A partir de las 8:00 am, sindicalistas, obreros y pobladores marcharán como cada primero de mayo para condenar el alto costo de la vida, la corrupción, la falta de empleo y la inseguridad. Pero no lo harán solos: políticos se sumarán para aprovechar la coyuntura.
Todo está listo. La caminata que desarrollan las tres grandes centrales obreras que aglutinan en esta ciudad a unos 42 sindicatos saldrá desde el centro comercial Megaplaza, en un recorrido por la primera calle hasta el parque central.
Según proyecciones de la dirigencia sindical, a la marcha asistirán más de 30,000 personas que se manifestarán pidiendo reivindicación del aumento general de salarios acorde con el aumento de la canasta básica, servicios básicos y combustibles.
“No solo pedimos el ajuste del salario mínimo, porque muchos trabajadores no ganan el salario mínimo, pedimos ajuste y aumento general para todos”, dijo Armando Galdámez, dirigente de la Fesitranh (Federación Sindical de Trabajadores Nacionales de Honduras).
Los frentes obreros, además, pedirán un alto a la corrupción y se manifestarán solicitando protección por parte del Estado y de empresarios a la libertad sindical del trabajador.
Ofrecerán un homenaje a los ya fallecidos Israel Salinas, Baudilio Andara y Sócrates Coello, quienes fueran compañeros de lucha de varios sindicatos.
Baja afiliación sindical
Aunque las centrales obreras reconocen la injerencia política en sus marchas, afirman que la faltan de afiliación sindical es la que les ha hecho permitir que se mezcle lo político con las exigencias obreras.
Las organizaciones obreras han aplicado, desde hace una década, un nuevo concepto de apertura de membresía para otros sectores que no son sindicales.
Eso se debe a que apenas el 15% de los trabajadores en Honduras están afiliados a un sindicato, según las estimaciones de la CGT (Central General de Trabajadores). Uno de los principales obstáculos para que ese porcentaje sea tan bajo, comparado con el promedio mundial que ronda entre el 40% y 50%, es que no se aplica el Código de Trabajo que habla de una libre sindicalización.
Bajo esa premisa las organizaciones obreras han abierto sus puertas y buscado nuevos mecanismos para ampliar su membresía, incluso de un partido político, como Libre (Libertad y Refundación), que si bien no es afiliado oficial desde hace años, ha participado en estos movimientos bajo el nombre de FNRP (Frente Nacional Resistencia Popular).
La influencia política
Daniel Durón, dirigente obrero, reconoció que es “difícil” evitar la injerencia de este sector en la marcha de hoy.
Desde antaño ha existido una relación entre la dirigencia sindical y ciertos partidos políticos, pero nunca como hoy la participación de estas fuerzas de poder había sido tan evidente.
De hecho, es un secreto a voces que el expresidente Manuel Zelaya encabezará la marcha en San Pedro Sula, mientras que su esposa, Xiomara Castro, aspirante presidencial por el recién creado partido Libre, lo hará en la capital de la República.
Carlos H. Reyes, presidente de la Stibys (Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares), defendió la participación tanto de Zelaya como de Castro en las protestas de mañana.
“Toda lucha social es política y toda lucha política es social... (pero) la política se ha prostituido”, cuestionó Reyes.
