23/04/2024
02:36 AM

Cardenal hondureño: 'Dios no quiere familias desintegradas”

  • 27 diciembre 2015 /

Para el arzobispo de Tegucigalpa, el problema social radica en que muchos han crecido en la calle, adonde no hay amor.

Tegucigalpa, Honduras

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, en su homilía dominical, destacó que si Honduras quiere cambiar y progresar, “tenemos que cultivar a las familias como Dios manda”.

El arzobispo invocó en su mensaje la importancia que tiene la familia en la vida de las personas y en el desarrollo y el progreso de la sociedad y del Estado.

La Iglesia celebró el último domingo del año la Fiesta de la Sagrada Familia, compuesta por Jesús, María y José, por lo que el líder religioso invitó a no mirar el sacramento del matrimonio simplemente como una ceremonia, sino como un Cristo Resucitado.

Asimismo, a mirar a José y María como educadores de Jesús en el amor y la libertad. “Jesús creció y aprendió a caminar por la vida en el seno de una familia con el amor de sus padres”, dijo.

“Jóvenes que toman caminos equivocados en maras o en drogas o en cualquier otro problema, muchas veces ellos crecieron sin familias y en la calle no se puede aprender a amar y servir”, cuestionó.

Rodríguez lamentó que “cuando Dios falta en una familia, la familia no puede mantenerse unida”.

Manifestó que el plan de Dios es “una familia unida para poder vivir, crecer y madurar felices, Dios no quiere familias desintegradas”.

El cardenal argumentó que el problema social del país radica en que muchos han crecido en la calle, adonde no se puede aprender a amar y servir. “La familia no puede ser un desierto, debe ser un jardín en el que se cultiven las virtudes y se pueda crecer en el amor”. La familia es el proyecto más importante en la vida de toda persona, sostuvo.