16/04/2024
12:06 AM

Minda Cox, una guerrera que se enfrenta al mundo sin manos y ni pies

La voluntaria hindú está en Honduras para convivir con 56 niñas en riesgo social del hogar Mis Pequeñas Rosas. Ella les contará su historia como parte de las motivaciones que les dará.

San Pedro Sula, Honduras.

Un grupo de niñas del hogar Mis Pequeñas Rosas, del Ministerio Episcopal, recibió con alegría a Minda Cox, la mujer hindú que llegó por primera vez a Honduras para servir como ejemplo de superación y motivación a todos los sampedranos. Ella es un verdadero ejemplo de coraje y admiración.

Minda nació sin brazos ni piernas. En su país de origen tener discapacidades resta probabilidades de vida.

“Estar en Honduras ha sido uno de mis viajes más esperados. Escuché muchas cosas bonitas del país y eso me entusiasma a disfrutar de la hospitalidad de este hermoso lugar”, expresó.

Minda fue recibida ayer por las alumnas en el aeropuerto Ramón Villeda Morales. La esperaban con rosas para demostrarle su gran admiración. Ella les dijo que el Todopoderoso tiene un propósito para la vida de cada una de ellas. No tener sus cuatro extremidades le ha dado desventajas, pero también motivos para salir adelante.

“Cuando termine mi estadía en Honduras quiero llevarme solo cosas positivas para poder hablar de las niñas y así gestionar apoyo para el hogar Mis Pequeñas Rosas”, manifestó Cox.

Debido a su experiencia, Minda cree que podría ser capaz de animar a las niñas, demostrando que ellas, al igual que el resto de las personas, son valiosas para Dios y para la sociedad, incluso aquellas que viven con retos especiales o que han tenido experiencias difíciles.

“No siempre podemos cambiar nuestras circunstancias y las cosas malas suceden incluso a la gente buena; pero Dios no defrauda, él es fiel aún cuando otros no lo son”, recalcó la hindú.

Cox aprendió a escribir, dibujar y pintar y ha sabido cuidar de ella misma. Logró terminar un libro y concluyó sus estudios universitarios. Actualmente cursa una maestría y estuvo también en África durante seis meses. “Nunca puedo ser anónima. Las personas desde que nací me miran porque no tengo brazos ni piernas. A veces se han dicho cosas crueles de mí, así que crecí un poco tímida; sin embargo, ahora he llegado a ser mucho más libre, pero aún así cuando me encuentro con alguien nuevo me pregunto: ¿me miran por lo que me falta o por lo que soy?” Minda concluyó su entrevista con LA PRENSA con la frase: “Podría decir que soy sobresaliente en gratitud a Dios por darme una vida tan rica”.

Mayra Argüelles, asistente de la fundación, dijo que en el hogar hay 56 niñas de tres a 18 años de edad, quienes han sido remitidas a través del juzgado y de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf). “Minda participará en una obra con las niñas basada en las mujeres de la Biblia, también demostrará sus habilidades de escribir y pintar”, explicó Argüelles.

El próximo 21 de septiembre, la hindú conocerá las playas de Honduras y aseguró que lo hará en traje de baño como lo hace cualquier otra persona. “Es importante dar estas experiencias a las niñas donde tienen el ejemplo de alguien que ha tenido algunas limitaciones físicas, pero con una mente muy rica”.

Durante 23 días, Cox servirá como voluntaria en el Hogar Mis Pequeñas Rosas, para enseñar que no hay limitantes físicas que impidan apoyar a las personas que en algún momento no encuentran sentido a la vida.

La joven realizará otras actividades, como diseñar obras de teatro, para luego con las historias hacer sus pinturas.

Diana Frade, fundadora del Hogar de Niñas Pequeñas Rosas, dijo que Minda quiere enseñar a las personas que basta con ser valientes para enfrentar las dificultades.