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Más de 100 balseros cubanos han llegado a Honduras en el último mes

  • 23 enero 2013 /

En estos momentos al menos 25 balseros cubanos están alojados en las instalaciones de los bomberos de La Ceiba.

Por las calles del barrio Inglés de esta ciudad se ha vuelto común escuchar frases como “se desguavinó” y “oye, chico”. Algunos hasta llaman “barrio cubano” a la sede del Cuerpo de Bomberos, convertida en el hogar en Honduras de unos 50 balseros cubanos que han llegado al país en los primeros días del año.

Ayer, otra embarcación -la segunda en el año- con 23 personas, incluyendo dos mujeres, procedentes de las provincias de Manzanillo y Bayamo, en Cuba, tocaron suelo hondureño.

Los caribeños relataron que navegaron varias semanas en el mar, llegaron a Gran Caimán y luego a la Isla del Cisne, pero no se detuvieron hasta llegar a La Ceiba.

El grupo fue enviado a la sede del Cuerpo de Bomberos, que se encarga del hospedaje y la alimentación de los balseros.

Henry Stanley, titular del Cuerpo de Bomberos, dijo que la llegada de los navegantes no les representa ninguna molestia. El edificio de la estación central cuenta con suficiente espacio para albergar a unas 100 personas y los cubanos son recibidos como invitados de honor. Vecinos de la comunidad incluso colaboran con ellos dándoles comida y estos a cambio les hacen favores con sus destrezas.

“Aquí llegan mecánicos, carpinteros y especialistas en diferentes oficios y no le niegan un favor a nadie”, indicó el comandante. Los balseros del nuevo grupo aseguran que llegan con ganas de trabajar y ayudan a las cocineras de la estación, cooperan con la reparación de vehículos y mantienen aseado el edificio.

Esta tripulación en particular. Cuenta con dos mujeres y 21 hombres, expresan que desean encontrar trabajo en suelo hondureño y establecer residencia permanente en el país. “Venimos dispuestos a trabajar para ganarnos el pan de cada día”, dijo Ovelin Garcés (36). Entre los balseros se encuentran mecánicos, administradores de empresas, técnicos en construcción, mecánicos, soldadores y carpinteros.

“Los problemas económicos y la falta de trabajo nos obligan a buscar otros rumbos para mejorar nuestras vidas”, expresó Lisandra Martín Cedeño (27), una instructora de arte.

Ella y Katiuska Rodríguez Gonzales fueron las únicas mujeres a bordo de la embarcación y dijeron que esperan encontrar empleo en La Ceiba y formalizar su residencia hondureña, al igual que sus compatriotas varones.