TEGUCIGALPA. Los capitalinos finalmente recuperaron ayer el derecho a movilizarse libremente por la avenida frente a Casa Presidencial.
Desde hace más de un mes, varios ciudadanos llegaron al lugar para instalar ahí una huelga de hambre.
Esta huelga se prolongó durante 35 días y quienes concluyeron la manifestación no son quienes la iniciaron.
Los primeros en irse fueron los jóvenes “indignados”, Miguel Briceño y Ariel Varela, quienes aguantaron una semana.
Luego se fueron otros tres jóvenes, molestos porque se había infiltrado el activista de los derechos humanos Wilfredo Méndez.
La presencia de Méndez creó malestar entre los huelguistas, quienes lo calificaron de infiltrado y de tener un afán de protagonismo.
