16/04/2024
12:06 AM

México da prioridad a niños migrantes que son abandonados

LA PRENSA tuvo acceso exclusivo al Centro Migratorio de Acayucan, Veracruz, uno de donde tres veces por semana mandan niños en buses.

Veracruz, México.

Los niños que cada semana esperan ser enviados a San Pedro Sula en autobuses procedentes de Tapachula, Chiapas, o de Acayucan, Veracruz, reflejan en su rostro tristeza, ansiedad y unas ganas indescriptibles de volver a casa, a sus casas en Honduras.

Pero mientras eso pasa, su vida se desarrolla dentro de las estaciones migratorias de México.

Ver especial: Niños migrantes de Honduras

Para conocer cómo es la estadía de los migrantes en esos centros regidos por la autoridad federal de México y cómo son los espacios en los que pasan varios días e incluso meses en espera de ser retornados, LA PRENSA tuvo acceso exclusivo para recorrer cada uno de los espacios de la Estación Migratoria de Acayucan, adonde todos los días ingresan hondureños.

Allí se palpa el verdadero drama de los niños, muchos de ellos menores de 10 años. A esa corta edad ven truncado su sueño de cruzar la frontera rumbo a Estados Unidos para volver a ver a sus padres.

A LA PRENSA se le permitió tomar fotografías y conversar con los pequeños hondureños y un grupo de madres que aguardan por ser retornados al país.

En Acayucan el fin de semana había 536 centroamericanos, de los que 263 son menores. Allí esperan el retorno a sus países, pero una gran parte tiene esperanzas de que por haber sido víctimas de una tragedia les den asilo político en México.

Actualmente más de 250 catrachos esperan regresar al país y aunque no se quejan de las atenciones en México, solo esperan volver a ver el resto de sus familias.

Grandes muros blancos rodean la estación, al ingresar se observa un amplio estacionamiento donde patrullas, ambulancias y algunos buses esperan cualquier llamado de emergencia. Hombres y mujeres del servicio de seguridad toman todas las precauciones de las visitas que entran al edificio, pocas, según dijeron. Para llegar a las oficinas administrativas se escalan 26 gradas.

Los centroamericanos están en la planta baja, donde hay divididas tres áreas para familias, menores y hombres; las puertas de hierro de cada espacio están señalizadas con grandes letras verdes. Cada puerta es resguardada por agentes de seguridad que impiden que los internos salgan o que personas particulares ingresen sin autorización.

El módulo de mujeres es el más grande. Tiene amplias salas para ver televisión, descansar y recrearse. Los dormitorios tienen espacios para cuatro o seis camas, para mayor comodidad, en cada cuarto hay al menos cuatro sanitarios. Nadie está encerrado en celdas o algo similar, hay áreas para juegos y en una sala climatizada los niños reciben clases de arte o cultura, donde cantan, bailan y pintan, todo para que su estadía allí sea productiva.

Los menores de 14 a 17 años están separados de los adultos y las mujeres con niños, para mantener orden. En cada uno de los módulos, los compatriotas identificaron los chalecos del equipo periodístico y se acercaban para hablar un poco del país y para agradecer por estar allí conociendo su situación.

Mayoría son hondureños

Al momento del retorno, los viajes hasta Honduras duran más de 21 horas desde Acayucan, pero los buses hacen una escala en Tapachula que es donde está la estación Siglo XXI, considerada la más grande de México.

Josué Tomas Carrillo, delegado federal de Migración del estado de Veracruz, dijo que el fenómeno migratorio ha mantenido la misma tendencia, pero en su mayoría está compuesto por hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.

“Siempre han sido en mayor proporción hondureños, los que reciben ayuda del instituto; cada vez que hay un grupo de migrantes, más del 47% son de Honduras”, aseguró el funcionario.

Las autoridades de las estaciones migratorias están ocupadas y preocupadas por el crecimiento migratorio.

El estado de Veracruz es un tránsito importante para el fenómeno de migrantes; pero el ingreso de madres con niños aumentó por la idea de que en Estados Unidos hay reformas benéficas para la estadía legal de los menores.

Horacio Alcocer, jefe de la Estación Migratoria de Acayucan, dijo que en las últimas fechas se ha incrementado el acceso de menores de edad desde recién nacidos hasta adolescentes.

“Hay muchos niños pequeños no acompañados que son abandonados por los encargados del viaje, por eso son prioridad en la protección, ya que no tienen a nadie más que a nosotros”, expresó el funcionario.

Desde el momento que las personas ingresan a la Estación Migratoria, las autoridades del lugar se ponen en contacto inmediato con el consulado en Veracruz, que es donde agilizan los trámites para las repatriaciones.

“El consulado hondureño es uno de los más eficientes para que sus ciudadanos puedan salir lo más pronto y regresar a sus lugares de origen”, aseguró Alcocer.

Todos los niños menores de 13 años son retornados por vía aérea, mañana llegarán a San Pedro Sula siete niños que viajaban con coyotes, pero que fueron abandonados al momento de ser requeridos por patrullas de Migración.

Marlon Adonys Velásquez, originario de Brisas de Chamelecón, dijo que ya tiene 13 años y desde que tenía dos años no ha vuelto a ver a sus padres.

“Mi mamá le pagó a un coyote, pero yo me siento muy triste porque mi anhelo era abrazar a mis padres y poder vivir con ellos”, relató el menor, quien no pudo contener el llanto.

Velásquez agregó que no es justo que las fronteras dividan las familias, sus padres dejaron el país por darle un mejor futuro, pero todo el dinero no reemplaza el amor familiar.