Tegucigalpa, Honduras.
La Iglesia Católica llamó a los hondureños a no guardar sentimientos de indignación llenos de odio y violencia y advirtió que las conductas violentas no permiten ni permitirán un cambio en la sociedad.
En su mensaje dominical, el padre Juan Carlos Martínez, reflexionó sobre la dureza de corazón de muchos hondureños que ha llevado a la sociedad a sumergirse en la violencia.
“El corazón del hombre, por tanto, es el lugar de la bondad o la maldad de las acciones, esta advertencia de Jesús tiene plena actualidad en nuestra sociedad”, dijo.
El sacerdote recordó que lo que sale de adentro es lo que lo hace impuro. 'Los robos, los homicidios, la violencia, las injusticias, la dureza del corazón con la que juzgamos a los demás, las estructuras de nuestra sociedad nacen del corazón”, añadió.
“Los hombres y las mujeres podemos ingenuamente olvidar fácilmente el camino de una sociedad más justa y humana, pasa por la conversión del corazón”, indicó.
Agregó que “no sirve de nada una indignación llena de odio y violencia, ese tipo de sentimientos encierran un círculo vicioso que impide buscar acciones factibles y corremos el riesgo de estancar la economía de Honduras cuando se quiere imponer el pensamiento único y se cierran las mentes y los corazones al diálogo para encontrar la verdad”, advirtió.
“Las instituciones, las estructuras y los programas sociopolíticos no cambian ni mejoran automáticamente a las personas, no hay ningún camino que nos pueda conducir a una transformación social si no es una verdadera conversión personal, es una falsa ilusión creer que avanzamos a una sociedad más justa y humana si no estamos dispuestos a convertir nuestro propio corazón, por eso necesitamos estar alertas de las trampas y confiar siempre en Dios”, apuntó.
