San Pedro Sula, Honduras.
Los pequeños empresarios, quienes han sufrido reveses en la última década, están asustados con la inevitable llegada de un nuevo Código Tributario que, desde ya, insinúa medidas extremadamente coercitivas.
Iván Antonio Guzmán, un fabricante artesanal de botas del barrio Medina, no cree que sobreviva a la nueva embestida fiscal si esta es aprobada como lo informó el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
“Sobrevivimos al aumento del impuesto sobre ventas, al nuevo sistema de facturas, a las multas de la DEI y ahora están hablando de un nuevo Código Tributario que es más duro. Todo eso nos asusta”, dijo Guzmán.
Este zapatero de 45 años fabrica de manera artesanal botas “estilo sueco” desde los 14 años y ahora cree que está frente a una amenaza.
Según él, su modesto y minúsculo taller podría tener los días contados.
“Muchos amigos zapateros, más de 100, decidieron cerrar los talleres aquí, y ahora están en Guatemala. Allá el Gobierno no molesta tanto con esas medidas tan duras. Al rato me tocará irme del país”, refirió Guzmán mientras agujereaba con una lezna el cuero de una bota. “Aquí no están levantando a la pequeña empresa, la están hundiendo. El Gobierno no entiende todavía eso”.
El Gobierno se apresta a aprobar un Código Tributario que le permitirá a la entidad recaudadora de tributos ejecutar allanamientos en establecimientos comerciales con el fin de secuestrar bienes, productos, mercancías y documentos por tiempo indefinido.
El Cohep no comparte aproximadamente un 60% del contenido del anteproyecto del nuevo código y ha llegado a la conclusión de que viola algunos preceptos constitucionales.
El nuevo código le otorga poderes plenos a la autoridad tributaria para confiscar bienes y cerrar empresas sin antes agotar un proceso legal que conlleve el derecho a la defensa. A cinco cuadras del taller de Guzmán -en el que solamente labora él y otro zapatero-, Mirán Tróchez, propietaria de un taller de sastrería y serigrafía, eleva el grito al cielo al pensar en que ella podría perder el negocio por dar un paso en falso.
“Estoy haciendo el trámite para entrar al sistema de facturación, no quiero que me cierren; pero estoy escuchando hablar de un nuevo código que es más fuerte”, expresó esta mujer de 30 años de edad.
En el taller de Tróchez trabaja su esposo y un empleado, en suma son tres personas. Con los recursos económicos ganados sufraga los gastos del hogar integrado por tres hijos.
Organizaciones
Los dirigentes de las organizaciones de la micro, pequeña y mediana empresa abrigan la esperanza de que el Cohep podrá convencer al Gobierno para que desista y modifique el nuevo esquema tributario que, de ser aprobado, equivaldría a tener perennemente un cuchillo en la garganta.
“Este es un latigazo mortal, es un golpe fatal que nos están dando a los pequeños empresarios. La nueva ley ya es dañina y a ella hay que sumarle el mal corazón de muchos funcionarios”, dijo Victorino Carranza, presidente del Gremio de la Micro y Pequeña Empresa (Gremipe).
Desde el punto de vista de Carranza, el nuevo Código Tributario si llega aprobarse así agravará la situación de todas las empresas (pequeñas, medianas y grandes) que deben hacer malabares todos los días para reducir los costos de operación frente “a malas ventas, crisis económica, devaluación, extorsiones y degeneración social”.
Esta organización le sugiere al Gobierno aprobar leyes, como las de Taiwán, Estados Unidos y España, que promueven y no truncan los sueños de los emprendedores. “Ese código está demasiado fuerte, se pasaron. Estamos asustados, por un error que cometamos nos podrían cerrar y quitar una empresa”, dijo Esperanza Escobar, secretaria de la Asociación de Pequeños Industriales de Honduras (Ampih), quien leyó las 94 páginas del anteproyecto.
Los pequeños empresarios son conscientes que “es necesario terminar con el libertinaje fiscal”, mas no apoyan las intenciones de la DEI que tienen el visible ánimo de tratar “como delincuentes” a los empresarios, pequeños y grandes. El Cohep advierte que la autoridad tributaria podrá hasta ejecutar allanamientos, redadas fiscales y expropiación de bienes a los contribuyentes.
