23/04/2024
02:36 AM

Natalia Molanphy, la número uno en el arte hondureño

San Pedro Sula, Honduras.

Su historia podría ser un caso nunca antes visto en San Pedro Sula, pues desde hace cuatro años ya expresaba sus sentimientos por medio del lápiz, papel y sus colores.

La pequeña Natalia Molanphy no tuvo necesidad de hablar. Bastaron diez minutos de concentración para que sus trazos emitieran un mensaje, algunas veces de tristeza, otras de enojo, pero muchas de felicidad familiar.

Ahora, a sus 11 años, su talento ha transcendido fronteras por medio de las redes sociales, adonde muestra cada uno de sus coloridos dibujos creados producto de sus experiencias y sentimientos. Su perfección hace creer que es una persona adulta quien las realiza.

Esta semana el portal web buzzfeed.com reconoció la creatividad e ingenio de la intrépida señorita que no se despega del iPad ni un minuto, ya que lo usa como herramienta para sus obras de arte, gracias a una aplicación que su padre descubrió para ella.

FOTOS: Este es el arte de la pequeña Natalia Molanphy

El sitio en Internet, situado en Buenos Aires, Argentina, califica a Natalia como “una de las artistas más jóvenes del mundo” y destaca en una galería de fotos las características de la pequeña a la que contactaron gracias a la red social de Instagram.

Su curioso y prematuro talento hizo que los editores de este blog de noticias de arte a nivel latinoamericano utilizaran una videoconferencia para entrevistarla y transmitir su historia al mundo.

Foto: La Prensa

Natalia en una de sus fotos de instagram.
Innato

La tercera de los hijos de la familia Molanphy Figueroa no estuvo en ninguna escuela de arte para adquirir los conocimientos que posee.

Su modelo es Frida Kahlo, según ella, porque se dibujaba a sí misma y no le importaba el calificativo de la gente. “Mis amigos me dicen que quieren dibujar como yo, que lo hacen muy feo, pero realmente ese es su estilo y es bonito porque no se parece a otro, es original”, dice con autoridad.

Antes de darse a conocer en el mundo de la pintura conoció al famoso Rey Blinki, Jorge Pineda, conocido por darles color a muchas paredes en la ciudad. “Siempre miraba la forma en que mi abuela y mi papá pintaban. Nadie me forzó a agarrar un lápiz, tampoco tuve un maestro que explicara. Dibujo lo que me sale del corazón”, dice la tímida dibujante con semblante noble.

Francisco, su padre, cuenta que cuando la regañó en una ocasión cuando jugaban en el patio de su casa en San Pedro Sula, ella en vez de hablar, tomó papel y colores para dibujar un monstruo grande que lo representaba a él.

“Debajo de ese monstruo estaba una princesa con lágrimas que tenía el corazón roto. Cuando iba a dormir esa noche dobló ese dibujo y se lo entregó a su madre. Todos entendimos que el regaño le había dolido y además que esa sería su forma de expresarse y así ha sido hasta el día de hoy”, relata su orgulloso y celoso padre.

Foto: La Prensa

Sus padres francisco y liza la apoyan y cuidan cada minuto.
Recién, después de haber perdido el primer lugar en el torneo nacional de tenis, su segunda pasión, en el nivel infantil, evidenció su dolor por medio de una caricatura en la que una señorita con semblante de frustración tenía lágrimas negras en sus ojos (ver la imagen arriba). No obstante, logró ser la número dos en ese deporte en Honduras.

“Hemos sabido desde su corta edad que así será su forma de comunicarse y nosotros dejamos que ella haga lo que le gusta. No queremos afectar su creatividad poniéndola en ninguna escuela ni dándole consejos que personas adultas pueden considerar. Simplemente que haga lo que quiera y que lo haga hasta el día que lo quiera, luego de eso la apoyaremos en dibujo, tennis o en lo que sea”, dice Liza, su madre.

Un sueño que empieza a construir este talento es estudiar una carrera de diseño de modas fuera del país, pero eso sí, todo a su debido tiempo. Por ahora su estudio es lo más relevante.

Cuidado

Ser padres de una genio del dibujo implica también tareas extras que cumplir. Francisco y Liza aseguran que mantienen un control minucioso de las redes sociales donde cuelgan las obras de su hija, pues en muchas ocasiones varios depredadores cibernéticos han querido hacerle daño.

“Tratamos de mostrarles a nuestros hijos que las redes sociales tienen buen uso, pero que también hay quienes quieren malinfluenciarlos”, advierte su padre.