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Gladys Maritza, la reina de los taxis colectivos

  • 12 julio 2012 /

A sus 50 años se enfrenta a los riesgos de ser taxista en las calles sampedranas.

En diciembre de 2005, Gladys Maritza Contreras cambió su máquina de coser por un taxi. Es la reina del volante de la ruta de colectivos de la transporte público. En sus sueños siempre se veía manejando.

Esta semana no ha tenido suerte. Su turismo con registro 3941 ha estado en el taller dos días. Lo sacó la tarde del martes.

Ayer a las nueve de la mañana, antes del vaivén de pasajeros, lo llevó a una lavandería de autos de la colonia Luisiana. “Estaba lleno de grasa”, me dice, mientras le indica a un menor, que rápidamente le saca brillo a los vidrios del vehículo, que también le eche perfume.

Tras quedar el auto impecable, entro en la unidad junto al fotógrafo. Maritza, como todos le llaman, nos advierte que tiene malo el aire acondicionado; la alta temperatura ya la hace sudar.Le baja el volumen a la radio (en la que suena una canción de reguetón) para contar cómo empezó a laborar en ese sector del transporte liderado tradicionalmente por hombres; solo en su ruta hay aproximadamente 70.
Su experiencia

Al separarse de su esposo después de más de 10 años de estar juntos, se quedó con sus cuatro hijos, dos varones y dos niñas, y empezó a trabajar elaborando cameras y ropa de vestir.

Su expareja compró el vehículo para usarlo como taxi y se lo entregó después. “Yo se lo daba a otra persona para que lo manejara, pero no resultaba. Una Navidad me quedé sin chofer; entonces me dije ‘vamos adelante’”.

Sus hijos pusieron “el grito en el cielo” cuando les comunicó que manejaría la unidad.
“‘Mami, mami, es muy peligroso, usted siempre ha trabajado. Vuelva a costurar’. Pero me hice fuerte. Lo que hago es encomendarme a Dios porque cuando uno mira cuántos Ver más noticias sobre Honduras