25/04/2024
12:58 AM

Honduras: Una noche de terror en el epicentro de los sismos

LA PRENSA experimenta el pánico que desde hace 15 días sufren los habitantes en el pueblo de los sismo.

En medio de la oscura noche solo se escucha el miedo en los gritos desesperados y las voces de la gente suplicando a Dios no morir. El suelo no para de moverse y es peor con cada temblor que sacude con fuerza lo que queda de las humildes viviendas en la aldea Las Delicias Sur.

Es noche de martes 23 de abril en esta aldea del municipio de enjambre de sismos que se ha ensañado con esta comunidad.

Atrás de la casa de don Rumaldo, los vecinos buscan refugiarse de la tormenta en la diminuta carpa, mientras un padre angustiado pasa a sus hijos de uno en uno por encima del alambre ciclón, quienes corren a los brazos de un ser que les brinde protección.

Solo las velas iluminan el refugio. Allí está un pequeño de al menos cuatro años, quien con sus manos entrelazadas no para de orar. Es indescriptible el miedo y la desesperación que estas personas han estado viviendo por los sismos que llegan como los ladrones, solo a robarles la paz. Parece que el tiempo se ha detenido pues los minutos se sienten más largos, cada vez más gente -empapada de agua y presa del llanto-, llega a la propiedad de los Ramos.

“Se cayeron dos casas allá abajo”, cuenta una mujer que llega agitada huyendo de las sacudidas.

Desde el pasado 10 de abril comenzó la pesadilla para la gente de Arizona, Esparta y La Masica, donde los constantes movimientos telúricos oscilan entre 3 y 5.6 grados en la escala de Richter.

Al menos 1,473 personas de las aldeas El Edén, 20 de Enero, Las Delicias y Lombardía, en la comunidad de Esparta, han sido afectadas y más de 50 casas destruidas. En las aldeas todos tienen sus propias teorías sobre el origen de los sismos. “Del cerro Sorocón es de donde provienen los temblores, es que allí hay aguas termales, nosotros creemos que hará erupción”, asegura Selvin Ávila, poblador de Esparta.

La necesidad de la gente por encontrar una explicación al fenómeno genera especulaciones y preocupaciones.

“Las iglesias se ven llenas todos los días porque muchos creen que es un mensaje de Dios, otros dicen que son unas minas las que han provocado esto, es difícil saber qué es lo que pasa, pero lo cierto es que estamos desesperados”, relata con tono de preocupación Mercedes López, habitante del sector. Son las 9:30 de la noche, dejamos atrás la aldea Las Delicias y nos dirigimos a San Juan Pueblo. En el trayecto encontramos a una multitud de personas que permanece a orillas del pavimento, observan atónitos las grietas que los temblores han dejado a su paso.

“La calle no estaba así, mire cómo se levantó la capa, eso fue ahorita, es que fueron temblores muy fuertes”, cuenta Oscar Cerrato. Nadie puede dormir, la gente vela toda la noche, muchos dicen que hasta han perdido el apetito. “Los pacientes vienen atemorizados, con cuadros de nervios, sobre todo los niños”, dice la doctora Mailyn Rodríguez, quien ha atendido a seis personas con estos síntomas.

Es miércoles, hemos regresado a la aldea Las Delicias en donde se observan rostros desencajados y miradas perdidas buscando entre los escombros alguna pertenencia en buen estado.

Macaria Villas tiene 70 años y asegura que está viva de milagro, pues salió de su casa dos minutos antes de que uno de los sismos azotara la zona. “Llamé a mi hija y como no había señal salí, luego vino el terremoto. Vi cómo mi casa se hacía pedazos”, relata mientras retuerce con sus manos el desgastado delantal, en un intento por apaciguar el sufrimiento que la embarga.

Por un momento no resiste más, se suelta en llanto al recordar que duerme en plena calle pues se albergó en casa de su hijo, pero este hace cinco días también perdió su vivienda por los temblores.

La mayoría de las personas que vive en Las Delicias son de escasos recursos, se dedican a la agricultura y ganadería, por lo que para ellos volver a empezar es más que un reto.

Tras la terrorífica noche y madrugada sacudidas por unos 11 sismos, las autoridades de la municipalidad de Esparta, Copeco y los bomberos se reunieron para determinar las acciones a seguir y la ayuda que brindarán a los afectados.

Luis Martínez, jefe del centro de operaciones de emergencias de la regional 1 de Copeco, informó que la mayoría de las réplicas se sintieron con mayor intensidad en Las Delicias Sur y en San Juan Pueblo.

“Estos movimientos se han estado dando todos los días, pero ayer -martes- fueron de mayor intensidad”, agregó.
Mientras la comunidad sigue acampando a la intemperie con la esperanza de que la pesadilla termine pronto, los geólogos estudian a detalle qué es lo que ocurre en el epicentro de los sismos.