16/04/2024
06:10 AM

En evidencia el libertinaje de colegiales hondureños

Unicef advierte que el deterioro de los entornos protectores de los menores fomenta el problema.

San Pedro Sula, Honduras.

Cada vez más colegiales hondureños optan por llevar una vida desenfrenada y a su corta edad ya el sexo, consumir alcohol, drogas y a veces hasta cometer delitos se vuelven actividades cotidianas.

Muchos son sexualmente precoces y la principal evidencia son las casi 100,000 madres adolescentes que hay en Honduras, según datos de la Secretaría de Salud.

En las calles resulta cada vez más común ver parejas de jovencitos expresándose abiertamente su amor como captó en imágenes el equipo periodístico de Diario LA PRENSA.

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“Los estudiantes de hoy no respetan las normas. Creo que no hay un solo colegio adonde no haya niñas embarazadas, y esto es resultado de la falta de valores. Lo que pasa es que ahora para muchos colegiales tener relaciones es algo normal. Se exponen también a contraer enfermedades”, dijo Juan Redondo, orientador del colegio sampedrano Primero de Mayo.

El reconocido maestro expresó que los docentes enfrentan situaciones extremas en los centros educativos.

“A los profesores en los colegios ahora hasta nos toca decomisar droga a algunos alumnos. Unos la venden y otros la consumen. Muchos padres no saben ni qué hacen sus hijos y después vienen las consecuencias. Muchachas embarazadas, hijos consumiendo drogas, bebiendo alcohol o fumando o algunos hasta involucrados en cosas ilícitas”, expresó el orientador.

Sin autoestima

Los docentes coinciden en que la situación es preocupante.

“Vemos a muchos estudiantes que solo les importa vivir emociones efímeras, pasajeras, rápidas. Ven en la pareja solo sexo, en la droga felicidad momentánea y en el alcohol diversión”, dijo José Carballo, director del Instituto José Trinidad Reyes, de San Pedro Sula.

El docente afirmó que hasta poner orden es un problema.

“Cuando vienen estudiantes con peinados extravagantes, faldas demasiado cortas, pantalones muy pegados, maquillaje, piercings o de comportamiento inadecuado los dejamos afuera y llamamos al padre para que venga por él; pero si lo hacemos a veces tenemos dificultades con padres, que se enojan y hasta van con la Fiscalía por eso. Entonces el joven se siente intocable”, expresó Carballo.

Agregó que las familias no inculcan valores como se hacía en el pasado.

Foto: La Prensa

Ver menores de edad encapuchados se ha convertido en una escena común en el país y ya es habitual que cierren centros educativos. Cualquier excusa es “buena” para hacerlo.
“El colegial no ve nada esperanzador para su futuro. Por eso mucho joven atenta contra la vida suya o de otros y busca apoyo en personas que no son las correctas y así encuentra drogas, alcohol y las muchachas no se valoran, algunas hasta caen en la prostitución y se alejan del estudio. Este problema es en institutos públicos y privados por igual”, señaló el profesor.

El ministro de Educación, Marlon Escoto, indicó que debe haber equilibrio en la formación de los jóvenes.

“El problema es que ahora muchos jóvenes creen que solo tienen derechos, pero no deberes, y en cierta forma esto lo ha fomentado la legislación hondureña. Muchos creen que la disciplina y el buen comportamiento son cosas del pasado y están equivocados, pues el respeto y los valores son los que permiten permanecer a las sociedades a través del tiempo en ambientes que valoran la confianza, solidaridad y la vida misma”, dijo Escoto.

El funcionario indicó que han tomado medidas. “En algunos centros se había perdido casi toda disciplina, pero trabajamos para que vaya volviendo el orden y las buenas normas”, afirmó Escoto.

Anarquía y drogas

También es “normal” ver a adolescentes encapuchados tomándose colegios, a veces por razones incoherentes, y en ocasiones hasta llegar al extremo de enfrentarse con la Policía.

“No es que seamos rebeldes, lo que pasa es que ahora somos más independientes”, dijo uno de los estudiantes que participó en la reciente toma del instituto José Trinidad Reyes de San Pedro Sula, resumiendo, sin saberlo, la mentalidad de muchos adolescentes de hoy.

Pero estudios de las autoridades hondureñas exponen alarmantes hallazgos sobre las actividades de los adolescentes hondureños.

Foto: La Prensa

Las faldas que usan muchas de las estudiantes de colegio cada vez son más cortas y las regulaciones cada vez son menos.
La revista de investigación del Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo, Drogadicción y Farmacodependencia (Ihadfa) revela que el consumo de alcohol, tabaco y drogas ha crecido entre los menores de edad.

“Cada vez son más los estudios e informes que alertan el progresivo aumento del consumo de drogas entre los adolescentes. El alcohol, tabaco (lícitas) junto con la marihuana, principalmente las drogas sintéticas (ilícitas), en menor medida, forman parte del espacio recreativo de jóvenes y constituyen un motivo de gran preocupación entre los diversos agentes sociales, educadores, políticos, así como de los tomadores de decisiones familiares”, indica el documento.

Preocupación

El Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) revela que es preocupante la situación y comportamiento de miles de menores de edad en el país.

“Se ven demasiados embarazos juveniles, muchos jóvenes involucrados con el crimen organizado y mucha muerte de menores de edad en el país. El entorno protector del adolescente es la familia, la comunidad y el centro educativo; pero desde hace unos 15 años estos tres entornos se han deteriorado en Honduras por diversas causas, como la desintegración familiar, la violencia o migración, entre otras. Los menores son más vulnerables en estas condiciones y miles actúan sin control ante la falta de una orientación adecuada”, expresó Espinal, de Unicef.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Honduras 43.1% de la población es menor de 19 años, por lo que atender y corregir la problemática de la juventud y la niñez debe ser prioridad.