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Muere en Tegucigalpa 'Don Pepe' Barroso

  • 22 septiembre 2011 /

El popular personaje de 89 años era conocido en Tegucigalpa por su desinteresado amor por el prójimo.

El cubano José Barroso, un filántropo que hizo de Honduras su segunda patria desde hace unos 40 años, murió hoy en Tegucigalpa a los 89 años, informaron fuentes allegadas a su familia.

Conocido popularmente como 'Don Pepe', Barroso se dedicó a manejar pequeños restaurantes de su propiedad en la capital hondureña, donde todos los años desarrollaba actividades benéficas a favor de niños y mujeres pobres, entre otros sectores sociales.

En los días conmemorativos al niño y la mujer, lo mismo que para las fiestas de navidad, 'Don Pepe' regalaba comida, juguetes, ropa, calzado y otro tipo de ayuda que le fuera posible, lo que hacía diciendo 'hay que ayudar a los demás cuando se puede'.

Barroso, anticastrista, llegó a Honduras a inicio del decenio de los 70 y por su don de servir a los demás obtuvo muchos reconocimientos de instituciones públicas y privadas, entre ellas la Alcaldía de Tegucigalpa.

Hace varios años el gobierno local de Tegucigalpa inauguró en el extremo sur de la ciudad una pequeña plaza dedicada a Barroso con un busto suyo, mientras que en el centro de la capital, en el Paseo Liquidámbar en 2008 se colocó una placa con su nombre.

Un hecho que recuerdan mucho los hondureños es una ermita que Barroso mandó a levantar en uno de sus restaurantes, donde a mediados de 1986 fue abandonada por delincuentes la imagen de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras, que había sido robada.

Los delincuentes sustrajeron la imagen religiosa del Santuario de Suyapa y le robaron toda su fina vestimenta en oro y pedrería para después dejar la diminuta estatuilla tallada en madera de cedro, de seis centímetros de alto, envuelta en papel periódico en uno de los sanitarios de uno de los Merenderos 'Don Pepe', en pleno centro de Tegucigalpa.

Barroso, quien murió tras sufrir una enfermedad que le había retirado de sus actividades, dijo entonces que el hecho de que la imagen de la Virgen de Suyapa apareciera en uno de sus restaurantes, era 'una bendición de Dios' y que en 'agradecimiento' le levantaría 'un sitio para la oración y adorarla'.