En verano de 2003, el joven estadounidense Dominic Russo visitó Honduras, específicamente El Progreso, Yoro, y desde allí Dios empezó un vínculo especial entre él y esta nación.
Dios pondría a Honduras en su camino para desafiarlo a realizar el sueño que puso en su corazón desde los 13 años y que consistía en ayudar a toda una nación a reconciliarse a través de apoyo de muchas personas.
Basó este sueño en el verso que recita Isaías 66.8 “¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos”.
Desde ayer, ese sueño que hace dos años llamaría Una nación, un día se está convirtiendo en realidad y trae consigo un gran apoyo y beneficio histórico para todos los hondureños que concluirá con la gran reconciliación nacional el próximo sábado 20 de julio.
“Desde que visité Honduras hace 10 años comenzamos a enamorarnos de su gente y hemos seguido de cerca los desafíos que ha tenido que enfrentar en los últimos días. Dios puso con el paso del tiempo en nuestro corazón el deseo de ser ayuda para que logre un cambio y después realizarlo en otros países”, dijo Russo en su visita ayer a LA PRENSA.
“En mi primera visita pude conocer a pastores del país como Misael Argeñal y otros más que al final vinieron a concretar que la visión que Dios puso en mi corazón desde los 13 años debía cumplirse por primera vez en Honduras”, relató el misionero.
Russo revela que los dos mil misioneros que llegaron desde ayer al país decidieron dejar su comodidad y su trabajo porque tienen una “sincera pasión por rescatar las vidas de personas que no tienen esperanza y que Dios puede darles”. “Todo el equipo que me acompaña está pagando sus gastos, ellos trabajaron desde hace dos años para financiar sus viajes y todo lo que necesitan para estar todo este tiempo en Honduras. Incluso yo tuve que ahorrar para alquilar el Boeing 747-400 que trasladaría a todos mis amigos que han creído que Dios cambiará la situación que atraviesa este país, es el amor a Dios y a las personas de Honduras que nos tiene aquí, es la fe”, reveló el fundador de Missions.Me, que reúne a todos los apasionados para servir a otros en todo el mundo.
“Yo les digo a los jóvenes de Honduras que no crean que por ser jóvenes no pueden lograr un sueño. Muchos se burlarán, pero Dios es quien cumple nuestros sueños y yo ahora estoy dando testimonio de ello. Venimos para abrazar con el evangelio a Honduras”. Al finalizar su relato, Dominic Russo, expresó que el 20 de julio será un día de reconciliación nacional y que Jesucristo estará en los corazones de quienes deseen un cambio para su nación.
“Sabemos que la mayor cantidad de misioneros que han visitado un país en toda la historia no es casualidad. Nada de lo que sucede es una casualidad y esto que realmente parece complicado para nuestros ojos es el comienzo de la transformación de un país que necesita de tener a Jesús como su Salvador y tener una íntima y cercana relación con Él”.
Brigada y festival
Ayer desde las 8:00 am, los misioneros distribuidos en todo el país comenzaron sus labores de evangelización y ayuda humanitaria. Realizaron el festival de valores en los centros educativos de todos los departamentos del país y comenzaron la atención médica en sus brigadas. En San Pedro Sula visitaron más de 30 centros educativos y esta mañana continúan. Además, comenzaron la jornada de atención médica que se desarrolla desde las 7:00 am hasta las 5:00 pm en el estadio Olímpico de San Pedro Sula.
Ayer 700 personas de escasos recursos acudieron al coloso sampedrano para ser atendidos por los 30 médicos estadounidenses que les hicieron chequeo general y otras atenciones, como odontología.
“Les agredecemos, nos están dando ayuda gratuita y atención especial”, dijo Aurora Méndez, una sampedrana que llegó desde la Rivera Hernández para ser atendida.
Miniperfil
Dominic Russo es un innovador en misiones internacionales. A los 20 años fundó Missions.Me y comenzó a organizar campañas evangélicas en América Latina. Estas campañas incluyen cientos de misioneros voluntarios, proyectos de ayuda y asociaciones de colaboración con líderes políticos y religiosos locales. En 2011, Dominic lanzó la iniciativa “1Nation1Day” en Honduras.
