18/04/2024
01:53 AM

El canal interoceánico, la gran ilusión Nica

La idea de un proyecto que una al Atlántico con el Pacífico lleva más de un siglo en la agenda
de los políticos nicaragüenses, ahora que ha avanzado, los expertos dicen que no es viable

A pesar de que el gobierno del presidente Daniel Ortega ya contrató a una empresa holandesa para desarrollar los estudios de factibilidad que deriven en la construcción de un canal interoceánico, cuyo propósito es servir de competencia al Canal de Panamá en la atracción de barcos de gran calado, algunos expertos plantean que esta propuesta “es más un sueño que una realidad”.

El régimen jurídico para el canal interoceánico fue aprobado por la Asamblea Nacional a inicios de julio, la idea es lograr una inversión de más de 30 mil millones de dólares para su desarrollo. Del total de la inversión, el 51% de las acciones del canal será del Gobierno y el restante 49% quedará en manos de las compañías que financien la obra.

El Gobierno estima que llevará al menos 10 años echar a andar esta obra que uniría el Atlántico y el Pacífico y que atraería barcos de hasta 250 mil toneladas, en comparación con los de cerca de 65 mil toneladas que navegan en el Canal de Panamá.

El diputado Pedro Chamorro Barrios, hijo de la expresidenta Violeta Chamorro y miembro del PLI (Partido Liberal Independiente), ve como primer obstáculo encontrar inversionistas que pongan el capital total para la obra y solo estén dispuesto a ganar el 49% de las acciones; “pero supongamos que se consigue el dinero con Hugo Chávez o los rusos, obviamente esto no sería por intereses económicos, sino políticos”, advirtió.

En segundo término, el parlamentario asegura que la profundidad del lago de Nicaragua, por donde tendría que pasar cualquier ruta que trace el canal, no permitirían el paso de barcos de gran envergadura.

“He navegado la zona por más de 20 años y con conocimiento de causa digo que el lago de Nicaragua es un lago seco, su profundidad mayor es de 155 pies en el extremo sur. La profundidad promedio entre la isla de Ometepe y las costa de Chontales, adonde surge una posible ruta, anda entre 25 a 30 pies y el canal requiere 23 metros de profundidad”, detalló.Chamorro agregó que “entre la isla de Ometepe y Rivas la profundidad anda en 9 metros. ¿Qué pasa? Tendríamos un canal que va a tener 80 kilómetros de largo en su parte más corta de toda la ruta, por 300 metros de ancho, con una profundidad de 23 metros; si no se acaba el agua, los barcos van a tener que estar pasando por el lago con gran cuidado o se van a salir del canal”.

Asimismo, dijo que los barcos de mayor calado que han llegado a cualquier puerto de ese país tienen en promedio unos dos metros de profundidad, “técnicamente, debido a la gran profundidad que requiere el canal, no es posible construirlo sin contaminar el agua, ya que un dragado fuerte se puede realizar en bahías, pero en este tipo de lagos resultaría sumamente peligroso, pero soñar no cuesta nada”, dijo.

Voces a favor

Otro diputado, Eliseo Núñez Morales, criticó que aunque el canal podría dar un impulso al desarrollo económico, no necesariamente será el motor de un desarrollo humano, porque los niveles educativos en Nicaragua siguen por debajo de la media de Centroamérica.

“Es un anhelo de Estado y no del que está de turno en el poder, es de todos los nicaragüenses. Necesitamos revisar la política alrededor de un proyecto como este, así como parámetros económicos, sociales y políticos sobre los que recaerá esta inversión”, afirmó. Los empresarios, por su lado, respaldan a capa y espada este proyecto; “el proyecto, física y económicamente, es factible y creemos que es necesario para el mundo otro canal, y como constructores los apoyamos” opinó Benjamín Lanzas, presidente de la CNC (Cámara Nicaragüense de la Construcción).

Agregó que “este canal es un sueño. Hay muchos barcos que se están quedando porque no pasan por el canal de Panamá, a un costo de operación de 4 millones de dólares, imagínese que si el canal de Nicaragua existiera (los barcos de otros países) se ahorrarían, cinco días llegando a Panamá”, expresó. A pesar de ello, las autoridades y empresarios son consientes que de generarse la obra sería necesario importar mano de obra calificada y no calificada.
Reclamos ticos

Una de las rutas para la construcción de este proyecto es el río San Juan, fronterizo con Costa Rica, y cuya presidenta, Laura Chinchilla, ya ha hecho reclamos formales al Gobierno sandinista debido a “la destrucción absoluta de ese río y la del río Colorado, lo cual representa un verdadero ‘ecocidio’”.

Jaime Incer, asesor nicaragüense en temas ambientales, lanzó un reto al decir que “nos debe importar un comino” lo que diga Costa Rica, “porque no tienen ningún derecho de alterar nuestra decisión soberana de utilizar el río San Juan para un proyecto en el cual ellos no tienen ninguna injerencia”.

Hay más proyectos en cartera

Managua, Nicaragua. De la mano con la construcción del canal interoceánico, Nicaragua tiene en agenda otros proyectos de infraestructura ambiciosos.

En esa cartera de construcción está un puerto en la bahía de Monkey Point, una carretera ferroviaria y una refinería que procesaría 150 mil barriles de petróleo al día. Extraoficialmente se sabe que en conjunto las obras costarían 34,289 millones de dólares.

Adicionalmente se plantea la construcción de la represa Tumarín, que tendría una potencia instalada de 253 megavatios, cuyo costo sería de $300 millones.

Benjamín Lanzas, presidente de la CNC (Cámara Nicaragüense de la Construcción), aseguró que estos proyectos generarán un gran desarrollo al país, “en 2012 vamos a tener un crecimiento positivo, esperamos que inicien los proyectos como la empresa de Turmarín y el canal interoceánico”.
En algunos de los casos, ya se cuenta con el financiamiento internacional.

Además, en un período no mayor a tres meses, la EPN (Empresa Portuaria Nacional) pretende tener lista una embarcación que formará parte de la primera línea naviera de bandera nicaragüense, informó el presidente de dicha institución, Virgilio Silva.

Los nicaragüenses también han enfilado baterías en atraer compañías aéreas europeas, como la italiana Blue Panorama Airlines, que realiza viajes directos desde Managua hasta Roma.