25/04/2024
03:17 PM

Desde albergue hondureña busca frenar VIH que le afecta

San Pedro Sula, Honduras.

Ni siquiera ha tenido novio, pero Kenia Donaire es una experta hablando sobre el tema del VIH como coordinadora del programa “Hablemos en serio de sexualidad sin misterio” que promueve el Foro Nacional de Sida. Ella es una persona afectada por el síndrome porque su madre murió a consecuencia del mismo, poco después de entregarla a la Casa Corazón de la Misericordia cuando ella tenía siete meses de nacida.

“No tuve la oportunidad de tener una familia normal, pero sí de tener una familia numerosa”, dice la joven de 19 años, al referirse a las religiosas que han cuidado de ella en ese hogar ubicado en la colonia Perfecto Vásquez. “La dejo en buenas manos. Sé que aquí estará mejor que conmigo”, le dijo la mujer a las hermanas de la casa hogar, al dejar a la menor de sus siete hijos porque tenía que someterse a tratamiento, según le ha contado a Kenia las religiosas. La madre se fue con la promesa de volver, pero solo llegó a visitarla una vez y no la volvieron a ver. Se sabe que murió por el VIH que adquirió al ejercer la prostitución.

Perseverancia

Ahora su madre sustituta es una de las encargadas del albergue, y sus tías son las niñeras que le han brindado cuidados, entretenimiento y educación.

“Desde chiquita estuve en clases de baile y arte”, dice. Gracias a ese apoyo este año se graduó como Bachiller en Ciencias y Letras y ya tiene planes de entrar a la universidad. Lamenta no haber asistido a la fiesta de graduación de su Instituto La Salle, que tuvo lugar en Expocentro. Esa noche estaba con infección y fiebre alta, pero sí estuvo en los actos de entrega de título.

“Ya cumplí mi primer sueño que era graduarme de bachiller. Ahora sueño con entrar en la universidad y seguir trabajando en la temática del VIH para dar respuestas”.

El programa lo transmite por una emisora de El Progreso y le busca espacio en otros medios de comunicación, expresa. Su segundo anhelo es más difícil de alcanzar porque al cumplir 21 años los jóvenes albergados en la Casa Corazón de la Misericordia tienen que buscar un trabajo con la ayuda de los familiares para insertarse en la sociedad, y ella no tiene a nadie afuera, comenta Johany García del Foro Nacional del Sida.

Como ella hay muchos jóvenes de la Casa Corazón de la Misericordia que quieren estudiar en la universidad y no pueden por su situación económica.

El centro se sostiene con la ayuda de personas e instituciones generosas y actividades que realiza el personal.

Casos

Su condición de hija de una persona que murió a causa del síndrome, más las capacitaciones que ha recibido por parte del Foro, le han dado los conocimientos para entender la problemática y ayudar a la población a encontrar las respuestas a este mal. Ha visto además como el flagelo se ha ensañado en niños a quienes la vida no les dio la oportunidad de escoger si querían o no ser portadores del virus porque lo adquirieron de sus padres. Le impactó el caso de una niña de 19 meses que fue llevada al albergue por sus padres, con el síndrome en etapa terminal.

“Llegó desnutrida rechazando la comida, pero me llamó la atención que a la hora que le tocaban los medicamentos sí los tomaba con agrado. Sin embargo, no duró ni un mes”. El caso de Joel fue distinto porque llegó casi en iguales condiciones, pero hasta los médicos se sorprendieron de la rapidez con que se recuperó, comenta. Mientras busca opciones para entrar a la universidad, Kenia sigue trabajando para acelerar las respuestas que pongan freno a la epidemia.