No dan su nombre, pero no ocultan de dónde son. En tierras mexicanas, los hondureños sin papeles son mayoría y como los demás centroamericanos debieron paralizar su viaje a Estados Unidos, mientras esperan que se reconstruya el paso del tren para continuar el camino y alcanzar sus sueños.
La situación creada tras el accidente ferroviario sobrepasa los límites humanos. No hay comida ni albergues donde dormir, pero gracias a mexicanos solidarios muchos no han muerto de hambre.
“Hay que comer ahora que podemos porque ya no sabemos si lo vamos a volver a hacer en los próximos días. Vamos por nuestro sueño y no importa el hambre, no importa el frío; nada nos importa más que llegar a Estados Unidos”, comentó un hondureño. Un joven con una camisa blanca, en la que pintó “Honduras, paso libre. ¿Cuándo? Ahora” va mostrándola como estandarte de la lucha que acaban de comenzar, circular libremente a Tierra Blanca, donde les comentaron que el Ferrocarril está saliendo para Lecherías, estado de México. Los demás hondureños van tirando besos, agradeciendo la comida que les dan a su paso, la solidaridad de muchos ciudadanos que diariamente llevaban pan, agua, frijoles, tortas o tortillas para ir calmando el hambre.
“Gracias, Veracruz, porque nos trataste bien, pero ya nos vamos. Nos espera el Tío Sam”, gritaban al pasar por la central camionera de Coatzacoalcos, recoge en su reportaje la periodista Sayda Chiñas Córdova, de La Jornada de Veracruz.
Cancillería hace llamado
La Cancillería por medio de su Dirección Consular emitió ayer un comunicado para informarles a los hondureños que viajar ilegalmente a México es una travesía que se complicó debido al descarrilamiento de la Bestia.
Oficialmente les hicieron un llamado a los hondureños para que no emigren poniendo en riesgo su vida, ya que muchos catrachos no pueden avanzar y están en condiciones inhumanas.
Se van a pie
Cientos de migrantes empezaron hace dos días una marcha desde Coatzacoalcos hasta Tierra Blanca para llegar a la ruta del tren que los lleve al centro del estado. Tomaron su “paso libre” por México apoyados por las organizaciones civiles de derechos humanos.
El fin de semana, un grupo numeroso y representantes de organizaciones civiles del MMM (Movimiento Migrante Mesoamericano) hicieron una marcha de protesta hasta el palacio municipal de Coatzacoalcos para exigir que no los criminalicen.
Mientras gritaban “no somos migrantes, no somos criminales, somos trabajadores internacionales”, “paso libre, libertad” y “el que no brinque es migra”, los centroamericanos rechazaron que desde su llegada se haya elevado el índice de criminalidad en la zona, pues ellos solo están buscando llegar a la frontera norte e ingresar en Estados Unidos.
Cierran albergues
Las casas de migrantes María Auxiliadora y Caridad sin Fronteras, que maneja la Iglesia Católica en Coatzacoalcos, Veracruz, se encuentran cerradas temporalmente, ya que se han presentado disturbios entre los que se encontraban ahí hospedados.
Según lo señalado por los migrantes, el sábado cerraron por completo los dos refugios, ya que el hacinamiento y la desesperación de las personas varadas han generado fricciones que ponen en riesgo la seguridad de los administradores de los lugares. Los migrantes se refugian debajo del puente de la avenida Uno, donde personal de la Cruz Roja instaló un puesto de socorro para atender a los que lo requieren.
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