15/04/2024
05:51 AM

El bullying ya cobró la vida de un colegial en Honduras

Maestros y padres están alarmados por la gran cantidad de alumnos acosadores.

    En este momento su hijo puede ser el blanco de las burlas y agresiones en el aula de clase. No se trata de un juego más, sino de un acto de violencia que se multiplica aceleradamente en los centros educativos del país y se denomina Aumentan víctimas de “bullying” en los colegios

    Víctimas y agresores

    El bullying es un compendio de abusos, deseos de intimidar y dominar, la intención es dañar a las víctimas y tiene la característica de que es violenta, es reiterativa e implica un mal uso del poder. Las consecuencias pueden ser devastadoras para los acosados: depresión, ansiedad y hasta suicidio.

    El bullying dura al menos tres semanas y afecta desde niños en edad preescolar hasta la edad adulta.

    Las víctimas suelen ser retraídas, sin amigos, son objeto de burlas, en la clase no hablan, son inseguras y tienen aspecto triste.

    Los agresores o bullies reflejan su ambiente familiar y buscan fama, poder y control por medios violentos. Pero en esta escena hay un tercer grupo: los espectadores, son los alumnos que se ríen, aplauden o callan ante una burla o agresión.

    “Al menos dos niños en cada aula están siendo víctima de acoso por igual número de compañeros, ya que la cifra de niños y jóvenes con conductas agresivas es alto”, dice la psicóloga clínica Magdalena Turcios.

    Los directores de escuelas y colegios están alarmados ante la gravedad de casos de bullying.

    El acoso ha aumentado en los últimos tres años. “Antes se registraban de tres a cuatro casos de acoso permanente en una escuela, en este momento tenemos detectados a unos 20 niños agresores en lo que va del año escolar”, dijo Seskia Caraccioli, directora de la Asociación Noroccidental de Escuelas Privadas Bilingües de Honduras (Anepbh), formada por 38 centros educativos.

    Caraccioli, también directora del Liceo Bilingüe Centroamericano, comparte el resultado de un estudio realizado en su institución, el cual reflejó que uno de los principales factores es que los padres no están al tanto de la información que sus hijos adquieren en las tardes a través de la televisión y los videojuegos.

    Este problema existe en todas las escuelas. “Hasta en los centros en donde tratan de prevenirlo y en aquellos que lo combaten, eso es tan seguro como que el sol sale todos los días en la mañana”, afirma Luis Chávez, presidente de la Asociación de Escuelas Bilingües de Honduras (ABSH) que aglutina a 33 escuelas.

    Reconoce que como asociación no tienen una política estándar para contrarrestar el bullying, porque cada centro aplica sus propias medidas. “Cada escuela lo hace a su manera, hay unas que llevan tres o cuatro años trabajando en este tema y como asociación lo que exigimos es que tengan mecanismos para combatirlo”.

    El Estado tampoco cuenta con una política que frene estos abusos. “En otros países, el fenómeno es más acentuado, al menos aquí no lo hemos estudiado con detalle”, admite el ministro de Educación, Marlon Escoto.

    “Por ahora no tenemos ningún caso reportado, ya que los tratan directamente los directores y orientadores. Pedimos que envíen las denuncias para evaluarlas con el fin de analizar con seriedad el tema”, agregó.

    Ya cobró una víctima

    En el Centro Técnico Hondureño Alemán han detectado este problema, que “en 2012 desencadenó en la muerte de un alumno”. “Tratamos de brindarles ayuda al acosador y a la víctima, pero desafortunadamente ocurrió una tragedia. Esto refleja la crisis en la que viven los jóvenes fuera y dentro de las instituciones. Este fenómeno no solo se da en este colegio, también en otros. Nos ha ocurrido, pero hemos tomado medidas en la matrícula para tener controlado el acoso escolar”, dijo la orientadora Ada Galeano.

    En el 100% de los casos se trata de alumnos que viven en una atmósfera de abuso en sus hogares, lo cual provoca agresividad y lo canalizan en la escuela, explicó Lucy Idiáquez, directora de la escuela New Horizon.

    “El bullying verbal es el que más se ve en nuestra escuela; desgraciadamente estamos viviendo en una cultura sin valores con una presión social implícita. Esta situación no ocurre enfrente del maestro, por ello debemos estar alertas. También se da en la redes sociales”, agregó.

    Esta problemática también la viven los colegios públicos. “Siempre hemos tenido problemas de estudiantes que quieren imponerse sobre otros, se inicia en segundo y tercer curso y sigue hasta en los grados superiores”, citó Juan Redondo, orientador del instituto Primero de Mayo. El 68% de los jóvenes viven en hogares desintegrados, lo que genera problemas de personalidad.

    Ante esta alarmante realidad, los docentes exigen una política de Estado que les ayude a controlar el acoso escolar, como ya está sucediendo en México.

    10 casos en la Fiscalía

    A veces el bullying no ha podido ser controlado por la institución e interviene la Secretaría de Educación. En lo que va del año han atendido cinco casos, dijo Dora María Andino, secretaria departamental de Educación de Cortés.

    “Hemos sido citados a la Fiscalía de la Niñez porque algunos padres han denunciado que sus hijos son víctimas de acoso verbal y ha ocurrido en instituciones privadas. Los remitimos al departamento legal y tratamos el problema. Es importante que el padre siga este procedimiento y no vaya de un solo a la Fiscalía”. Admitió que ocurre en todas las instituciones; sin embargo, en las escuelas públicas no lo denuncian.

