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Hondureño narra como asesinó a sus padres con un martillo

  • 17 septiembre 2014 /

Elmer Augusto Bonilla, quien padece esquizofrenia mató a sus padres Héctor Ramón Bonilla (96) y Erlinda Rodríguez (78).

Comayagua, Honduras

Aduciendo que recibió la orden de matar a sus padres, Elmer Augusto Bonilla (40), quien supuestamente padece de esquizofrenia, narró fríamente cómo asesinó a martillazos a sus progenitores.

“Salí y una muchacha me llamó y me dijo que los matara. Entonces agarré un martillo para matar a mi papá porque estaba viejo y no aguantaba y me decían que lo matara por viejo y luego maté a mi mamá”, expresó tranquilamente.

Ayer a eso de las 9:00 am, en una vivienda en la colonia Lomas del Río, Comayagua, fueron asesinados los esposos Héctor Ramón Bonilla (96) y Erlinda Rodríguez (78).

Según el asesino confeso, antes de ingresar al dormitorio de su padre tomó como rehén a su mamá, quien en ese momento se encontraba en la sala, pero su progenitora lo amenazó con llamar a la Policía.

“Mi mamá me quitó el martillo que llevaba y lo guardó debajo de mi cama, pero lo fui a traer y los llevé a los dos (papá y mamá) al cuarto y les empecé a pegar en la cabeza hasta matarlos”, narró.

Al preguntarle si conocía la gravedad de lo que había hecho y si estaba arrepentido, expresó que no y que estaba feliz.

“Sí entiendo lo que hice y siento felicidad porque no los aguantaba porque me mandaban a hacer mandados”.

El homicida dijo que sus padres no lo maltrataban, pero las voces que escuchaba lo ayudaron a cometer el crimen.

Los vecinos, al escuchar gritos en la vivienda, alertaron a las autoridades policiales, quienes al presentarse al lugar encontraron sin vida a los dos ancianos.

Elmer fue detenido en una casa vecina cuando todavía portaba el arma homicida en la bolsa del pantalón ensangrentado.

Los parientes de las víctimas manifestaron que Elmer sufre esquizofrenia desde hace varios años y tenían planeado ingresarlo en los próximos días a un hospital psiquiátrico de Tegucigalpa.

“Estaba en tratamiento en el centro de salud José María Ochoa, pero se había vuelto violento”, reveló una pariente.

Pese a que la salud del hechor se había desmejorado, nunca había atentado contra la vida de sus padres, según sus familiares.

Los cuerpos de los ancianos fueron trasladados a la morgue de Tegucigalpa. El fiscal Carlos Alberto Girón decidió que era necesaria una autopsia para comparar la sangre que tenía el detenido en sus ropas.

En cuanto a los problemas psicológicos que supuestamente padece el hechor, según Girón, tienen que comprobársele, al tiempo que se haga un seguimiento judicial.

“Tiene que comprobarse con una prueba psiquiátrica ordenada por un órgano judicial y tenemos que usar todos los medios de prueba que incriminen o eximan al imputado”, explicó Girón.

Los occisos procrearon seis hijos, de los cuales Elmer era uno de los mayores.

Foto: La Prensa