16/04/2024
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Velan cuerpos de niños hondureños ahogados en México

  • 29 julio 2016 /

El cuerpo de Jennifer López (10) fue llevado a Omoa; el de Daniel Aguilera (07), a San Manuel.

Omoa, Cortés

En medio del pesar y la trsiteza por la tragedia, familiares y amigos realizaron en la tarde del viernes la velación de los cuerpos de Jennifer Gavarrete López (10) y Carlos Daniel Aguilera Aguilar (7) quienes murieron ahogados cuando buscaban el mal llamado 'sueño americano'.

Los cuerpos llegaron a Honduras en horas de la mañana. Los restos de Jennifer Gavarrete fueron repatriados vía terrestre por la frontera de Corinto y llevados a Omoa Cortés.

La madre de Jennifer, Olga Marina López, llegó el pasado viernes, procedente de México, con el alma destruida después de perder a su hija el pasado miércoles 20 de julio cuando intentaban cruzar en una balsa la frontera entre Guatemala y México.

También llegó el cadáver del niño Carlos Daniel Aguilera Aguilar (7), otro menor hondureño que salió con su madre y un hermano mayor.

Su cadáver fue trasladado hacia la comunidad de El Porvenir, San Manuel, Cortés, en donde será sepultado.

En vida, los niños hondureños Jennifer Ninet Gavarrete (11) y Carlos Daniel Aguilera (07).



Los dos niños hondureños, según la información de sus parientes, murieron la mañana del miércoles 20 de julio cuando junto con un grupo de personas iban en una lancha por el brazo de un río que colinda con el mar.

Este es el relato en primera persona de Olga Marina López:

Eran las seis de la mañana del miércoles cuando salimos, solo anduvimos 10 o 15 minutos, el oleaje era muy fuerte, las olas estaban muy altas.

Yo llevaba a mi hija en la lancha en medio de mis piernas, íbamos tranquilas, no estábamos asustadas, yo pensé que era un viaje normal.

Lo que me dijo ella cuando íbamos en la lancha: mama 'ahoy' sí vamos a llegar a donde mi tío toño.

Ella era gran bulla la que tenía, que quería ver al tío toño en Estados Unidos.

Foto: La Prensa



Decía que los once años-que cumpliría hoy viernes- los iba a pasar en el camino, porque sabía que el viaje era largo.

La primer ola fuerte la pasamos y volvimos a caer a la superficie, pero ya la segunda ola nos dio vuelta.

Yo, al darse vuelta la lancha, batallé a salir y no podía, me sumergía y buscaba la manera cómo salir y nada, no podía salir, tragaba y tragaba agua, como pude salí y en eso vi a mi niña que andaba allá flotando en una bolsa.

Mi hija andaba flotando en una bolsa o un bolsón. Yo le gritaba que no se fuera a soltar. Me dijo ella: sí mama, aquí voy a ir. Pero después ya no la volví a ver.

Nosotros después quedamos aislados, en un montarral, después nos salimos a la orilla y nos sacaron de ahí. No sé quiénes eran las personas que nos ayudaban, solo les pedíamos auxilio para salir de ahí.

Íbamos ocho migrantes y dos lancheros. Yo solo vi a dos niños muertos y a otro que lo lograron sacar vivo, pero a la mía sí no la vi yo...

Fallecieron los dos niños, que de inmediato salieron a la orilla, y al otro gracias a Dios lo rescataron.

Pero yo pasé dos horas corriendo a la orilla de la playa, buscando a mi niña, pero no la pude ver más...