18/04/2024
07:05 PM

Relatos Urbanos: Sampedrano brilla en Europa

Juan José Florentino es un ingeniero que estudió becado en EUA y ahora labora en una de las petroleras más reconocidas del mundo.

Sus maestros del Primero de Mayo lo recuerdan como un chico inquieto que siempre pensó en hacer cosas grandes, en llegar lejos y lo logró.

Juan José Florentino Coello es un sampedrano de 34 años que destaca en el mundo de la ingeniería en Rotterdam, Holanda. Aunque al principio soñó con ser un prominente médico, el destino lo llevó a cambiar de profesión y ahora camina por los pasillos de British Petroleum (BP), la sexta en el ranking de las 10 empresas más grandes del mundo en este rubro.

Desde 2011 labora en esta compañía donde forma parte del grupo de ingenieros. Pese a la distancia, este exitoso sampedrano tiene muy presente a su familia, no olvida sus raíces y sobre todo extraña mucho los frijolitos. “Me hacen falta muchas cosas de mi país, pero estoy contento acá y agradecido con Dios por los éxitos que he cosechado”.

Todo cambió

Exalumno del Primero de Mayo, donde estudió bachillerato en computación, José Florentino se graduó con excelencia académica. Su éxito no sorprende a sus maestros porque siempre le vieron el talento y ganas de superarse para sacar adelante a su familia.

El profesor Santiago David Tormo, quien lo tuvo como alumno, asegura que siempre fue brillante. Al culminar la secundaria y convencido de que su anhelo era la medicina, ingresó a la universidad y cursó algunas materias; su madre Bernarda Coello de Florentino compartía su sueño y estaba dispuesta a apoyarlo en todo.
Meses después su madre se motivó a solicitarle una beca al ver un anuncio de la familia Walton, fundadores de Wal-Mart.

Ella recopiló los documentos, certificados y los demás papeles que se necesitaban. “Fue rápido el proceso, una sorpresa porque pensamos que duraría varios días. La alegría invadió a la familia, el que me dieran la beca fue bueno”, comenta Juan José.

La fortuna le había sonreído, pero tenía que tomar la decisión de su vida: cambiar la medicina por la ingeniería porque el programa no tenía esa carrera contemplada en la beca.

Resignado viajó para estudiar ingeniería en la Universidad John Brown en Arkansas, Estados Unidos, en 1998, durante cuatro años. Después eligió continuar con electricidad, por lo que cursó Ingeniería Electromecánica.

Al terminar, los estudiantes deben poner en práctica los conocimientos adquiridos, porque es parte del programa. Al final de su carrera fue premiado junto a los mejores alumnos latinoamericanos que estudian en los Estados Unidos.

“Al retornar a Honduras el objetivo era trabajar. Cuando volví me costó tiempo obtener un empleo porque en el mercado laboral de Honduras, para bien o para mal, lo que más consume la industria son ingenieros industriales”, agregó.

Ve su futuro en Europa

Otra vez decide probar suerte en el extranjero para continuar desarrollándose en el área técnica, esta vez en Europa, específicamente Alemania, porque es un país que se destaca en el campo de la tecnología.

Se inscribió en Brenne para cursar la maestría de Ingeniería en Información y Automatización.

En esa ocasión no fue becado, pero no fue impedimento para su preparación. Juan José cuenta que le tocó relacionarse con personas de India, Irán, China y un par de mexicanos.

Para graduarse de la maestría se hace un intercambio. Se le dio la oportunidad de terminar su tesis, ya que en Alemania participó en un proyecto con un estudiante de doctorado, quien quedó satisfecho con su trabajo y le ofreció un contacto en un instituto de investigación en Noruega. Su visión y su deseo de quedarse en Europa lo motivaron a buscar oportunidades laborales donde pudiera.

Quería quedarse en Noruega porque es un hermoso país. Además tenía un grupo de amigos cristianos y una novia noruega, pero no surgió la oportunidad rápidamente.

Se abre otra ventana

La empresa Dow Chemical Company, en Holanda, le ofreció empleo en noviembre de 2006. Su trabajo les había gustado, por lo que aceptó y la compañía le tramitó una visa de trabajo. Comenzó siendo ingeniero en automatización en un proyecto grande, como líder en un grupo durante dos años. Siguió en la misma planta dando soporte a los técnicos para que se hicieran cargo del proyecto que habían realizado. En esta compañía laboró cinco años. En Dow comenzó programando las computadoras industriales. Florentino quería nuevos retos. En 2011 surgió la oportunidad en la petrolera BP, en la que está contento y creciendo aún más en su profesión, siempre en Rotterdam, Holanda, donde reside.

Su familia, incondicional

Al preguntarle qué es lo que más extraña de Honduras, con emoción y sin dudarlo dice que es su madre. La admira y es un ejemplo para él porque ella sabe evitar los problemas, llevarse bien con la gente, manejar las situaciones. Es la persona en la que más confía. Con nostalagia su madre recuerda que en primer grado le dejaron algo para redactar y no dejó que su madre le ayudara “porque la maestra lo iba a regañar al ver que no eran sus palabras”. Florentino asegura que su familia es un ejemplo de que cuando se quiere superar en la vida no hay obstáculo que valga.

No olvidando su tierra, Juan José estuvo de visita en San Pedro Sula en enero de 2012, donde disfrutó al máximo tenerlos a todos reunidos, pues en la distancia la nostalgia lo invade.

Su hermana menor, Diana Luz, es su consentida, con ella tiene una relación de protección y mucho respeto. “Es una muchacha con mucha chispa y madura para su edad. Estoy contento por sus logros, supo escoger porque su novio es un muchacho centrado, simpático”.

Aún no está casado, pero tiene una relación con una joven holandesa desde hace siete meses.

Entre sus pasatiempos está leer mucho y navegar por Internet. Habla español, inglés, holandés y un poco de alemán.

Se considera una persona apartada, pero no tímida.

Familia de triunfadores

Al igual que Juan José, sus hermanos Gabriel Antonio, Gerardo Miguel y Diana Luz son un ejemplo de perseverancia. Ellos se han destacado en sus carreras profesionales.

Gabriel Antonio es el segundo hermano. Es ingeniero industrial y de sistemas con maestrías en dirección empresarial y logística y acaba de terminar la segunda en administración de proyectos en la Universidad Tecnológica Centroamericana.

Es un joven apegado a la lectura y fanático del club Real Madrid.

Labora en Cervecería Hondureña como gerente de asuntos corporativos.

Gerardo Miguel terminó sus estudios de Medicina en la Escuela Latinoamericana de Medicina en La Habana, Cuba, hace dos años y continuó en la isla caribeña para especializarse en cirugía pediátrica.

Para Juan José, su hermano Gerardo cumplió el sueño que él tuvo de ser médico.

La cuarta y la más pequeña de la familia Florentino Coello es Diana Luz (22), quien hace dos años egresó de la Universidad de San Pedro Sula de la carrera de Ingeniería Industrial y fue la mejor estudiante de toda la promoción del centro educativo.

Actualmente cursa la maestría en administración de proyectos que empezó este año en la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec). Es una joven emprendedora que se desempeña en la empresa Gildan.

Los tres hermanos de Juan José estudiaron becados en los centros de enseñanza superior donde se prepararon.