San Pedro Sula, Honduras.
El dolor, la impotencia y la indignación embargan a los familiares de la bebé que murió ayer en el hospital Mario Rivas después de sufrir quemaduras por una lámpara que le cayó encima.
La niña de un mes de nacida, a quien su madre Ana Belis Meraz nombró Milagros Noemí, murió minutos antes de la 1:00 pm en el área de neonatología de emergencia pediátrica de dicho hospital. La pequeña recibió quemaduras de segundo grado en cuello, pecho, cara y brazo izquierdo tras caerle una lámpara de escritorio de las que se usan para leer. Esta tenía la finalidad de darle calor a la paciente, ya que sufría de hipotermia porque nació prematura.
La lámpara cayó sobre ella en algún momento de la noche del domingo o la madrugada del lunes sin que nadie pudiera evitarlo y le produjo las heridas.
Según las autoridades de hospital, el hecho ocurrió en un intento de salvarle la vida, pues no se contaba con material adecuado para darle calor a la menor, por lo que se recurrió a ese recurso casero.
Meraz, entre lágrimas y con un dolor indescriptible, dijo que le pedía a Dios todos los días que salvara a su hija, ya que era un milagro desde el momento de su nacimiento.
La joven de 28 años, procedente de la colonia La Roca, en Puerto Cortés, se siente desolada por la pérdida y pide que se haga justicia, ya que dice que una mujer quiso ayudar a la bebé cuando fue quemada y los médicos no lo permitieron.
Ana pasaba en vela afuera del área donde estaba hospitalizada la niña y miraba cómo el personal dormía “embrocado” sin atender a los pacientes.
Los médicos
Las autoridades del hospital aseguran que la niña no murió por las quemaduras, pues estaba en estado crítico de salud al ser ingresada el pasado 12 de julio.
Dicen que fue un descuido que le haya caído la lámpara, no negligencia.
Informaron que a la paciente se le hizo un proceso de atenciones por infección congénita y malformación intestinal. Había sido tratada con antibióticos; se agravó la situación de infección y se compraron algunos medicamentos de urgencia para aplicárselos. Estuvo conectada a aparatos y un ventilador mecánico.
De acuerdo con lo manifestado por médicos del área, todo ese tratamiento no se debió a las quemaduras porque desde que fue ingresada estaba en condición crítica.
Dijeron que las quemaduras son lamentables e imperdonables. Debió ser intervenida quirúrgicamente, pero las condiciones no permitían que entrara a quirófano.
La directora del Mario Rivas, Ledy Brizzio, manifestó que la vida de la niña estaba en peligro desde que ingresó al centro médico. Se defiende al decir que el accidente no tuvo que ver con la muerte, pues el diagnóstico es un choque séptico producido por una infección generalizada.
Sin embargo, la ministra de Salud, Yolani Batres, dijo ayer en una entrevista a HRN que este nuevo hecho es lamentable. “La niña llegó en un estado bastante delicado, ya que era muy pequeña y para evitarle la hipotermia se le colocó en una incubadora. Lamentablemente, la lámpara le cayó encima y las laceraciones terminaron de complicarla”.
Batres señaló que se deducirán las responsabilidades en caso de comprobarse negligencia en el caso de la bebé.
“Ya me comuniqué con el doctor Merlin Fernández y tomaremos las medidas disciplinarias en este caso, que no debe opacar las mejoras que estamos haciendo. Sabemos que la vida es lo más importante y no hay palabras para la madre de esta recién nacida”.
Los abogados del principal centro médico de la región ya iniciaron las averiguaciones para deducir responsabilidades a los involucrados.
Tras la denuncia de los familiares ante el Ministerio Público, el hecho está siendo investigado por la Fiscalía de Delitos contra la Vida.
Ayer por la tarde, autoridades de Medicina Forense y la Fiscalía realizaron el levantamiento. Los fiscales se llevaron toda la documentación, unas 200 páginas, para las investigaciones.
El cuerpo de la menor fue trasladado a la Medicina Forense. La autopsia revelará las causas de la muerte de la bebita.
El doctor Fernández dijo que las investigaciones deberán demostrar si hubo algún procedimiento indebido, omisión o incluso mala práctica. Si ese es el caso, los responsables serán sancionados.
“Las quemaduras produjeron lesiones superficiales y a media profundidad, pero no causaron la muerte ni agravaron el estado de la niña”.
Crisis
El Mario Rivas fue intervenido el pasado mes para buscar una salida de la crisis. Sin embargo, sus condiciones aún son precarias.
La falta de material médico es uno de los factores que influyeron en las quemaduras de la bebita. En la sala de neonatología hay espacio para tres bebés y en la emergencia pediátrica, a pesar de que es para 40 menores, internan alrededor de 90.
Se desconoce cuántos médicos, internos y enfermeras estaban de turno, ya que las autoridades argumentaron que no manejaban esa información.
Los miembros de la comisión interventora ya le han planteado a la Secretaría de Salud que se debe hacer un esfuerzo para dotar de equipo suficiente a las áreas más críticas del hospital.
