Tegucigalpa, Honduras.
John Biehl, facilitador de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el diálogo nacional, vuelve al país con un objetivo claro: armonizar el escenario para que grupos de presión, Gobierno, empresarios y otros se pongan de acuerdo sobre el mecanismo que se creará para combatir la corrupción.
El designado por la OEA llegará el 8 de septiembre para reunirse con representantes de los partidos políticos.
La segunda visita de Biehl durará una semana, el mismo tiempo que tardó su primera visita a mediados de julio en la que habló con miembros de la sociedad civil.
Los indignados
Lo que no está definido es si sesionará con los miembros de los partidos políticos por separado o si dialogará de forma conjunta con estos.
En un extremo están los denominados indignados, que reclaman la instalación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras (Cicih) para que investigue y judicialice casos emblemáticos de corrupción, incluyendo algunos que pudieron haber cometido funcionarios del presente Gobierno.
Los indignados desarrollan las llamadas marchas de las antorchas como medida de presión para que se instale la Cicih. Entretanto, el presidente Juan Orlando Hernández propuso la creación de un Sistema Integral Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción (Sihcic) que estuviera formado solo por nacionales y con la mirada y acompañamientos de veedores internacionales.
Para socializar la idea, el mandatario convocó a un diálogo nacional en el que estuvieran integradas todas las fuerzas políticas y sociales del país.
“Una vez que John Biehl termine las reuniones se prevé que inicie el consenso sobre la forma en que se instalará el mecanismo de combate a la corrupción”, dijo una fuente diplomática hondureña.
Al término de su primera gira en Honduras, Biehl manifestó que -por un lado- se iba contento porque observó voluntad de la ciudadanía en querer resolver el lastre de la corrupción por la vía pacífica; pero por otro lado mostró su decepción por los actos de vandalismo ejecutados durante la marcha de los indignados.
John Biehl, facilitador de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el diálogo nacional, vuelve al país con un objetivo claro: armonizar el escenario para que grupos de presión, Gobierno, empresarios y otros se pongan de acuerdo sobre el mecanismo que se creará para combatir la corrupción.
El designado por la OEA llegará el 8 de septiembre para reunirse con representantes de los partidos políticos.
La segunda visita de Biehl durará una semana, el mismo tiempo que tardó su primera visita a mediados de julio en la que habló con miembros de la sociedad civil.
Los indignados
Lo que no está definido es si sesionará con los miembros de los partidos políticos por separado o si dialogará de forma conjunta con estos.
En un extremo están los denominados indignados, que reclaman la instalación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras (Cicih) para que investigue y judicialice casos emblemáticos de corrupción, incluyendo algunos que pudieron haber cometido funcionarios del presente Gobierno.
Los indignados desarrollan las llamadas marchas de las antorchas como medida de presión para que se instale la Cicih. Entretanto, el presidente Juan Orlando Hernández propuso la creación de un Sistema Integral Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción (Sihcic) que estuviera formado solo por nacionales y con la mirada y acompañamientos de veedores internacionales.
Para socializar la idea, el mandatario convocó a un diálogo nacional en el que estuvieran integradas todas las fuerzas políticas y sociales del país.
“Una vez que John Biehl termine las reuniones se prevé que inicie el consenso sobre la forma en que se instalará el mecanismo de combate a la corrupción”, dijo una fuente diplomática hondureña.
Al término de su primera gira en Honduras, Biehl manifestó que -por un lado- se iba contento porque observó voluntad de la ciudadanía en querer resolver el lastre de la corrupción por la vía pacífica; pero por otro lado mostró su decepción por los actos de vandalismo ejecutados durante la marcha de los indignados.