Los pequeños empresarios, quienes han sufrido reveses en la última década, están asustados con la inevitable llegada de un nuevo Código Tributario que, desde ya, insinúa medidas extremadamente coercitivas.
Iván Antonio Guzmán, un fabricante artesanal de botas del barrio Medina, no cree que sobreviva a la nueva embestida fiscal si esta es aprobada como lo informó el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
“Sobrevivimos al aumento del impuesto sobre ventas, al nuevo sistema de facturas, a las multas de la DEI y ahora están hablando de un nuevo Código Tributario que es más duro. Todo eso nos asusta”, dijo Guzmán.
Este zapatero de 45 años fabrica de manera artesanal botas “estilo sueco” desde los 14 años y ahora cree que está frente a una amenaza.
Según él, su modesto y minúsculo taller podría tener los días contados.
“Muchos amigos zapateros, más de 100, decidieron cerrar los talleres aquí, y ahora están en Guatemala. Allá el Gobierno no molesta tanto con esas medidas tan duras. Al rato me tocará irme del país”, refirió Guzmán mientras agujereaba con una lezna el cuero de una bota. “Aquí no están levantando a la pequeña empresa, la están hundiendo. El Gobierno no entiende todavía eso”.
El Gobierno se apresta a aprobar un Código Tributario que le permitirá a la entidad recaudadora de tributos ejecutar allanamientos en establecimientos comerciales con el fin de secuestrar bienes, productos, mercancías y documentos por tiempo indefinido.
El Cohep no comparte aproximadamente un 60% del contenido del anteproyecto del nuevo código y ha llegado a la conclusión de que viola algunos preceptos constitucionales.
El nuevo código le otorga poderes plenos a la autoridad tributaria para confiscar bienes y cerrar empresas sin antes agotar un proceso legal que conlleve el derecho a la defensa. A cinco cuadras del taller de Guzmán -en el que solamente labora él y otro zapatero-, Mirán Tróchez, propietaria de un taller de sastrería y serigrafía, eleva el grito al cielo al pensar en que ella podría perder el negocio por dar un paso en falso.
“Estoy haciendo el trámite para entrar al sistema de facturación, no quiero que me cierren; pero estoy escuchando hablar de un nuevo código que es más fuerte”, expresó esta mujer de 30 años de edad.
En el taller de Tróchez trabaja su esposo y un empleado, en suma son tres personas. Con los recursos económicos ganados sufraga los gastos del hogar integrado por tres hijos.
Organizaciones
Los dirigentes de las organizaciones de la micro, pequeña y mediana empresa abrigan la esperanza de que el Cohep podrá convencer al Gobierno para que desista y modifique el nuevo esquema tributario que, de ser aprobado, equivaldría a tener perennemente un cuchillo en la garganta.
“Este es un latigazo mortal, es un golpe fatal que nos están dando a los pequeños empresarios. La nueva ley ya es dañina y a ella hay que sumarle el mal corazón de muchos funcionarios”, dijo Victorino Carranza, presidente del Gremio de la Micro y Pequeña Empresa (Gremipe).
Desde el punto de vista de Carranza, el nuevo Código Tributario si llega aprobarse así agravará la situación de todas las empresas (pequeñas, medianas y grandes) que deben hacer malabares todos los días para reducir los costos de operación frente “a malas ventas, crisis económica, devaluación, extorsiones y degeneración social”.
Esta organización le sugiere al Gobierno aprobar leyes, como las de Taiwán, Estados Unidos y España, que promueven y no truncan los sueños de los emprendedores. “Ese código está demasiado fuerte, se pasaron. Estamos asustados, por un error que cometamos nos podrían cerrar y quitar una empresa”, dijo Esperanza Escobar, secretaria de la Asociación de Pequeños Industriales de Honduras (Ampih), quien leyó las 94 páginas del anteproyecto.
Los pequeños empresarios son conscientes que “es necesario terminar con el libertinaje fiscal”, mas no apoyan las intenciones de la DEI que tienen el visible ánimo de tratar “como delincuentes” a los empresarios, pequeños y grandes. El Cohep advierte que la autoridad tributaria podrá hasta ejecutar allanamientos, redadas fiscales y expropiación de bienes a los contribuyentes.
