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Virgen de Suyapa, tan chiquita y milagrosa

  • 28 enero 2012 /

El pueblo católico celebra el 265 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa en Honduras.

Febrero es un mes especial en el calendario de los hondureños devotos católicos. La Virgen de Suyapa, la morenita patrona de Honduras, cumple 265 años desde que fue encontrada en el caserío de El Piligüín.

La historia de la virgencita de Suyapa es muy singular. Varios historiadores hondureños como Juan Valladares comparten con el pueblo que fue en el caserío de El Piligüín, a unos kilómetros de Tegucigalpa, que la pequeña imagen de la morenita fue encontrada en febrero de 1747. Era una noche despejada, relata Valladares, de un sábado de febrero de ese maravilloso año, un sitio muy boscoso en donde el jovencito Alejandro Colindres y el niño Lorenzo Martínez se quedaron a dormir en el lugar después de un día arduo de trabajo en la montaña de El Piligüín.

Mientras dormía, Colindres no se daba cuenta que era una imagen tallada en madera oscura la que le daba molestias al colocar su cabeza. Lo que lo incomodaba no era cualquier cosa, era la imagen de la morenita de Suyapa; no obstante, al no darse cuenta, decidió guardarla en su alforja y a la mañana siguiente se la entregó a su mamá Ana Carballo y a su hermana Isabel.

La revelación

Valladares continúa relatando que Colindres consideró el hallazgo de la virgencita de Suyapa como revelación milagrosa y de inmediato en la aldea de Suyapa, lugar adonde vivían, todos comenzaron a darse cuenta y su fe sin límites logró que los habitantes del poblado se sintieran bendecidos, fe que 265 años después sigue creciendo.

La imagen de la Inmaculada Concepción de María, como se le denomina en los textos de Valladares, es pequeña, de seis y medio centímetros de alto, tallada en madera de cedro, rostro ovalado con facciones de una mujer indígena, ojos grandes, boca diminuta, nariz respingada, larga cabellera negra que cae hasta los hombros con una capa azul oscuro con diminutas estrellas doradas.

Sus manos están entrelazadas en acción de oración y está de rodillas, según explica el historiador. La hermana de Alejandro, Isabel, se encargó de cuidar a la pequeña morenita en su casa, adonde acudían muchas personas a orar y a pedirle a la Virgen que los curara de sus enfermedades.

“Muchos recibieron las bienaventuranzas de Santa María de Suyapa y pronto sus acciones milagrosas se divulgaron por el poblado, lo que motivó a Isabel que en su humilde morada destinara una pieza amplia donde levantó un altar”, relata Valladares.

Manifiesta sus milagros

Uno de los grandes milagros de la virgencita es cuando el capitán Joseph de Celaya, mayordomo de la hacienda San José de El Trapiche, padecía de “mal de piedras” (cálculos en la vejiga), explica Valladares. Celaya le prometió a la Virgen de Suyapa que si lo curaba le construiría una pequeña iglesia y en la que harían misas en su honor todo el año. Al siguiente día, Celaya expulsó las piedras que lo martirizaban y el milagro se divulgó por todos lados.

Ojos misericordiosos

La devoción por la Virgen de Suyapa hace que miles de hondureños dejen sus lugares de origen en tierra adentro y lleguen hasta su altar en la capital de Honduras, siempre en la aldea de Suyapa, para contemplar a la virgencita de tez morena y rostro agraciado.

Es por ello que cada febrero la aldea se llena de fieles creyentes para agradecerle sus milagros a la morenita de ojos misericordiosos y que está de rodillas implorando por la paz de su pueblo. El pueblo católico de Honduras está preparado una vez más para venerar a la morenita de Suyapa este 3 de febrero en el santuario de Suyapa.

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