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En auge pruebas de paternidad en San Pedro Sula

  • 09 febrero 2013 /

El 90% de los sampedranos que solicitan este tipo de estudio lo hacen para poder entablar demandas de manutención.


Las pruebas de ADN han tomado popularidad entre los sampedranos,
ya sea con el fin de entablar una demanda de manutención, despejar la incertidumbre
sobre si el hijo que le atribuyen es sangre de su sangre, desenmascarar una infidelidad o, incluso, identificar un cadáver.

Las vivencias de las personas que visitan el Centro de Diagnóstico Clínico ubicado en la 6 avenida y 4 calle del barrio Guamilito, parecen sacadas de una telenovela.

Claudio Galo, microbiólogo y químico clínico del centro, dijo que aunque lleva 30 años en la profesión, cada vez que abre un sobre para revelar los resultados, las reacciones siempre son distintas. “Se ve de todo, lágrimas, gritos, sonrisas, reclamos e incluso hemos tenido peleas”, cuenta el especialista.

El 90% de los casos que llegan al laboratorio son por demandas de paternidad, que tienen como fin obtener el beneficio económico para la crianza de los menores. “Tenemos un convenio especial con los Juzgados de Familia, para darles un precio especial, pues hay muchas demandas, pero la gente no tiene dinero”.

Galo asegura que este tipo de examen
tiene una gran demanda, al mes llegan de 8 a 10 personas a solicitar la prueba. El costo es de 500 dólares (10,000). “Muchos dicen que prefieren invertir ese dinero y no pagar toda la vida la educación de un hijo que no tiene el menor parentesco con ellos”.

Prueba reencuentra familia

Entre los archivos del doctor Galo figura el nombre de doña “María”, quien junto a su esposo se reencontró con su nieto, cuando tenía 19 años, gracias a los análisis de ADN.

“Un día recibí una llamada, era un muchacho diciendo que era mi nieto; sacó nuestros nombres de los registros que tiene LA PRENSA, ya que mi hijo, el padre de él, murió en un accidente vial, la noticia salió en el diario, y ahí aparecían nuestros datos. él buscó en la guía telefónica y logró contactarse con nosotros.

Mi hijo llevaba 20 años de haber fallecido, desconocíamos de la existencia del niño, y aunque la llamada fue sorpresiva, quedamos en vernos dos días después”.

Doña “María” recordó que ambos acordaron cómo ir vestidos el día del encuentro para poder reconocerse. “Cuando lo vi dudé de que fuera mi nieto, todos mis hijos son de piel trigueña y él era blanco, ojos verdes y cabello claro; pero me
simpatizó mucho, le propuse
hacernos una prueba de paternidad para disipar cualquier duda”, aseveró la longeva.

Dos meses después del encuentro pudieron someterse al examen, ya que el joven vivía en Tegucigalpa con su madre y abuela, pero en las vacaciones de la universidad regresó para que le tomarán las muestras.

“Cuando escuchamos el resultado, él saltó diciendo: ahora les puedo decir abuelos. Ese día sentí que Dios me regresó una parte de mi hijo, ahora tenemos una relación muy bonita y cercana con mi nieto”, dijo con nostalgia la señora.

Así como este hay muchos casos donde la ciencia ha sido la cómplice para el reencuentro de
familias. El doctor Galo nunca se deja de sorprender de los casos que llegan al laboratorio.“Aquí han llegado mujeres, que vienen con prendas íntimas, queriendo conocer si el semen que está en la ropa es el de sus esposos. En una ocasión llegaron dos hombres y una dama, pues ella no estaba segura de quién era el padre de su hijo; al final la prueba arrojo negativo en ambos. También hemos tenido gente que viene a pedir que no revelemos a sus familiares los verdaderos resultados”, contó el especialista.

Las muestras son tomadas con un hisopo, para luego enviarlas a un centro de biología molecular en Estados Unidos.


Este pequeño laboratorio ubicado en San Pedro Sula ha trabajado con los casos del programa Sabado Gigante, de Univisión. “Nosotros tomamos las muestras y las mandamos allá”.

Estas pruebas son como una ruleta rusa, “no se tiene idea del resultado que saldrá, pero algo seguro es que revelará la verdad”.