    La Fiscalía también tiene documentadas varias denuncias. “Tenemos alrededor de 8 a 10 denuncias en el período de 2012, y en lo que va de este año tenemos tres por acoso que se han presentado dentro y fuera de los centros educativos, de estas hemos presentado dos al juzgado”, dijo la fiscal Thelma Martínez. La mayor incidencia se da en los centros privados debido a que tienen mayor acceso a la tecnología y es otro el entorno social de los alumnos.

    “Si no hablo ya estaría muerta”

    Ya pasó un año, pero las burlas de las que fue objeto aún resuenan en sus oídos. Con voz entrecortada y entre lágrimas, Ana -cuyo nombre verdadero se omite- relata aquellos tristes momentos cuando deseaba quitarse la vida debido a las constantes bromas pesadas y la exclusión de sus compañeros de clase, lo que la llevó a intentar suicidarse varias veces.

    Recordar significa para esta quinceañera revivir una pesadilla que aún no sana, pero toma valor. Mientras hace sus tareas en la oficina de su madre, rompe el silencio para que su historia no se repita.

    “Todo comenzó en primer grado, me molestaban, pero era leve. Al entrar a séptimo grado la situación se hizo más fuerte, las bromas de cinco de mis compañeros eran cada vez más pesadas, me escondían la mochila, me escribían notas de amor para que pensara que era algún muchacho y me tenían caracterizada como un animal, me decían yegua”.

    Los recreos eran una pesadilla, con tristeza recordó lo que le hicieron en uno de sus cumpleaños: “Platicaba con una amiga y se acercó la chava que más me molestaba junto a su prima para regalarme un cupcake que hicieron a base de comida para perro”.

    Cada broma que Ana recibía por parte de sus compañeros la sumergía en un mundo de desesperación y soledad, condición que para su familia comenzaba a ser notable, recuerda su madre Angélica. “Ella era muy dulce y de pronto empezó a pelear mucho con su hermano, a ser agresiva y a apartarse de la familia. Cuando salíamos a comer se quedaba en una esquina y no compartía con nadie”. Ana hace una pausa en el quehacer de sus tareas para explicar lo que sucedía a través de Facebook. “Me insultaban y subían la imagen de una yegua en la que me etiquetaban”.

    “No sabía que la situación era tan grave, pero un día mi madre me dijo que Ana se había hecho heridas con una tijera en las muñecas”, relató Angélica.

    Aunque su autoestima estaba muy deteriorada, Ana intentó acercarse a sus compañeros expresándoles sus sentimientos. “Hice una nota y le pedí a la maestra que la leyera. Quería que tuvieran compasión de mí, que cambiaran, pero no les importó”.

    Angélica encontró accidentalmente en su computadora lo que ella llama una señal de Dios. “Hallé un carta de mi hija en la que se despedía de nosotros porque estaba decidida a quitarse la vida, sentí que me moría”. Para Ana cada día era una tortura. “Estaba desesperada, era tanta mi depresión que me encerraba en el baño y quería cortarme las venas. Quería morirme”.

    El amor de madre hizo que Angélica salvara a su hija del hilo de la muerte. Su hija rompió el silencio y la familia buscó ayuda. “Lloré y pensé que pude haber perdido a mi hija en cualquier momento, le pedí dirección a Dios y busqué ayuda en una organización católica y también de una sicóloga”.

    A un año de “volver a nacer”, como lo define Ana, gracias a la terapia y al cambio de colegio, sonríe y aconseja a otros para que no sean víctimas del bullying. “Si te sucede lo mismo habla, no te quedes callado. Si no hubiese sido por mis padres y amigos estaría muerta”.

    Cómo prevenir y tratar el bullying

    El Programa Olweus para la Prevención del Bullying, nombrado así en honor al sicólogo noruego Dan Olweus -quien estudió por primera vez el fenómeno en 1993-, enfatiza que es esencial el respaldo que los padres brinden.

    Si su hijo está siendo acosado, hablen del tema y aconséjelo que nunca ignore un abuso, no lo señale como provocador, desaliente el uso de la violencia como respuesta e impulse vínculos con otros chicos de su edad o con adultos que le den mayor seguridad.

    Si en casa hay un bully establezca castigos, como suprimir el teléfono o Internet.
    Oriéntelo a la práctica de algún deporte o actividad cultural.

    Si su hijo es víctima

    -Evite decirle que ignore el abuso.

    -Anímelo para que hable del tema.

    -Procure no criticarle.

    -Desaliente que su hijo se desquite del abuso con violencia física.

    -Comuníquese con los maestros.

    -Propicie relaciones con compañeros o ayúdelo a que haga nuevos amigos fuera de la escuela.
    -Que su hogar sea lleno de afecto.

    Si su hijo es el causante

    -Rechace el abuso.

    -Establezca reglas familiares que regulen su comportamiento.

    -Conozca sus amigos y las actividades favoritas de su hijo.

    -Propicie que participe en actividades constructivas. La convivencia facilita nuevas formas de relación y disminuir el riesgo de cometer abusos.

    ¿Qué quieren los bullies?

    Sicólogos y educadores enfatizan en las necesidades que identifican en los escolares agresores:
    -Quieren ser amados por sus padres

    -Ser populares con sus amigos

    -Ser buenos en algo

    -Sentirse en control de su vida

    -Sentirse listos y apreciados

    Los Tipos de bullying más frecuentes

    1Exclusión social, donde apartan al escolar y le aplican la llamada “ley del hielo”.

    2Bullying físico, se caracteriza por los golpes y empujones que sufren muchos niños.

    3 El verbal: son burlas y ofensas y sicológicamente se acecha y se le intimida.

    4Cibernético, a través de medios electrónicos, redes sociales, chat y What’sApp.