16/04/2024
09:02 AM

Enfermos pagan por escandalosa corrupción en el IHSS

Derechohabientes exponen sus casos, cuánto han gastado y lo que han sufrido por la crisis.

San Pedro Sula, Honduras

Mientras las autoridades del Instituto Hondureño de Seguridad Social gastaban enormes cifras de dinero en viajes, compras amañadas y hasta postres, los derechohabientes sufrían penurias y mal servicio.

El hospital regional del Seguro Social de San Pedro Sula no cuenta con reactivos para exámenes de laboratorio hace más de dos meses. Tampoco hay placas para los estudios radiológicos.

El desabastecimiento y las citas prolongadas para ser atendidos por un especialista se suman al rosario de obstáculos que cada día enfrentan los afiliados.

Tras el informe presentado el pasado jueves por la comisión interventora, los derechohabientes han reaccionado indignados y molestos, pues mientras ellos buscan los medios para comprar todo lo que hace falta, las autoridades han derrochado el dinero de sus aportaciones de una forma descarada.

La situación es tan dramática y extrema que los pacientes renales tienen que llevar sus propios esparadrapos, de lo contrario no son conectados a las máquinas. Los que son sometidos a cirugías de ortopedia deben comprar casi todos los materiales para ser operados.

Los que están internos compran casi todos los medicamentos y deben practicarse los estudios en clínicas privadas.

“Gasté mis ahorros comprando medicinas”

Además de gastar todos sus ahorros para comprar sus medicinas y poder sobrevivir, Manuel de Jesús Cruz Galeas espera el pago de 24 mil lempiras que le adeuda el Instituto Hondureño de Seguridad Social de cinco incapacidades.

“Este es el Gobierno más desastroso que hemos tenido en el Seguro Social. En 2013 gasté mas de 50 mil lempiras de mis ahorros que con gran sacrificio había hecho”, lamentó.

El desabastecimiento en la institución lo dejó en una silla de ruedas, asegura. “Mis huesos se deterioraron por falta de un medicamento que se llama zemplar. Vale seis mil lempiras la caja de cinco ampollas y el Seguro no lo proporcionó. Nos han robado el dinero que hemos aportado, se han violado nuestros derechos”.

Cruz Galeas es uno de los 200 pacientes que están en tratamiento en la Unidad de Hemodiálisis, para todos ellos solo hay 21 máquinas.

“Hay pacientes que salen a las cinco de la mañana porque las máquinas son insuficientes. Exigimos que se amplíen las salas y más equipo para que se termine esta tortura”. En 2013, los pacientes renales cerraron los portones del IHSS exigiendo materiales y fármacos. “Este descalabro ha afectado a cualquier persona que va a consulta y solo le dan la receta, pero no hay medicamentos”.

“Pido dinero para comprar tratamiento de mi hijo”

Una madre desesperada es capaz de todo por sus hijos, así estos ya sean adultos. Francisca Meza es el claro ejemplo de ello. Esta mujer de 67 años tiene a su hijo Óscar Alexis Cruz (44) interno en la sala de medicina de hombres del Seguro Social.

La crisis financiera que enfrenta la institución ha golpeado a esta mujer donde más le duele. Su hijo requiere de un tratamiento que le cuesta 1,100 lempiras diarios, pero en el Seguro Social no hay.

Desde hace unos 20 días ella ha tenido que ingeniárselas para conseguir dinero y comprar todo lo que le piden y que le puedan asistir a su hijo.

“Hace ocho meses no le daban sus medicamentos, no podía comprarlos y cayó grave. Ahora está interno. Yo soy el único apoyo que tiene y me ha tocado hasta pedir para comprar su tratamiento”, expresó la angustiada mujer.

Meza comentó que Óscar Alexis trabaja en una empresa de transporte, ahí sus compañeros motoristas le han hecho recolectas para ayudarle.

Para que su hijo no muera, la mujer necesita recoger más de 30 mil lempiras solo para un mes de tratamiento para diálisis peritonial.

“Estoy pasando por una situación muy difícil y no sé qué más hacer. Mi hijo ha sufrido porque aquí no le dan lo que necesita”.

“Mi hijo podría quedar estéril por una negligencia””

Rosy Peraza es una madre que ha vivido dos amargas experiencias con sus hijos en el Seguro Social de San Pedro Sula.

Hace ocho años dio a luz a su primer bebé. Durante siete años lo llevó a chequeo con el pediatra de la institución y todo parecía estar bien, pero ella notaba problemas de crecimiento y decidió llevarlo con un endocrinólogo privado. “Lo llevó a un chequeo completo y me terminaron diciendo que no le había descendido el testículo izquierdo. Mi hijo estuvo en control pediátrico por siete años y nunca se lo detectaron”.

Ahora ella busca que lo operen en la Fundación Rut Paz, pues de no practicarle esta intervención quirúrgica, con los años su hijo podría desarrollar cáncer testicular. “Mi hijo podría quedar estéril por una negligencia”.

Su otro bebé, de ocho meses, fue detectado con hipospadia (anomalía congénita por la que el pene no se desarrolla de la manera usual), pero por trámites protocolares no le programaron la cirugía.

“Opté por llevarlo donde un urólogo privado y me remitió al hospital Mario Rivas, ahí le programaron la cirugía para el 10 de septiembre, tuve que quitarle el cupo a otra persona que no está asegurada, ya que en el Seguro Social no me dieron la atención”, lamentó.

“Ahorita no hay ni hierro en el Seguro Social”

“Del año pasado para acá hemos tenido serios problemas por la falta de medicina, ahorita no hay ni hierro en el Seguro Social”, expresó Sara Doblado.

Ella debe comprar sus fármacos para la presión y diabetes. En algunas ocasiones le ha tocado hasta llevar materiales, como guantes y esparadrapos, para que las enfermeras puedan asistirla.

“A veces falta la insulina y nos toca comprarla y son caras. Hay una exageración en la falta de medicinas. Soy pensionada y lo que recibo son 1,900 lempiras al mes, eso no ajusta para los medicamentos que uno ocupa”, comentó la mujer de 61 años.

Doblado lleva tres años y medio en tratamiento para la insuficiencia renal crónica y asegura que la crisis se agudizó en 2013.

“Hemos tenido que tomar medidas de presión porque solamente así nos dan la eritropoyetina. Estamos preocupados por esa corrupción que puede empeorar nuestra situación”, expresó.

Ella, al igual que los cientos de derechohabientes afectados por la escandalosa corrupción, espera que las autoridades del país hagan pagar a los responsables.

“Han puesto en riesgo nuestras vidas”.