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Terror se apodera de transportistas y usuarios de La Ceiba por la extorsión

  • 20 abril 2016 /

La Ceiba, Honduras.

Transportistas de La Ceiba viven entre el terror y los constantes asesinatos que se dan contra sus motoristas y ayudantes, pues son víctimas de la violencia que es usada como medida de presión aplicada contra ellos por varios grupos de extorsionadores.

La muerte violenta del conductor José Manuel Gómez Vindel (27), a quien mataron dos mujeres el pasado lunes mientras él manejaba un bus de la empresa de Transporte Cristina y que quedó registrada en video, nuevamente puso en evidencia lo vulnerable que es la seguridad en el sector transporte.

José Ramón Martínez, director de la Oficina Regional de Transporte del Litoral Atlántico, que se encuentra en La Ceiba, dijo que aunque a ellos no les corresponde el tema de brindar seguridad en el sector transporte, lamentan la situación que se está viviendo en este sector. “En todas las reuniones los transportistas se quejan porque se sienten amenazados y la extorsión los tiene agobiados y afecta sus ingresos”, dijo Martínez.

El director de la oficina regional de Transporte habló sobre lo sucedido.

Foto: La Prensa

Más del 90% de los asesinatos cometidos en contra de miembros del sector transporte o usuarios quedan impunes en el territorio hondureño.
“Ahora en el litoral atlántico, especialmente en La Ceiba, hemos visto que ha crecido la violencia y extorsión al transporte”, expresó.

Martínez manifestó que ahora en La Ceiba se está viendo un ataque al sector transporte como el que se ha producido en ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Además el director de Transporte agregó que “no siempre se sabe cuál es el objetivo de esos asesinatos y eso afecta la parte económica porque la gente tiene temor a viajar en las unidades de transporte”.

Vulnerables

Un conductor de bus, quien accedió a hablar con la condición de que su identidad no fuera revelada, señaló que no ven una salida al problema.

“Aquí el que no paga o el que denuncia está muerto. Nos tienen acorralados. Tenemos que darles lo que pidan, porque nadie nos ayuda. Es duro, porque ya no nos ajusta el dinero para pagar”, declaró un conductor de bus en La Ceiba, quien afirma que es obligado a pagar 300 lempiras semanales por “impuesto de guerra”, como se llama popularmente en Honduras a las extorsiones.

El busero añadió que no se atreven ni a poner una denuncia. “Denunciar es suicidio. El ejemplo es lo que le pasó a Carlos Andonie”, expresó el motorista, en alusión al dirigente del transporte de San Pedro Sula que se caracterizaba por denunciar públicamente el problema de la extorsión y fue asesinado el 10 de marzo de 2015.

Foto: La Prensa

A nivel nacional los transportistas pagan más de L540 millones a extorsionadores.
Por su parte, un directivo del sector de taxis de La Ceiba dijo que también están sometidos a pagar por el “impuesto de guerra”.

“Aquí nadie se salva de pagar. Los extorsionadores tienen gente metida en el sector transporte que les informan de todo y nos llevan las cuentas para saber cuántas unidades hay en cada empresa y hasta los viajes que hacemos”, manifestó el taxista.

Aunque muchos casos en que matan a transportistas quedan en la impunidad, se descubre que varios fueron crímenes vinculados a la extorsión.

Estudios de la Secretaría de Seguridad estiman que los transportistas hondureños pagan por extorsión más de 540 millones lempiras al año.