19/04/2024
06:04 AM

Ricardo Charly Zúñiga donde pone el ojo hay un futbolista

Ricardo Charly Zúñiga, el hombre que más futbolistas ha formado en San Pedro Sula.

Los principales episodios de su vida pasaron por su mente como en una cinta cinematográfica aquel día de su niñez cuando se estaba ahogando en una poza del Río Armenta. Esos momentos jamás los olvidará, dice Ricardo Charly Zúñiga, el hombre que más futbolistas ha formado en San Pedro Sula.

Después de salir de clases, el cipote de doce años se fue a Armenta, inducido por otros compañeros, donde casi pierde la vida al resbalar de un peñón y caer en la llamada Poza del Ahogado.

Había comenzado a tragar agua y a perder el conocimiento cuando fue rescatado por los mismos compañeros que se lanzaron a la poza sabiendo que Charly no sabía nadar. “Eso me sirvió de lección porque después me iba directo a la casa al salir de clases”.

Por ese tiempo Charly ya había comenzado a ligarse como la hiedra a la pared, con lo que se convirtió en la pasión más grande de su vida: la formación de jóvenes valores alrededor de una pelota de fútbol.

“A los doce años ya era delegado del Platense Júnior y Secretario de la Liga de Menores, pero tuve que renunciar porque también era jugador activo en uno de los equipos”.

Niños que crecieron en medio de la pobreza sin la oportunidad de asistir a un colegio, han hecho realidad el sueño de estudiar y convertirse en estrellas del fútbol, gracias a la iniciativa de este hombre que vive prácticamente en las canchas.

“Dale suave de cajón, vamos para atrás Zurdo, no la tirés duro...”. El hombre de cuerpo rollizo e inseparable gorra se mueve entre el grupo de niños mientras realiza un entrenamiento rutinario en las canchas del Jaime Villegas.

Simultáneamente prepara a menores de ligas juvenil, infantil y femenina a quienes les brinda la oportunidad de estudiar mediante convenios con instituciones educativas como el Instituto Don Bosco de la colonia Villa Florencia.

Estos jóvenes elementos conforman el semillero cultivado por Charly Zúñiga para inyectar sangre nueva a su equipo Platense Júnior que le sirve a estos muchachos de trampolín para ascender a los de la Liga Nacional e incluso de otros países.

A la caza de talentos

Cada jugador formado por Charly Zúñiga es una historia de superación porque vienen de diversos lugares cercados de oportunidades, a poner al descubierto sus talentos en el fútbol y los estudios.

En un extremo del campo, cerca de donde el entrenador practica con los niños, un adolescente moreno con sus manos enguantadas atrapa las pelotas que le lanzan otros jugadores de su edad. Es el beliceño Tevin Wilford Gamboa quien se le pegó como chicle a Charly después de un partido en Nicaragua, para que se lo trajera para Honduras, hasta que lo consiguió.

Charly, como buen cazador de talentos, sabía que estaba haciendo una gran adquisición porque lo había visto atajar los disparos que le hicieron los hondureños en el encuentro contra Belice que se jugó esa vez en Nicaragua.

Honduras le ganó a los beliceños, pero Gamboa había atrapado una gran cantidad de goles evitando que la derrota de su equipo fuera más contundente. “Hasta un penal nos paró”, recuerda Charly.

Eso convenció al entrenador hondureño pero también la historia particular del moreno a quien recientemente se le había muerto el papá y le habían matado a un hermano en su país. Se había quedado solo con su madre enfrentando la pobreza, sin el apoyo de los dirigentes del fútbol de su país. Eso lo motivó a venirse para Honduras.

Se hicieron los trámites para traerlo y a los diez días de aquel encuentro el muchacho ya estaba aquí. Ahora está estudiando en el Instituto Don Bosco y ya casi domina el español.

Cuando llegó hace dos años lo único que podía decir era: “no jorás”, comentan sus compañeros de estudio.

Como portero le espera un buen futuro. Es titular de Platense Júnior y ya jugó en ligas mayores. Sólo le falta la nacionalidad hondureña para quedarse definitivamente en la Liga mayor. En sus vacaciones viaja a Belice a ver a su madre.

“A estos jugadores les damos alimentación, vivienda, estudios y la oportunidad de crecer en un ambiente sano”, afirma Charly, quien alterna su actividad deportiva con la de agente aduanero.

Uno casi cae en pandillas

A través del fútbol Charly ha logrado rescatar a jóvenes que se encontraban en riesgo social como es el caso de Edwin Godoy, a quien encontró viviendo en el famoso pasaje La Caca, del barrio Sunseri, donde es fácil caer en las garras de las pandillas que han hecho de ese lugar su cuartel.

De no haber salido de aquel ambiente oliente a violencia, Edwin tal vez no hubiese logrado coronar su carrera como Bachiller en Administración de Empresas en el Instituto Don Bosco bajo los programas creados por Charly Zúñiga.

Para el entrenador es más satisfactorio asistir a los actos de graduación de uno de sus pupilos que verlo solo jugando para su equipo Platense Júnior o en otros equipos.

n nacido sufrió una parálisis cerebral que le dejó casi imposibilitado de poder caminar.

El chico estuvo recibiendo asistencia en la Ver más noticias sobre Honduras