiene suspendidos unos $30 millones en ayuda estadounidense a las fuerzas de seguridad hondureñas, en espera de respuestas a las preguntas que surgen en torno a los abusos a civiles y la corrupción.

Ese es un comienzo, pero Kerry y la administración (Obama) necesitan revertir del todo su política hacia Honduras. Deben dejar de tratar al actual Gobierno hondureño como un socio amistoso y en su lugar denunciar francamente los abusos a los derechos humanos y la corrupción del predominio de la ley.

Deben ayudar a garantizar la elección presidencial en noviembre condenando los asesinatos de al menos cinco activistas y candidatos de la oposición el año pasado y exigir la adecuada protección de cientos de hondureños de la oposición que han recibido amenazas de muerte.

En otras palabras, dejar de dar armas a los matones hondureños y permitir a aquellos en la oposición los espacios para definir su propio futuro, libre de la interferencia estadounidense”.