El dolor, la impotencia y la indignación embargan a los familiares de la bebé que murió ayer en el hospital Mario Rivas después de sufrir quemaduras por una lámpara que le cayó encima.
La niña de un mes de nacida, a quien su madre Ana Belis Meraz nombró Milagros Noemí, murió minutos antes de la 1:00 pm en el área de neonatología de emergencia pediátrica de dicho hospital. La pequeña recibió quemaduras de segundo grado en cuello, pecho, cara y brazo izquierdo tras caerle una lámpara de escritorio de las que se usan para leer. Esta tenía la finalidad de darle calor a la paciente, ya que sufría de hipotermia porque nació prematura.
La lámpara cayó sobre ella en algún momento de la noche del domingo o la madrugada del lunes sin que nadie pudiera evitarlo y le produjo las heridas.
Según las autoridades de hospital, el hecho ocurrió en un intento de salvarle la vida, pues no se contaba con material adecuado para darle calor a la menor, por lo que se recurrió a ese recurso casero.
Meraz, entre lágrimas y con un dolor indescriptible, dijo que le pedía a Dios todos los días que salvara a su hija, ya que era un milagro desde el momento de su nacimiento.
La joven de 28 años, procedente de la colonia La Roca, en Puerto Cortés, se siente desolada por la pérdida y pide que se haga justicia, ya que dice que una mujer quiso ayudar a la bebé cuando fue quemada y los médicos no lo permitieron.
Ana pasaba en vela afuera del área donde estaba hospitalizada la niña y miraba cómo el personal dormía “embrocado” sin atender a los pacientes.
Los médicos
Las autoridades del hospital aseguran que la niña no murió por las quemaduras, pues estaba en estado crítico de salud al ser ingresada el pasado 12 de julio.
Dicen que fue un descuido que le haya caído la lámpara, no negligencia.
Informaron que a la paciente se le hizo un proceso de atenciones por infección congénita y malformación intestinal. Había sido tratada con antibióticos; se agravó la situación de infección y se compraron algunos medicamentos de urgencia para aplicárselos. Estuvo conectada a aparatos y un ventilador mecánico.
De acuerdo con lo manifestado por médicos del área, todo ese tratamiento no se debió a las quemaduras porque desde que fue ingresada estaba en condición crítica.
Dijeron que las quemaduras son lamentables e imperdonables. Debió ser intervenida quirúrgicamente, pero las condiciones no permitían que entrara a quirófano.
La directora del Mario Rivas, Ledy Brizzio, manifestó que la vida de la niña estaba en peligro desde que ingresó al centro médico. Se defiende al decir que el accidente no tuvo que ver con la muerte, pues el diagnóstico es un choque séptico producido por una infección generalizada.
Sin embargo, la ministra de Salud, Yolani Batres, dijo ayer en una entrevista a HRN que este nuevo hecho es lamentable. “La niña llegó en un estado bastante delicado, ya que era muy pequeña y para evitarle la hipotermia se le colocó en una incubadora. Lamentablemente, la lámpara le cayó encima y las laceraciones terminaron de complicarla”.
Batres señaló que se deducirán las responsabilidades en caso de comprobarse negligencia en el caso de la bebé.
“Ya me comuniqué con el doctor Merlin Fernández y tomaremos las medidas disciplinarias en este caso, que no debe opacar las mejoras que estamos haciendo. Sabemos que la vida es lo más importante y no hay palabras para la madre de esta recién nacida”.
Los abogados del principal centro médico de la región ya iniciaron las averiguaciones para deducir responsabilidades a los involucrados.
Tras la denuncia de los familiares ante el Ministerio Público, el hecho está siendo investigado por la Fiscalía de Delitos contra la Vida.
Ayer por la tarde, autoridades de Medicina Forense y la Fiscalía realizaron el levantamiento. Los fiscales se llevaron toda la documentación, unas 200 páginas, para las investigaciones.
El cuerpo de la menor fue trasladado a la Medicina Forense. La autopsia revelará las causas de la muerte de la bebita.
El doctor Fernández dijo que las investigaciones deberán demostrar si hubo algún procedimiento indebido, omisión o incluso mala práctica. Si ese es el caso, los responsables serán sancionados.
“Las quemaduras produjeron lesiones superficiales y a media profundidad, pero no causaron la muerte ni agravaron el estado de la niña”.
Crisis
El Mario Rivas fue intervenido el pasado mes para buscar una salida de la crisis. Sin embargo, sus condiciones aún son precarias.
La falta de material médico es uno de los factores que influyeron en las quemaduras de la bebita. En la sala de neonatología hay espacio para tres bebés y en la emergencia pediátrica, a pesar de que es para 40 menores, internan alrededor de 90.
Se desconoce cuántos médicos, internos y enfermeras estaban de turno, ya que las autoridades argumentaron que no manejaban esa información.
Los miembros de la comisión interventora ya le han planteado a la Secretaría de Salud que se debe hacer un esfuerzo para dotar de equipo suficiente a las áreas más críticas del hospital.
