La universitaria, que no ha querido hablar con los medios de comunicación sobre el caso de sus bebés, fue llevada por los médicos a la sala adonde las vio y las acarició.
Lamentablemente no las ha podido cargar por la situación de las siamesas, que permanecen aisladas de los demás recién nacidos en la sala.
Estudios
El neonatólogo Samuel Santos explicó que las bebés han evolucionado satisfactoriamente y ayer por la mañana comenzaron a alimentarlas con leche materna. Una de ellas se alimenta mejor que la otra porque tiene mayor vitalidad y su corazón es más activo.
Santos dijo que las pequeñas aún no han necesitado oxígeno porque no han presentado problemas de insuficiencia cardíaca ni respiratorios.
La tomografía muestra que las niñas tienen un solo hígado, y bazo, comparten la misma pelvis, lo que hace muy difícil hacer una intervención quirúrgica con éxito sin que se tenga que sacrificar a una de ellas.
“Lo más correcto en este momento es dejarlas crecer como están, y si ellas logran sobrevivir la etapa neonatal y pediátrica se haría en el futuro un proceso quirúrgico de separación”, indicó Santos. Si las niñas siguen evolucionando bien tendrían que mantenerse bajo manejo pediátrico estricto en cuanto a su alimentación y los cuidados de un equipo de médicos especialistas, como nutricionistas, neumólogos, cardiólogos y otros.
Esto serviría para mantenerlas con un peso adecuado durante su crecimiento y para que ambas reciban la misma cantidad de calorías. El peso de las niñas es de 4,100 gramos y los médicos lo están tomando en cuenta para poder calcular los líquidos que debe recibir cada una de la niñas.
Rosa Murcia, abuela materna de las siamesas, no deja de mostrar preocupación por la salud de sus nietas.
