22/04/2024
09:30 AM

Relatos Urbanos: 'Viví un sueño cantando con el Travi”

King Frank volvió a su trabajo de tapicero tras la muerte de su amigo, porque no podía vivir con la sombra de un pasado.

¡ Mataron al Travi! La frase sonaba una y otra vez en su celular, por lo que King Frank tuvo que apagar el aparato como para que aquello no fuera cierto; pero las palabras siguieron sonando en la boca de sus amigos, hasta que finalmente tuvo que aceptar la dura realidad: su amigo y socio había sido ultimado tras una discusión absurda con un guardia de seguridad.

Aquel 2007 en que ocurrió la tragedia, juntos estaban viviendo momentos mágicos como integrantes del dúo de música urbana, King Frank y el Travi que causaba furor entre los jóvenes amantes del reguetón.

Tras la tragedia, por algún tiempo King Frank -cuyo verdadero nombre es Franklin Umanzor- se refugió en la música y hasta le hizo una melodía al desaparecido amigo, la que cantó a dúo con DayZ Handal.

King Frank finalmente optó por retirarse al ver que la magia había terminado y tenía una familia que lo esperaba en casa. Ahora está dedicado a atender su propio negocio de tapicería en el barrio Los Andes adonde suele mezclar la labor con los recuerdos.

No olvida que fue el Travi quien lo llevó a volar por el mundo de la farándula, por eso en su honor se hace llamar King Frank el Travi porque para él ese nombre es sinónimo de coraje. “Solo le quité la y al nombre del conjunto”, dice.

La música la trae en los genes porque su abuelo tocaba la marimba y su padre, el piano. “Mi papá compró un piano en el que aprendimos a tocar juntos. Esa vocación por la música la puse de manifiesto cuando estaba en la escuela primaria y hacía show bailando música disco en los recreos”, dice.

A la vez que aprendía sus lecciones escolares trabajaba haciendo objetos tallados en madera. “Comencé a trabajar a los once años y hasta la fecha no he parado”, comenta.

Cuando estudiaba en el instituto José Trinidad Reyes tuvo que retirarse de las aulas a causa de la enfermedad de su madre, quien lo sostenía tras que ella se separó de su padre. No obstante, logró continuar en otros colegios, trabajando de día y estudiando en la noche, hasta que se graduó como Bachiller en Mercadotecnia en el Instituto Técnico Morazánico.

“Luego entré en la universidad, pero solo saqué unas cuantas clases porque el trabajo en la tapicería me comía mucho tiempo”, relata el excantante.

Su encuentro con el “Travi”

A David Alexander Majano, llamado el Travi, lo conoció en 1991 cuando todavía estaba en el colegio. Con él formó al año siguiente el grupo musical Raperos en Acción, uno de los primeros de la ola de música urbana que surgía en el ambiente sampedrano. “Grabamos un casete, porque en ese tiempo no había CD, con pistas de otros, pero con letra nuestra”.

No iba mal el proyecto, pero como para Frank aquello era un hobby tuvo que desligarse de la música en el 95 para dedicarse a sus estudios y a su trabajo mientras el Travi seguía solo su camino. Pero el destino parecía empecinado en mantenerlos juntos y de nueva cuenta volvieron a unir sus talentos con el tiempo.

Frank estaba dispuesto a no volver, porque ya tenía una hija, pero el Travi llegaba casi todos los días a la tapicería a rogarle: ‘Flaco, vos tenés talento, no podés abandonar la música’.

“Me rogó varios años, tanto que una noche de junio de 2004 decidí acompañarlo a una presentación que tenía en Expocentro. Yo cantaba y él hacía el verso rapeado”. Sin embargo, no despertaban entusiasmo, parecía que el público no los tomaba en serio cuando se presentaron como King Frank y el Travi.

Un conocido se le acercó a Majano y le dijo en tono burlesco: ‘no Travi, ya estás cabal, vos ya pasaste de moda’. Aquellas palabras ofendieron a Frank, pero a la vez le dieron ánimo para quedarse definitivamente con su amigo en el ámbito musical.

El sueño

“Hicimos música romántica con ritmo de reguetón, pero no lográbamos pegar; sin embargo, nos hicimos fuertes, hasta que una productora nos dio la oportunidad de grabar en un estudio de verdad”.

Así hicieron su primer video “Si fueras mía” gracias al cual Honduras comenzó a saber de ellos, mas el camino seguía cuesta arriba porque no tenían presupuesto para seguir grabando.

Con sus propios recursos lograron grabar La Gallina, después de lo cual salieron a dar espectáculos que resultaron más o menos exitosos porque ya eran más conocidos.

Luego con DJ Sy grabaron el vidoclip El Código que fue rodado en un lujoso hotel de la ciudad y en un avión privado de un empresario guatemalteco que estaba de paso por Honduras.

Aparte de que El Código fue un bombazo, logró que una empresa de ropa colombiana contratara al dúo musical para que fuera imagen de su marca en Honduras. A la vez les pidó a los muchachos que hicieran otra grabación sin mayor dilación, así que pensaron en un cover.

Entonces surgió la idea de grabar una versión de “La Puerta del Colegio”, una melodía mexicana que por no ser original del dúo no auguraba mayor éxito; pero la hicieron a su estilo y fue realmente la puerta hacia el éxito.

“Aunque era un monumento de canción, el primer día fue supercriticada, pero luego fue calando en el público hasta que se convirtió en el éxito que lanzó a la fama a King Frank y el Travi”.

Se hizo un video en el que participaron 70 estudiantes de diferentes colegios. La gente hacía fila en el mall adonde se hizo el castin para escoger a los participantes en la producción “Nos quedamos pasmados”.

Allí mismo, en un enorme plasma se hizo luego el estreno del video. Cuando terminó, todo mundo los aplaudía. “¡Dios mío!, esto es como un sueño”, pensaba King Frank.

No se imagina, dice hoy que está solo, hasta dónde hubiesen llegado con su música si una bala no se interpone en la carrera artística que empezaba a dar sus frutos después de tantos sacrificios.

Grabaron en un jet de lujo

Grabar “El Código” dentro de un lujoso jet no estaba en el programa del dúo musical, pues lo que habían planeado era usar de fondo una vieja avioneta que se encontraba en el aeropuerto Ramón Villeda Morales.

Resulta que los músicos llegaron tímidamente al aeropuerto para hacer la producción, con el temor de que la seguridad no los dejara entrar a la pista adonde estaba la avioneta.

“No hagamos mucha bulla porque nos van a sacar”, aconsejó Frank al equipo. Sin embargo, ese día tenían todos los santos a su favor porque no solamente lograron llegar hasta los hangares, sino que allí se encontraron al empresario chapín quien, sin conocerlos, les facilitó su moderno avión privado para hacer la primera parte de la grabación.

“Cuando íbamos a hacer las tomas apareció un carrazo paralelo a la pista y lo primero que se me vino a la cabeza fue: ‘ya nos sacaron’. Pero no, después que nos preguntó qué estábamos haciendo, el hombre nos ofreció su jet para que hicieramos allí el video”, recuerda Frank.

Entonces los dos amigos se quedaron viendo asombrados el uno al otro. “Fue algo superespectacular porque no solamente grabamos dentro y fuera de la aeronave, sino que también volamos”.

La segunda parte de la grabación la hicieron con Dj Sy en un hotel conocido de la ciudad que les dio las facilidades para que actuaran a su antojo.

‘Flaco, llegó nuestro tiempo’, le dijo el Travi a Frank al ver cómo se les iban abriendo las puertas hacia el éxito.