14/04/2024
06:03 PM

Hondureños acuden con fe a los vía crucis del Viernes Santo

Desde muy tempranas horas iniciaron las procesiones que recuerdan los momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido.

San Pedro Sula, Honduras.

Sostenida por un bastón, Marina García llega a la catedral San Pedro Apóstol a cumplir su promesa y participar en el recorrido que rememora la Pasión y muerte de Jesús.

Ella tiene 72 años, pero no recuerda en cuántos ha participado en la procesión. Su fe es inquebrantable y su devoción es contagiosa.

Viste de color morado para guardar luto por la solemnidad del evento y es una de las primeras feligreses que medita los pasos de Jesús en su camino al Calvario hasta su crucifixión y muerte. El ardor que le ocasiona el pavimento no importa para que la septuagenaria se arrodille en cada una de las estaciones para escuchar la Palabra de Dios, rezar el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y seguir los actos penitenciales. Se arrodilla 14 veces.

Ella llega desde la colonia Satélite -mientras los primeros rayos del sol caen en San Pedro Sula- con un comportamiento ejemplar que denota una caminata sin muestras de cansancio.

Marina es solo un ejemplo del numeroso grupo de sampedranos que participaron del viacrucis parroquial y que cantaron con solemnidad: “Este viacrucis santo, oh buen Jesús aceptad; vuestras penas y mi llanto (...)”.

El camino de la cruz es una de las formas más expresivas, sólidas y extendidas de la devoción del pueblo cristiano por la Pasión de Cristo, pero ayer se recordó también que en Honduras se vive un viacrucis de desempleo, hambre, corrupción y derramamiento de sangre en los barrios, las colonias, las aldeas y los caseríos.

El obispo Ángel Garachana mencionó a los presentes que el viacrucis parroquial, desarrollado en las principales calles de San Pedro Sula, ayuda a reconocer que los cristianos tienen capacidad de lograr un cambio si luchan por la práctica de la justicia en Honduras para que florezca la paz.

Unas 14 estaciones fueron representadas con cuadros vivos en los que se reflejó la realidad del país.

La creatividad y la solemnidad fueron evidenciadas por los integrantes de las diferentes comunidades católicas de la diócesis. En este punto, los jóvenes representaron la mayoría.

14 mensajes

El camino de la cruz comenzó frente a la Catedral con la primera estación, en la que se recordó que Jesús fue condenado a muerte. Tras proclamar el santo evangelio se elevaron peticiones para que los jueces de Honduras impartan una verdadera justicia; además, para que el Consejo de la Judicatura desempeñe su verdadero papel y reconozca a los jueces suspendidos el derecho a defenderse.

La procesión recorrió la Primera Calle y luego de caminar varias cuadras se proclamó el Evangelio en la segunda estación: “Jesús carga con su cruz”.

La petición de misericordia fue una sola: rogar para que los hondureños no sigan cargando la cruz de la canasta básica elevada, los combustibles caros, la falta de medicamentos en los hospitales y el desempleo.

Entre cánticos y rogaciones los feligreses llegaron a la tercera estación: “Jesús cae por primera vez”. El mensaje fue dirigido a los políticos, para que no sigan engañando al pueblo. También se pidió porque exista oportunidad para los hondureños y no tengan que emigrar.

En la avenida Júnior se desarrolló la cuarta estación, en alusión al momento en que Jesús encontró a su santísima madre.

La oportunidad fue única para pedir por las madres solteras de Honduras, las mujeres que dejaron a sus hijos para viajar “mojadas” al país del norte y para que no queden impunes los asesinatos de las mujeres, que solo dolor dejan a sus hijos.

En la quinta estación se recordó cuando Simón de Cirene ayudó a Jesús a llevar su cruz.

Se pidió porque los que tienen más recursos ayuden a los hondureños pobres, a los enfermos y a los presos que cargan con la cruz de ser “reos sin condena”. También se recordó a los sacerdotes que dejen sus comodidades y ayuden al enfermo, preso, sediento, desnudo, migrante y no se escondan de los pobres.

La sexta estación se realizó en el barrio Guamilito: “La Verónica limpia el rostro a Jesús”. “Misericordia Señor, hemos pecado”, respondieron los feligreses cuando se pidió por todos los que utilizan a las mujeres para que se apliquen “la pena de muerte a los niños que no han nacido” por medio de aborto provocado o consumiendo pastillas del día despúes.

Cuando Jesús cayó con la cruz por segunda vez en la séptima estación, se envió un mensaje a todos los cristianos para que no sean conformistas de creer que celebrando y acudiendo a iglesias sin ayudar al prójimo es suficiente.

No hubo impedimentos

El calor no fue impedimento para que los cristianos participaran de forma masiva en los mensajes de reflexión de cada estación.

En la octava estación se recordó que Jesús consoló a las mujeres de Jerusalén y se oró para que las mujeres hondureñas participen en un 100% en los cargos de elección popular; además, se condenaron los feminicidios.

