17/04/2024
08:09 PM

Un hondureño que respira puro fútbol

Marco Aurelio García tiene la mayor colección de revistas relacionadas con el balompié en San Pedro.

Para entrar de colado en el estadio Morazán, cuando era un cipote, Marco Aurelio García le ayudaba a cargar el canasto con yuca a doña Flora, la mamá de Gilberto Yearwood, que tenía su negocio bajo la caseta de transmisión de Radio El Mundo.

En ese tiempo ni siquiera existía la Liga Nacional y Gilberto era un mozalbete que se quedaba jugando pelota en la zona de calentamiento antes del juego, mientras su madre les vendía yuca con chicharrón a los aficionados.

“Desde entonces sentí el gusanito del fútbol en mi sangre”. Las paredes y hasta el techo de su negocio forrados con carátulas de revistas, fotografías y reportajes relacionados con el fútbol parecen reforzar las palabras de García. Su negocio de comida mexicana en la colonia Los Laureles no tiene un rótulo ostentoso que lo identifique plenamente porque el dueño prefiere tener los mismos clientes que ya lo conocen: son en su mayoría los amigos con los que Marco Aurelio se reúne para hacer reminiscencias de las potras en la casa de los Kattán o tejer comentarios de tantos partidos que les han arrancado lágrimas y alegrías.

Revistas y más revistas

Aquel miércoles de trabajo por la tarde lo encontramos solo en la sala principal del restaurante, como si estuviera siendo observado desde todos lados por las viejas glorias del fútbol que él ha ido coleccionando y pegando en cuanto espacio disponible hay en el Chiky’s Mex. Es el momento oportuno para una entrevista, el escaso tráfico de la colonia ni siquiera se escucha afuera.

“Si quieren, les muestro mis revistas”. Trata de concentrarse, pero lo distrae de vez en cuando una jugada del partido entre España y Portugal, que domina en lo alto desde un plasma.

Nadie discute que García es el más grande coleccionista de revistas deportivas en español, especialmente de fútbol, que hay en San Pedro Sula. “Estas son algunas. No las puedo traer todas porque son demasiadas”. Las despliega sobre la mesa al gusto del fotógrafo, pero trata de escoger entre todas una llamada Gool, que él editó en su juventud, como para mostrarnos su faceta de editor ligada con el fútbol.

Era una revista sobre la historia de los mundiales, de la que solamente editó cuatro volúmenes porque hubo desavenencias con su socio en ese negocio. Su pasión por el balompié está resumida en el nombre de un libro que tiene en mente publicar: Fútbol, el aire que respiro. “Estoy recolectando la información necesaria para ponerlo en imprenta”.

A quien entra en el negocio de García le resulta difícil conversar con él sin posar la mirada en las muchas fotografías que rodean el ambiente y preguntar sobre lo quecada una muestra. El interlocutor acude a su memoria prodigiosa para dar una amplia y detallada respuesta, pues si las ha coleccionado es porque significan algo para él. “Les puedo decir los nombres de cada uno de estos jugadores que aparecen aquí”. En efecto canta de corrido los nombres y su historial como si se tratara de sus familiares más cercanos.

En una de las fotografías aparece entrevistando, micrófono en mano, al que fuera uno los más grandes jugadores de Brasil: Edvaldo Egidio Neto, más conocido como Babá. “Fue campeón goleador del Mundial Chile 62. Se le recuerda como a Garrincha, Pelé, Didí y Zagalo”.

Aclara que no ha sido periodista, pero que ayudaba a los cronistas deportivos por la satisfacción de acercarse a sus ídolos. Como muestra de su admiración por el periodismo deportivo, exhibe también en una columna del restaurante el recorte amarillento de un periódico con la crónica Garrincha, de la gloria a la miseria. La triste historia del ídolo que cayó en lo más bajo por su adicción al alcohol, tanto que quienes fueron sus hinchas más bien le huían por temor de que les pidiera para un trago.

Dentro del restaurante, sin clientes a esa hora, el tiempo avanza y regresa a medida que transcurre la entrevista. De repente, García vuelve a la época de su niñez, cuando editaba un periódico con Carlos Kattán en una imprenta de juguete en el que no podían faltar las crónicas de deportes.

“La familia de Carlos vivía en una casa grandota que estaba donde hoy es Nova Prisa. Allí practicábamos hasta deportes que no eran muy conocidos por ese tiempo como el bádminton”. Aquellos cipotes armaron el equipo de fútbol Dragón, en el que jugaron Edi Bustillo, Gilberto Yearwood y otros que llegaron a ser figuras del deporte nacional, pero siguieron siendo grandes amigos de García.“Con Gilberto somos como hermanos. Por eso su madre me permitía que me colara en el estadio como su ayudante”.

El partido en el plasma ha terminado casi a un tiempo con la entrevista y ha dejado un sabor de triunfo en García, que apoyaba a España. Afuera, la tarde también se despide. No tardarán en llegar los clientes a comentar la fiesta deportiva con el pretexto de comerse un taco mexicano.

Fue “estrangulador de turno”

Marco Aurelio García es el menor de 11 hermanos y aunque su vida ha girado alrededor del fútbol coronó una carrera como dasónomo en la Escuela de Ciencias Forestales de Siguatepeque.

También adquirió una maestría en Administración de Empresas en la Universidad Católica de Chile.

Por su preparación en materia forestal fue gerente regional de la desaparecida Cohdefor en Olancho, Copán, Ocotepeque y Lempira.

Nació en Tela hace 57 años, pero se considera sampedrano cien por ciento. “Allá solo fui a nacer porque mi papá era ejecutivo de la Tela Railroad Company y tenía derecho a asistencia médica para su él y su familia en el hospital de esa compañía”.

En el barrio Guamilito, donde creció, jugaba chimilicuarta, consistente en formar dos grupos de niños, uno se esconde y otro lo busca. El niño que es capturado puede ser liberado por uno de sus compañeros. Pero su mayor entretenimiento era el fútbol, una pasión que lo persigue hasta la fecha.

Una etapa de su vida que considera muy significativa es la que vivió como el “estrangulador de turno” en el programa “X0 da dinero” de Salvador Nasralla.

Era el primer año de ese programa transmitido por Televicentro cuando García, gracias a su conocimiento en deportes, se mantuvo invicto casi un año.

“Al final fui vencido por el finado cronista deportivo Arístides Soto. Aunque no llegué a la final, fui el que ganó más dinero”.