Tegucigalpa, Honduras.
El excomisario Álvaro Ernesto García, detenido en el marco de la Operación Avalancha por su vinculación a la estructura de la mara Salvatrucha (MS-13), se dio una vida de lujos que no concordaba con su salario en la Policía Nacional.
El exoficial fue capturado el 23 de febrero pasado en una fastuosa vivienda en el lugar de La Pozona, municipio de Valle de Ángeles, Francisco Morazán, adonde también se le decomisaron varias armas prohibidas, uniformes policiales y 675,000 lempiras en efectivo.
Una investigación patrimonial efectuada por la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) a la cual LA PRENSA tuvo acceso, estableció que el expolicía amasó una fortuna de al menos 17 millones de lempiras en menos de cinco años.
De hecho, su caso es uno de los seis expedientes que la DIECP remitió en diciembre del año pasado al Tribunal Superior de Cuentas (TSC) para que se le investigara y formularan cargos por presunto enriquecimiento ilícito.
García fue jefe de la Unidad de Pandillas de la desaparecida Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y aquel momento devengaba un salario como oficial de la escala de inspección entre 18,000 y 22,000 lempiras mensuales.
Sin embargo, se daba lujos que sus demás compañeros no podían sufragar con el salario que devengaban, como el hecho de transportarse en una camioneta de lujo y vivir en suntuosas residencias en zonas exclusivas de la ciudad y vestirse con las mejores marcas de ropa y zapatos.
Fue justamente esta vida de ostentosidad que despertó las sospechas de sus compañeros y superiores; sin embargo, se conoció que en aquel momento no hubo una investigación formal que permitiera determinar las actividades irregulares en las que estaba involucrado.
El oficial reprobó la prueba del polígrafo en 2012 y fue separado como parte del decreto 89-2012 que dio facultades al entonces director general de la Policía Juan Carlos Bonilla para sacar las manzanas podridas de la institución policial.
Fue hasta ese momento que agentes de investigación e inteligencia de la Diecp comenzaron una investigación formal que incluyó contejamiento de cuentas bancarias, visitas a negocios, propiedades y viviendas en zonas exclusivas de la ciudad.
La investigación patrimonial se prolongó por año y medio y fue hasta diciembre del año pasado que se remitió al TSC.
La fuente de inteligencia confió que durante la investigación se pudo cotejar que la vivienda que García construyó en Valle de Ángeles está valorada en ocho millones de lempiras; sin embargo, en el Catastro Municipal él solo la registró como una vivienda en proceso de mejoras por un valor de 350,000 lempiras.
De todos los bienes incautados al expolicía, la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi) tomó posesión de esta mansión, un edificio de apartamentos en Altos de Santa Rosa, dos viviendas en la Colonia San Miguel y Residencial Honduras, varios apartamentos en la colonia La Esperanza, dos carros de lujo: Toyota Hilux y una camioneta Mitsubishi, una cuatrimoto y dos motocicletas.
El excomisario Álvaro Ernesto García, detenido en el marco de la Operación Avalancha por su vinculación a la estructura de la mara Salvatrucha (MS-13), se dio una vida de lujos que no concordaba con su salario en la Policía Nacional.
El exoficial fue capturado el 23 de febrero pasado en una fastuosa vivienda en el lugar de La Pozona, municipio de Valle de Ángeles, Francisco Morazán, adonde también se le decomisaron varias armas prohibidas, uniformes policiales y 675,000 lempiras en efectivo.
Una investigación patrimonial efectuada por la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) a la cual LA PRENSA tuvo acceso, estableció que el expolicía amasó una fortuna de al menos 17 millones de lempiras en menos de cinco años.
De hecho, su caso es uno de los seis expedientes que la DIECP remitió en diciembre del año pasado al Tribunal Superior de Cuentas (TSC) para que se le investigara y formularan cargos por presunto enriquecimiento ilícito.
García fue jefe de la Unidad de Pandillas de la desaparecida Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y aquel momento devengaba un salario como oficial de la escala de inspección entre 18,000 y 22,000 lempiras mensuales.
Sin embargo, se daba lujos que sus demás compañeros no podían sufragar con el salario que devengaban, como el hecho de transportarse en una camioneta de lujo y vivir en suntuosas residencias en zonas exclusivas de la ciudad y vestirse con las mejores marcas de ropa y zapatos.
 MILLONARIO PATRIMONIO. Poseía dos edificios de apartamentos y al menos cuatro viviendas en Tegucigalpa, Valle de Ángeles y El Paraíso.
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El oficial reprobó la prueba del polígrafo en 2012 y fue separado como parte del decreto 89-2012 que dio facultades al entonces director general de la Policía Juan Carlos Bonilla para sacar las manzanas podridas de la institución policial.
Fue hasta ese momento que agentes de investigación e inteligencia de la Diecp comenzaron una investigación formal que incluyó contejamiento de cuentas bancarias, visitas a negocios, propiedades y viviendas en zonas exclusivas de la ciudad.
La investigación patrimonial se prolongó por año y medio y fue hasta diciembre del año pasado que se remitió al TSC.
La fuente de inteligencia confió que durante la investigación se pudo cotejar que la vivienda que García construyó en Valle de Ángeles está valorada en ocho millones de lempiras; sin embargo, en el Catastro Municipal él solo la registró como una vivienda en proceso de mejoras por un valor de 350,000 lempiras.
De todos los bienes incautados al expolicía, la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi) tomó posesión de esta mansión, un edificio de apartamentos en Altos de Santa Rosa, dos viviendas en la Colonia San Miguel y Residencial Honduras, varios apartamentos en la colonia La Esperanza, dos carros de lujo: Toyota Hilux y una camioneta Mitsubishi, una cuatrimoto y dos motocicletas.
