16/04/2024
10:42 AM

Tiene 30 serpientes que conviven con su familia

Desde hace tres años las serpientes se transformaron en una afición para el joven.

Posa naturalmente para la fotografía y adorna su cuello con una boa de dos metros y 50 libras de peso. Para él no es ninguna proeza ya que la boa constrictor solo es una de las más de 30 serpientes con las que convive en su hogar.

Simón Handal llamó La Chata a su querida mascota con la que posa y que fue rescatada por Funapa (Fundación Nacional Protectora de Animales en Honduras) cuando el reptil fue encontrado con un corte en su boca.

El animal no puede ser liberado ya que por las mutilaciones que sufrió, perdió la capacidad de cazar y su vida es posible, solo en cautiverio.

Debido a que la fundación no cuenta con la infraestructura para tener un animal de tales características, Simón accedió a hacerse cargo del reptil y hoy forma parte de la familia de mascotas con las que convive. Además de serpientes, también tiene tortugas de tierra, caimanes y hasta cocodrilos que rescata cuando están en situación de riesgo. El joven tiene una gran conciencia de lo que implica tener un animal de estas características y siempre se está informando sobre el tema.

Desde niño, Simón sintió fascinación por este tipo de animales pero recién hace tres años su sueño se hizo realidad cuando un amigo, encontró una boa en la construcción de su restaurante y no sabía a quien acudir. Fue en ese momento que el joven se hizo cargo del animal que tanto había querido tener, al que llamó Entraña, en homenaje al restaurante donde fue encontrada.

Desde ese entonces, tuvo varios ejemplares y comenzó a colaborar como voluntario de Funapa.

Handal asegura que no hay que tenerle temor a este tipo de animales sino respeto. “Creo que la gente se confunde entre el miedo y el respeto”, dice mientras una pitón sube por su brazo.
“Hay que saber manipularlas, no se pueden agarrar de manera brusca porque se asustan y se defienden’’, detalla.

A su vez, Handal tiene implementos especiales para manipular los animales y evitarse mordidas a la hora de realizar algún rescate. A toda costa protege a los animales en riesgo para posteriormente liberarlos.

De las especies que tiene en su casa, ninguna es venenosa aunque todas pueden llegar a proferirle una mordida en caso que no se manipulen adecuadamente.

Algunas de las especies más pequeñas, son las que tienen un veneno llamado citotoxina que equivale a una picadura de avispa. El joven ha recibido varias mordidas de serpientes pero ninguna con veneno. ‘‘Sangré un poco’’, dice.

Según cuenta, cada vez que ve una especie que nunca había apreciado antes, lo primero que hace es buscar en internet para informarse. También pide ayuda a Funapa para que lo asesoren sobre los cuidados que requiere la especie.
Metas por cumplir

Para Simón los animales forman parte importante de su vida y combina su trabajo de ingeniero con el cuidado de sus mascotas.

El sueño de este joven es llegar a ser el primer criador certificado de la región para reproducir especies hondureñas y extranjeras.

“El objetivo es repoblar zonas para asegurar que las especies van a continuar y que no se van a extinguir’’. Además considera importante educar a las personas que ‘‘cuando vean una serpiente no la maten’’.

Asegura que hay que tomar precauciones pero no matarlas ya que hay una falsa asociación de las serpientes con cosas negativas. “En caso de encontrar un reptil de estas características y no se tiene ningún conocimiento sobre serpientes hay que dejarlas, no molestarlas y llamar a alguien porque no se sabe si pueden ser venenosas”, dice.
Papás canguro

Cuando Simón comenzó a tener este tipo de mascotas, su familia no estaba de acuerdo.

“Me decían que estaba loco”, relata. “Ahora ya se están acostumbrando y ven las cosas de una manera más solidaria”. Agrega que no es como la gente piensa que las serpientes son “satánicas”, sino que son un animal como cualquier otro.

Para despejar todos los mitos sobre este tipo de animales para Handal es importante conocer más sobre las serpientes o hablar con un experto.

Cuenta el joven ingeniero, que su novia también tiene atracción por los animales aunque no por las serpientes.

En conjunto, adoptaron un caimán que ella tiene en su casa, ‘‘nos dicen papás canguro’’, dice entre risas.

Además de los animales salvajes, también tienen gatos que rescataron de la calle, tortugas de agua, conejos salvajes, entre otros. ‘‘Entre mi casa y la de ella, tenemos un zoológico’’, relata jocosamente. Cuando conoció a su novia, Simón recién comenzaba con su afición por los animales exóticos pero “ella se fue acostumbrando”, asegura. El amor por los animales ha llevado a este joven a proteger las especies más vulnerables, la meta ahora es certificarse para criarlos y asegurarles su continuidad.

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