La oración en la novena estación, cuando Jesús cayó por tercera vez, fue por los hondureños que están sumidos en las drogas y el alcohol.

Varios feligreses derramaron lágrimas en la décima estación, cuando los jóvenes representaron el cuadro: “Jesús es clavado en la cruz” y luego fue despojado de sus vestiduras. “Jesús murió en la cruz por nosotros”, esa décima segunda estación fue recordada por el obispo Garachana, quien mandó a imitar ese ejemplo. Así transcurríó el tiempo hasta que los feligreses llegaron de nuevo a la catedral para ser testigos del descenso de Jesús de la Cruz, la penúltima estación, y llevarse un mensaje de amor, fe y devoción. Doña Marina revive estos sentimientos cada Viernes Santo.

Tradición en otras ciudades

En Trinidad, Santa Bárbara, varias familias elaborararon sus alfombras en cada cuadra frente a sus casas ya que son privilegiados al pasar el santo entierro por el frente de sus viviendas.

Más de 20 familias involucraron a niños, jóvenes, ancianos a todos en esta tradición donde el aserrín teñido se vuelve en un arte fotográfico de cada escena que se plasma con mensajes de paz. Unas 150 personas trabajaron durante más de 15 horas en la elaboración de cada alfombra.

Los pobladores de la novia de Honduras, La Ceiba, también se hicieron presentes con fe y devoción en el vía crucis por las distintas calles y avenidas de esa ciudad.

Un grupo de jóvenes de la Pastoral Juvenil de la Parroquia San Isidro dramatizó cada uno de los pasos que le tocó vivir a Jesús en su camino a la crucifixión y muerte.

En cada una de las estaciones los fieles fueron meditando sobre la realidad económica, política y social que vive Honduras.

Ancianos, adultos, jóvenes y niños participaron de este acto religioso, que con cantos solemnes, peticiones y oraciones le dieron colorido al recorrido del vía crucis.

En esa cálida ciudad también se pudo apreciar las alfombras de aserrín, cabe recordar que desde hace cuatro años no se elaboraban en La Ceiba.

Nueve cuadros con imágenes y mensajes alusivos a la Semana Santa engalanaron las calles de la avenida San Isidro.

Por su parte en El Progreso las parroquias se unieron para desarrollar el vía crucis con los feligreses.

En la capital de Honduras, Tegucigalpa, la procesión inició en el centro de la ciudad a las 9:00 AM en la iglesia San Francisco, en el parque Valle, con rumbo a la iglesia El Calvario, en el barrio Abajo.

En esa ciudad también se pudo apreciar las alfombras en un tramo de 600 metros que se ubicaron en la avenida Cervantes.

En Olanchito, Yoro bajo un fuerte sol los feligreses acudieron al viacrucis que inicio en la iglesia católica y concluyo en la cruz del perdón en la salida Agalteca, Hugo Lemus cura párroco de esta ciudad encabezo la procesión.

El viacrucis inicio a las seis de la mañana y recorrió calles y avenidas de esta ciudad, las fuertes temperaturas no detuvo a los feligreses, como todos los años estuvo bien concurrido.

El sacerdote Hugo Lemus dirigió el recorrido donde en cada estación se realizó un acto religioso hasta llegar al calvario.

El Vía crucis es una devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las estaciones que, del Pretorio al Calvario, representan los episodios más notables de la Pasión.

“En este día pedimos por el cese a la violencia, queremos la paz para el mundo y nuestro País, “dijo El sacerdote Lemus.

Catorce estaciones fueron recorridas por los feligreses que meditaron en cada una de las estaciones.

En Saba el viacrucis no fue muy concurrido, el recorrido inicio desde la colonia Bellavista hasta llegar a la iglesia católica.

En Santa Rosa de Copán, desde tempranas horas del día, decenas de feligreses católicos de Copán revivieron los momentos sufridos por Jesucristo en la realización del vía crucis.

La Sultana de Occidente fue la sede principal donde los feligreses de la diócesis de Santa Rosa de Lima celebraron un año más de la crucifixión.

Jóvenes, niños y adultos, caminaron por la calle Real Centenario y recorrieron las 14 estaciones del vía crucis, sin que importaran las altas temperaturas y el radiante sol.

Fueron decenas de feligreses los que desde las 4:30 de la mañana madrugaron a elaborar coloridas alfombras para hacer del extenso recorrido que inició a las 9:00 de la mañana desde la iglesia Catedral hasta el auditorio Monseñor Carranza Chevez, donde culminó con una misa.

Los feligreses no dejaron de reflexionar sobre los principales problemas que hay en el país, como la pobreza extrema, la desintegración familiar, el aborto, la crisis económica y la violencia.

Además, en las oraciones clamaron para que haya perdón entre los hondureños y bajar los altos índices de violencia en el departamento.